República Dominicana ha desmantelado una red transnacional de delitos cibernéticos que se cree que estafó a cientos de ciudadanos estadounidenses —el más reciente ejemplo de delitos financieros operados desde el Caribe—.
El Ministerio Público del país anunció el 2 de marzo una serie de redadas denominadas Operación Discovery, derivadas de una investigación que comenzó hace más de un año. Las autoridades dominicanas detuvieron a 70 personas que trabajaban en centros de atención telefónica en Santiago, Santo Domingo, La Vega y Puerto Plata.
La red estaba liderada por el dominicano Sucre Rafael Rodríguez Ortiz. Durante los allanamientos, las autoridades confiscaron US$300.000, así como 19 millones de pesos dominicanos en efectivo, más de 20 vehículos de lujo, joyas, 300 equipos eléctricos, como computadoras y teléfonos celulares, siete pistolas y una ametralladora Uzi. Agentes del Buró Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI) llevaron a cabo redadas de manera simultánea en la ciudad de Nueva York.
El grupo criminal utilizaba varios esquemas de robo de identidad para obtener dinero de las víctimas. En uno de esos esquemas, empleados de centros de atención telefónica (call centers) utilizaban servicios de suplantación de identificación de llamadas para falsificar su identidad y extorsionar a las personas, amenazándolas con secuestrar a miembros de su familia. En otro esquema, los miembros de la red criminal ubicaban pacientes que tomaban medicinas bajo prescripción, les ofrecían sus medicamentos sin esta, y se los llevaban hasta sus casas. Una vez le entregaban los medicamentos a un paciente, un miembro de la red se ponía en contacto con este, haciéndose pasar por un agente del FBI, quien le exigía hacer un pago a una cuenta o dirección de red, si no quería ser enjuiciado.
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El Ministerio Público también afirma que la red criminal traficaba armas de fuego ilegales con la ayuda de una organización criminal distinta llamada Los Trinitarios, una de las pandillas dominicanas más activas en el país y en el extranjero, con operaciones en Nueva York, España e Italia. Algunos miembros de esta pandilla han sido arrestados en Estados Unidos por tráfico de armas y extorsión, entre otros cargos. La red criminal desmantelada durante la Operación Discovery también ha sido relacionada con microtraficantes en Santiago y Puerto Plata.
Para lavar sus ganancias provenientes de la extorsión, la red utilizaba criptomonedas, depósitos a través de compañías de remesas y transferencias de dinero fraudulentas. Noticias SIN informó que la red de ciberdelincuentes movía alrededor de US$250 millones. Según El Nuevo Diario, los estafadores compraban vehículos de alta gama, bienes raíces, equipos electrónicos y ropa, y organizaban lujosas fiestas nocturnas con sus ganancias.
Análisis de InSight Crime
El desmantelamiento de esta red apunta a dos asuntos importantes: la continua presión contra el crimen organizado en República Dominicana y el aumento de los esquemas de fraude ubicados en el Caribe.
La ciberdelincuencia en República Dominicana ha aumentado considerablemente desde el inicio de la pandemia de COVID-19, según Marineldy Peña Hernández, fiscal especial de la Unidad de Investigación de Crímenes y Delitos de Alta Tecnología. El periódico dominicano El Nacional informó incluso que los cibercrímenes se habían vuelto más lucrativos que el tráfico de drogas en el país durante las primeras etapas de la pandemia, presumiblemente debido a la dificultad del transporte internacional durante los primeros confinamientos. La extorsión sexual también se disparó durante las etapas iniciales de la pandemia, dado que las empresas y las escuelas cerraron sus puertas, y la vida social se trasladó a los contactos en línea. La ‘sextorsión’ se presenta cuando las víctimas envían fotos íntimas o privadas a otras personas, quienes les exigen un pago por no publicar las imágenes.
República Dominicana tiene leyes y regulaciones establecidas desde hace mucho tiempo para hacer frente a los crímenes cibernéticos. En 2013, el gobierno creó la Fiscalía Especial contra Crímenes y Delitos de Alta Tecnología, que se enfoca en delitos cibernéticos, como la clonación de tarjetas, las estafas tipo phishing, las transferencias ilegales de dinero electrónico, el fraude telefónico, el chantaje electrónico y el robo de identidad. Esta dependencia fue uno de los actores centrales en la Operación Discovery. Desde que llegó al poder en agosto de 2020, el presidente Abinader ha priorizado la lucha contra la corrupción y el crimen organizado. Si bien se ha enfocado en perseguir la corrupción en el gobierno, tanto los fraudes financieros como los delitos cibernéticos son una preocupación creciente. Más recientemente, en octubre de 2021, República Dominicana se unió a más de 30 países de todo el mundo como signatario de la iniciativa contra el secuestro de datos (ransomware).
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República Dominicana es uno de los países en los que se presenta una preocupante tendencia al crecimiento de los ciberdelitos en todo el Caribe. Durante el primer año de la pandemia, surgieron numerosos esquemas Ponzi y piramidales en Guyana, Trinidad y Tobago, Barbados, Antigua y Barbuda y otros países del Caribe. Dichos esquemas, reportados por primera vez por la Red de Periodismo de Investigación del Caribe (Caribbean Investigative Journalism Network, CIJN), buscaban sus víctimas en línea y les pedían que invirtieran pequeñas sumas de dinero, a veces de apenas US$5, a cambio de enormes beneficios.
Algunos países han aprobado leyes para luchar contra esta ola de crímenes cibernéticos. Las nuevas leyes de Guyana imponen multas a los ciberdelincuentes de hasta US$5 millones por orquestar esquemas fraudulentos. Recientemente, en un congreso en Barbados, los funcionarios del gobierno animaron a los periodistas a que identifiquen e informen activamente sobre delitos financieros y cibernéticos. En una reunión reciente de los ministros de seguridad de la Comunidad del Caribe (Caricom), la secretaria general Carla Barret consideró a los delitos cibernéticos como la tercera mayor preocupación de seguridad, por debajo de la situación en Haití y del tráfico y el contrabando. El éxito de la Operación Discovery alinea a la República Dominicana con sus vecinos caribeños en cuanto a la lucha contra los crímenes cibernéticos.