Un alto tribunal de El Salvador ha bloqueado momentáneamente la entrega de un importante líder de la MS13 pedido en extradición por Estados Unidos por acusaciones de terrorismo, lo que supone un duro golpe a las relaciones bilaterales de esas naciones y a sus convenios de lucha contra el crimen organizado transnacional.
A finales de septiembre, la Corte Suprema de El Salvador determinó que Armando Eliú Melgar Díaz, alias “Blue”, no sería extraditado a Estados Unidos en este momento, y determinó que en lugar de eso sería procesado inicialmente en el país centroamericano por agrupaciones ilícitas, homicidio, entre otros delitos, según una nota de la Revista Factum.
Las autoridades estadounidenses solicitaron la extradición de Melgar Díaz en 2020, pero el plazo de dos años que tenían las autoridades salvadoreñas para responder a la petición expiraba el 30 de septiembre, lo que instó a los funcionarios a tomar una decisión definitiva. Queda por ver si Melgar Díaz será extraditado en una fecha posterior una vez concluyan sus asuntos judiciales en El Salvador.
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Como alto líder de la Mara Salvatrucha (MS13), Melgar Díaz fue el primer pandillero acusado de terrorismo por fiscales estadounidenses, aunque la imputación fue controvertida. En la inusitada imputación, desclasificada en julio de 2020, las autoridades lo acusaban de concierto para delinquir, asistencia a terroristas, de narcoterrorismo y conspiración para financiar el terrorismo, entre otros delitos.
La decisión de no extraditar a Melgar Díaz por ahora coincide con un momento álgido de la “guerra antipandillas” del presidente Nayib Bukele. Desde la promulgación de un estado de excepción, a finales de marzo, que suspendió varios derechos constitucionales para facilitar la detención de cualquier ciudadano, el gobierno ha privado de la libertad a más de 50.000 personas, sospechosas de pertenecer a una pandilla. Por otro lado, los grupos de defensa de derechos humanos han denunciado cientos de detenciones arbitrarias, muertes en prisión y otros abusos en los meses que lleva ese decreto en vigor.
Análisis de InSight Crime
Melgar Díaz no es un líder cualquiera de la MS13, y es casi seguro que el gobierno estadounidense considerará la negativa a extraditarlo como una muestra de desprecio del presidente Bukele hacia sus fiscales.
De hecho, el entonces fiscal general Bill Barr anunció los cargos históricos contra Melgar Díaz desde la Casa Blanca con la presencia del expresidente Donald Trump y de John Durham, director de la Fuerza de Tarea Conjunta Vulcano, cuyo objetivo declarado es “acabar” con la MS13. Nunca se había visto que funcionarios de tan alto rango señalaran a la MS13 de manera deliberada con tanto despliegue publicitario.
En muchas formas, Melgar Díaz y su polémica clasificación como “terrorista” por parte de los funcionarios estadounidenses representó la culminación del uso que dio el presidente Trump a la imagen de la MS13 como el "coco" para atizar el apoyo político y aumentar el respaldo a las políticas que presionó contra la inmigración. Después de eso, el gobierno estadounidense ha procedido a imputar a otros 14 líderes de la MS13 por delitos relacionados con el terrorismo en enero de 2021.
En junio de este año, funcionarios de la embajada de Estados Unidos instaron a las autoridades salvadoreñas a extraditar a Melgar Díaz y a los otros líderes buscados para su extradición.
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En un correo electrónico a InSight Crime, un portavoz dijo que el Departamento de Justicia de Estados Unidos no haría comentarios sobre el asunto relacionado con la extradición.
El hecho de que se congelara por ahora la extradición de Melgar Díaz —en medio de la llamada “guerra antipandillas”— dice mucho de la naturaleza selectiva de la ofensiva del presidente Bukele. Mientras hay rumores de que algunos líderes de la MS13 han sido escoltados por los mismos funcionarios de gobierno fuera de su lugar de reclusión y del país, muchísimos otros acusados de nexos con las pandillas han sido encerrados sin el debido proceso.
Hasta el momento, el presidente Bukele solo ha accedido a extraditar a algunos pandilleros de bajo rango, lo que no satisface las demandas de Estados Unidos, que quiere procesar a los cabecillas de esa organización. De otro lado, debe tenerse en cuenta que su administración no ha perseguido de la misma forma a los pandilleros con quienes presuntamente negoció en su gobierno para lograr reducir los índices de violencia, algunos de los cuales están pedidos en extradición por Estados Unidos.