Poco después de la captura del señalado capo del narcotráfico Dairo Antonio Úsuga, alias "Otoniel", el presidente de Colombia Iván Duque anunció que el traficante más buscado del país sería enviado a Estados Unidos a responder ante la justicia.
Úsuga lleva más de una década en el radar de los fiscales estadounidenses, y hay pliegos de cargos en su contra en tres juzgados estadounidenses. Aunque mucha parte de la información se mantiene en reserva, las acusaciones permiten vislumbrar cómo fue su ascenso en el hampa de Colombia, y muestran que también fue uno de los últimos supervivientes del grupo al que los fiscales denominan "Los Urabeños".
Otoniel fue imputado por primera vez en 2009 por narcotráfico y conspiración para cometer actos de terrorismo en el Distrito Sur de Nueva York. Los fiscales el caso solo alegaron que Úsuga y su hermano, Juan de Dios Úsuga, alias "Giovanni", "proporcionaron apoyo y coordinación logística para el tráfico de narcóticos".
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El principal señalado en esa imputación era Daniel Rendón Herrera, alias "Don Mario", quien manejó las finanzas de un bloque del grupo paramilitar de extrema derecha, Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Más adelante, Don Mario creó su clan narcotraficante en el noroeste de Colombia, en la región de Urabá, de donde tomó su nombre el grupo.
Los cargos de narcoterrorismo se derivan del paso de Don Mario por las AUC, designadas como organización terrorista extranjera por el Departamento de Estado estadounidense. Los fiscales acusaron a Don Mario de determinar las muertes de comandantes guerrilleros, cobrar impuestos a narcotraficantes para la compra de armamento, asesinar policías y secuestrar civiles. Don Mario fue capturado en abril de 2009.
Seis años después, Úsuga fue imputado de nuevo en dos juzgados distintos de Estados Unidos. En junio 2015, fue acusado de narcotráfico en el Distrito Sur de Florida. Un mes después, fue acusado en el Distrito Este de Nueva York por concierto para delinquir, conspiración para traficar drogas, distribución de cocaína y conspiración para cometer homicidio.
Los fiscales de Nueva York fueron los primeros que mencionaron a Otoniel, junto a Don Mario, como principal cabecilla de la organización traficante Los Urabeños. Según estos, el grupo traficó "cargamentos de cocaína por varias toneladas" hacia Centroamérica y México con fines de importación a Estados Unidos. El grupo también coordinó la "producción, compra y trasiego" de los cargamentos de cocaína, a la par que cobraba impuestos sobre la cocaína que pasaba por las áreas bajo su control, dijeron los fiscales.
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El pliego de cargos calcula —en un lapso de nueve años, de 2003 a 2012— unos 30 cargamentos de cocaína, que oscilaban entre 1,6 y 12 toneladas. Los cargamentos suman cerca de 75 toneladas de cocaína.
Aparte de Otoniel, se imputó a otros once hombres en los casos de 2015. Estos incluyeron siete comandantes que, según los fiscales, cobraban impuestos por las drogas y controlaban a los combatientes en el territorio controlado por el grupo. Los acusados fueron Roberto Vargas Gutiérrez, alias “Gavilán”; Jairo Durango Restrepo, alias “Guagua”; Carlos Antonio Moreno Tuberquia, alias “Nicolás”; Aristides Manuel Meza Páez, alias “El Indio”; Luis Orlando Padierna Peña, alias “Inglaterra”; Jobanis de Jesús Ávila Villadiego, alias "Chiquito Malo”, y César Daniel Anaya Martínez, alias “Tierra”.
También se acusó a otros tres individuos: Yony Alberto Grajales Álvarez, alias "Ahijado”, dirigía una oficina de cobro de deudas en la ciudad de Cali, Óscar David Pulgarín Gañán, alias “El señor de los caballos”, lavó dinero para el grupo, y Ramiro Caro Pineda, alias “Nolasco”, controlaba varias pistas de aterrizaje en la costa Atlántica colombiana.
Los tres se encuentran bajo custodia de las autoridades, y Pulgarín Gañán y Caro Pineda se declararon culpables de los cargos que se les imputaron. De los comandantes, cuatro fueron dados de baja y dos fueron capturados.
El único que queda del grupo central es Chiquito Malo, y es posible que sea uno de los sucesores naturales para asumir el control de Los Urabeños tras la captura de Otoniel.