El arresto de un jefe de gobierno en ejercicio por cargos de narcotráfico es algo de lo que no se oye hablar todos los días. Sin embargo, Andrew Alturo Fahie, primer ministro de las Islas Vírgenes Británicas, fue detenido en Miami por cargos de narcotráfico y lavado de dinero.
El 28 de abril, Fahie, junto al director de puertos de las Islas Vírgenes Británicas (BVI), Oleanvine Maynard, y su hijo Kadeem, fueron arrestados en Miami, Florida, según un comunicado de la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA).
“Todos los involucrados en introducir sustancias peligrosas a Estados Unidos deberán responder ante la justicia, sin importar su cargo”, señaló la administradora de la DEA Anne Milgram.
Al día siguiente, los tres tuvieron su primera comparecencia ante un juez por Zoom, y se fijó una audiencia preliminar para el 13 de mayo.
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Según un reportaje de The Guardian, la investigación de la DEA a Fahie comenzó en octubre pasado, cuando un informante de esa agencia se hizo pasar por narcotraficante del Cartel de Sinaloa, de México, de visita en la isla para negociar la compra de drogas. El complejo caso al parecer incluyó el encuentro del informante con “personas que se presentaron como miembros de Hezbollah”, afirmando que planeaban trasegar cocaína por BVI hacia Puerto Rico, Miami y Nueva York.
Esta serie de entrevistas aparentemente pusieron en evidencia la participación de Fahie en el tráfico de narcóticos, lo que culminó con su arresto en un avión privado en Miami. Fahie y sus cómplices llevaban US$700.000 en efectivo para pagar el transporte de 3 toneladas de cocaína, según informó una nota de la BBC, al enumerar los cargos presentados contra el trío en la Florida.
Los cargos señalan además que Fahie y el informante de la DEA discutieron el montaje de operativos que captaran pequeñas cantidades de drogas para hacer ver que el gobierno de BVI combatía el tráfico de cocaína.
“El de hoy es un ejemplo más de la determinación de la DEA de hacer rendir cuentas a los miembros corruptos de los gobiernos que usan sus posiciones de poder para brindar refugio a narcotraficantes y lavadores de dinero para su propio beneficio financiero y político”, añadió la administradora de la DEA, Anne Milgram.
Análisis de InSight Crime
No es la primera vez que Fahie enfrenta denuncias señalamientos de actividad criminal. En 2003, Fahie fue objeto de una investigación federal en Estados Unidos que buscaba determinar si él y su esposa estarían implicados en lavado de dinero, mientras Fahie era ministro de educación y cultura en BVI. La investigación terminó archivada.
En BVI se ha registrado un creciente número de decomisos de cocaína, muchos de ellos desde que Fahie asumió el primer cargo en 2019. En agosto de 2021, un barco de la Guardia Costera estadounidense interceptó 1,7 toneladas de cocaína frente a la costa de Anegada, perteneciente al archipiélago de BVI.
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En noviembre de 2020, se decomisó una cantidad récord de 2,3 toneladas en una propiedad de Tortola, la mayor isla del territorio.
Y aparte de la vergüenza de tener un mandatario en juicio por tráfico de cocaína, la situación llega en el peor momento para BVI.
Un día después de la captura de Fahie, el gobierno británico casualmente divulgó un importante informe, como resultado de la investigación de una comisión sobre la gobernanza en BVI. El informe halló una multitud de problemas de gobernanza y deshonestidad política, en medio de sospechas de corrupción y malversación de fondos públicos, y recomendó suspender la constitución de BVI, disolver su gobierno y designar desde Londres a un gobernador que asumiera el mando directo de ese territorio de ultramar.
Aunque estos hallazgos no tienen relación directa con el arresto de Fahie, sí están bajo examen varios gastos sospechosos del gobierno en proyectos de infraestructura, que sucedieron antes y durante el ejercicio del primer ministro Fahie. Estos incluyen un presunto gasto de US$7 millones en una aerolínea que nunca vio la luz, US$32 millones para la construcción de un muelle para barcos y hasta US$55 millones en gastos extraordinarios para mejorar las instalaciones hospitalarias de BVI.