Fiscales estadounidenses levantaron nuevos cargos contra los presuntos asesinos del presidente haitiano Jovenel Moïse, lo que lleva a preguntarse si el motivo fue replicar patrones de corrupción anteriores al poner a un líder marioneta que les asignara contratos estatales.
Arcangel Pretel Ortiz, Antonio Intriago, Walter Veintemilla y Frederick Bergmann fueron puestos en custodia por sospecha de participación en el asesinato de Moïse, ocurrido en julio de 2021, según informó el Departamento de Justicia estadounidense (DOJ) en un comunicado del 14 de febrero. Sus capturas implican cargos para 11 personas en Estados Unidos en conexión con el magnicidio.
Pretel Ortiz e Intriago son directores de la academia Counter Terrorist Unit Federal Academy y de Counter Terrorist Unit Security (CTU), firma de seguridad privada registrada en Miami. Veintemilla es director de Worldwide Capital Lending Group, firma de financiamiento comercial de la Florida.
Estos hombres pretendían derrocar a Moïse para reemplazarlo con Christian Emmanuel Sanon, quien tiene doble ciudadanía haitiana-estadounidenses y aspiraciones políticas en Haití, según señalan los fiscales. Los conspiradores al parecer esperaban que Sanon otorgara en contrapartida a CTU jugosos contratos para proyectos de infraestructura, fuerzas de seguridad y equipamiento militar. Sanon, quien también afronta cargos, fue pasado de la custodia de Haití a la estadounidense en enero.
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Veintemilla al parecer acordó brindar apoyo financiero para el golpe, al otorgar a CTU una línea de crédito y enviar dinero para municiones a los coconspiradores en Haití, según afirmó el DOJ. Al igual que Pretel Ortiz e Intriago, este al parecer esperaba que Worldwide tuviera ingentes ganancias de contratos derivadas de los contratos que el gobierno haitiano entregara a CTU cuando Sanon llegara al poder.
El cuarto sospechoso, Bergmann, es un empresario de la Florida. Está acusado de brindar alojamiento y de transportar armas para los mercenarios que perpetraron el atentado en Puerto Príncipe.
El plan original de los acusados no incluía el asesinato, según indicó el DOJ. En junio de 2021, el complot al parecer evolucionó de deponer por la fuerza a Moïse a su asesinato después de que el grupo fracasó en un intento por secuestrar al presidente.
Análisis de InSight Crime
La teoría de que los conspiradores asesinaron a Moïse para acceder a lucrativos contratos con el gobierno tiene una falencia notable: en el momento en que fue asesinado era poco el dinero que había para robar.
En el pasado, el acceso a contratos estatales y ayudas políticas en Haití ha estado plagado de corrupción, sobornos y conexiones criminales. Después del terremoto que sacudió a Haití en 2010, se dice que llegaron al país unos US$13.500 millones en ayuda extranjera en un lapso de cinco años. Pero nunca se vieron los programas de desarrollo prometidos, según Robert Faton, experto sobre Haiti y profesor de la Universidad de Virginia.
“Lo más seguro es que se robaran una cantidad de dinero importante en contratos”, señaló Faton.
Un estudio publicado por el Centro para la Investigación sobre Estudios de Negritudes exploró cómo después del terremoto se gastaron miles de millones de dólares en ayuda extranjera y hallaron que las ONG y los contratistas privados operaron con poca supervisión, a pesar de ser los principales canales para el desembolso de esos recursos.
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La malversación de fondos no se ha limitado a los contratos con ayuda exterior. En 2019, la oficina de auditoría de Haití descubrió la malversación de US$2 mil millones en recursos públicos en relación con la alianza petrolera PetroCaribe, con Venezuela. Y en 2020, el Centro de Análisis e Investigación sobre Derechos Humanos (Centre d’analyse et de recherche en droits de l’homme, CARDH) halló que por lo menos US$34 millones de subsidios destinados a la respuesta de Haití frente a la COVID-19 se gastaron sin la veeduría adecuada.
Al mismo tiempo, es posible también que el asesinato del presidente obedeciera a la campaña emprendida por Moïse contra empresarios y políticos sospechosos de participar en narcotráfico en Haití. Se dice que Moïse se aprestaba a entregar a Estados Unidos una lista de nombres cuando fue acribillado en su habitación dentro de su residencia. Su esposa, Martine, quien se encontraba con él al momento del ataque y también fue abaleada, alegaba que después de dispararle a su esposo, los asesinos buscaron entre sus papeles buscando un documento específico, aunque dice que no conocía el contenido del documento.
Aún no se conoce toda la evidencia sobre la que los fiscales fundamentaron estos cargos contra los cuatro nuevos sospechosos. Es posible que a medida que se revele más información esto se aclare. Pero por el momento, los motivos del asesinato siguen siendo turbios.