Este año, los funcionarios de República Dominicana han tomado varias medidas para tratar de prevenir la propagación de las pandillas de Haití, pero al parecer dichas medidas no hacen parte de una estrategia coordinada.
El 15 de septiembre, ante un evento de la Organización de Estados Americanos (OEA), el presidente dominicano, Luis Abinader, defendió la polémica construcción de un muro de 164 kilómetros en la frontera con Haití. Los funcionarios dominicanos afirman que el muro, iniciado en el mes de febrero, reducirá el contrabando de drogas, armas y personas.
En su discurso, el mandatario afirmó que el “crimen organizado” de Haití estaba “intentando cambiar el orden” en República Dominicana, aunque no dio más detalles sobre el tema, según un informe de EFE.
Esta no es la única vez que Abinader ha hecho señalamientos contra el crimen organizado haitiano recientemente. Su medida más polémica se produjo el 7 de septiembre, cuando prohibió el ingreso al país de varias figuras criminales haitianas, como Jimmy Chérizier, alias “Barbecue”, y Jean Pierre Gabriel, alias “Ti Gabriel”, que son los líderes de las poderosas federaciones de pandillas haitianas G9 y G-PEP, respectivamente.
Pero la lista también incluía a Claude Joseph, un ex primer ministro interino de Haití. En una publicación en Twitter el 8 de septiembre, Joseph denunció esta medida como una “decisión escandalosa”, argumentando que ponía de manifiesto el sentimiento “antihaitiano” de Abinader. La lista no ofrecía detalles acerca de por qué Joseph, quien actualmente no está bajo investigación por ningún delito en Haití, fue incluido en ella.
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Esta medida se produjo en un momento en que el crimen organizado haitiano se ha convertido en un tema candente en República Dominicana. En agosto, el candidato presidencial dominicano Francisco Domínguez Brito exigió la creación de una unidad especializada para evitar “una ola imparable de secuestros” por parte de las pandillas haitianas.
Por otro lado, el ejército dominicano anunció en junio que mantener alejados a los criminales haitianos era una prioridad institucional actualmente.
Análisis de InSight Crime
Es comprensible que la extrema violencia de las pandillas de Haití haya aumentado los temores en República Dominicana. Sin embargo, los intentos de la administración Abinader de anticiparse a la migración criminal han sido, en el mejor de los casos, ineficaces.
En primer lugar, ningún político dominicano ha ofrecido aún pruebas de que las pandillas de Haití estén tratando de migrar. Incluso a nivel teórico, esta sería una opción extraña. Si bien los dos países son vecinos, son completamente distintos lingüística, cultural y criminalmente, y el hampa dominicana es notable por sus bajos niveles de violencia.
En segundo lugar, incluso si algunos pandilleros quisieran trasladarse a República Dominicana, no está claro cómo —ni por qué— algunos cabecillas estarían interesados en seguirlos. Los cabecillas incluidos en la lista se encuentran ocupados en las guerras criminales de Puerto Príncipe; además, la mayoría están siendo perseguidos por la policía. Resultaría extraño que abandonaran sus bastiones, a los que defienden ferozmente, para trasladarse a un país extranjero que les es hostil.
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En tercer lugar, no ha habido pruebas que vinculen a Claude Joseph con ningún otro grupo del crimen organizado. Si bien fue interrogado repetidamente por el asesinato del presidente Moïse en julio de 2021, los investigadores se enfocaron sobre todo en el oponente político de Joseph y actual presidente interino de Haití, Ariel Henry.
En septiembre de 2021, el fiscal general del país pidió que Henry fuera arrestado y acusado, pero este lo destituyó el mismo día. Por lo tanto, si bien en Haití existen conexiones entre élites y crimen organizado, la inclusión de Claude Joseph quizá fue una decisión de carácter político, como afirma el doctor Djems Olivier, sociólogo y profesor de la Universidad Nacional de Haití.
“Parece que aprovecharon la oportunidad para poner su nombre entre los de los líderes pandilleros”, le dijo el profesor a InSight Crime. Esto quizá se deba a las abiertas críticas de Joseph hacia el presidente Abinader, particularmente con respecto a sus políticas cada vez más represivas contra los migrantes haitianos.