Estafadores en Venezuela se aprovechan de la desesperación de los venezolanos para estafar con la venta de paquetes de ayuda alimentaria gubernamental inexistentes, subvenciones pertenecientes a un programa que se ha usado para todo tipo de fraudes.
Según una nota de El Pitazo, los timadores contactan a potenciales víctimas por WhatsApp y les ofrecen cajas de alimentos del sistema de ayuda alimentaria del gobierno, los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP). Los paquetes se ofrecen a un precio inferior al mercado, de 50 bolívares (unos US$10), aunque se supone que son ayudas para los venezolanos en condición de pobreza.
Los estafadores se hacen pasar por conocidos, identificándose con nombres comunes para convencer a las víctimas de que cambiaron su número de teléfono. Para eso les piden que agreguen “este número y borren el otro”. Además, tratan de crear confianza mandando fotografías de los víveres ofrecidos.
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El Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) de Venezuela alerta que esta es tan solo una de las muchas tácticas que usan los timadores cibernéticos para embaucar a los venezolanos.
Solo 11 días antes, el medio informativo Primicia, publicó otro llamativo ejemplo de cómo los delincuentes abusan del sistema CLAP, cuando varios agentes del CIPC recuperaron 1.430 cajas de víveres en Caracas. Las autoridades detuvieron a un sujeto de 31 años, responsable del robo, mientras dos de sus cómplices escaparon.
Análisis de InSight Crime
Implementado por el presidente Nicolás Maduro para entregar alimentos básicos a los venezolanos más desfavorecidos, el sistema CLAP ha sido objeto constante de abuso por parte de actores criminales y funcionarios públicos.
El ejemplo más notorio es una presunta maquinaria de coimas y lavado de dinero por el que se vendieron productos comestibles no aptos para el consumo con sobreprecios, los cuales se adquirieron en México.
Fiscales estadounidenses acusaron a varios presuntos participantes del esquema, como el socio comercial de Álex Saab, el empresario colombiano Álvaro Pulido. A este último se lo acusa de usar una serie de empresas de papel para lavar cientos de millones de dólares en ganancias de los contratos de los CLAP. Las empresas de papel incluyen Group Grand Ltd., registrada en Hong Kong, que proveyó más de 11,5 millones de cajas del programa CLAP y está controlada por Saab y Pulido, según un pliego de cargos e información de Associated Press.
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La acusación formal también señala a José Gregorio Vielma-Mora, exgobernandor del estado venezolano de Táchira, que está acusado de recibir coimas.
Saab, actualmente en custodia en Estados Unidos acusado de participar en otro caso de corrupción, ya había sido sancionado anteriormente por el Departamento del Tesoro, por presunto lucro obtenido a partir de sobreprecios en contratos. El Tesoro también sancionó a los hijos de la primera dama Cilia Flores, por presunta participación en el esquema.
Las cajas del programa de ayuda CLAP también tienen una historia de instrumentalización para manipular a los venezolanos. En 2018, la organización no gubernamental venezolana Fundación Redes informó que el Ejército de Liberación Nacional (ELN), guerrilla colombiana con importante presencia en el país bolivariano, estaba distribuyendo cajas de los CLAP, al parecer con colaboración del gobierno venezolano.
De igual forma, en Caracas, grupos armados afines al régimen, conocidos como “colectivos”, obtienen ganancias con la distribución de las cajas de CLAP en los barrios bajo su control, según un periodista local en Caracas y otras fuentes entrevistadas por InSight Crime bajo la condición de que se mantuviera reserva de su identidad.
Como sucede con tantos otros que abusan del sistema CLAP, los colectivos aprovechan su cercanía con el régimen, pues varios miembros de algunos grupos son empleados en altos cargos dentro del mismo sistema CLAP, como relató Infobae en enero de 2020.