Una red de narcotráfico de México, que tenía conexiones con los carteles del país, operaba cultivos de marihuana y laboratorios de procesamiento de cocaína en España, lo que indica que los grupos criminales mexicanos se están integrando cada vez más al creciente tráfico de drogas en Europa.
Más de 200 agentes realizaron allanamientos en las provincias de Madrid y Guadalajara, que dejaron como resultado el arresto de dos docenas de personas y la incautación de una tonelada de marihuana y 37 kilos de cocaína, según un comunicado de prensa emitido el 4 de junio por la Policía Nacional de España.
El comunicado señala que la red de drogas era dirigida por una familia mexicana conectada con los carteles del país, luego de utilizar 10 millones de dólares en efectivo y oro para establecerse en la capital de España. La investigación se inició luego de que varios ciudadanos mexicanos, provenientes del estado de Sinaloa, comenzaran a ocupar lujosas viviendas en 2020.
Los agentes de la policía observaron que los miembros de la familia operaban grandes granjas de marihuana en Guadalajara, donde recibían visitas de narcotraficantes. La marihuana cosechada se exportaba a empresas legítimas en Portugal y Suiza, las cuales extraían cannabidiol (CBD) de los cogollos de marihuana para el mercado legal.
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Por otra parte, por correo se contrabandeaba base de coca desde Suramérica, después de lo cual se transformaba en cocaína en laboratorios clandestinos administrados por la familia. La cocaína se vendía a traficantes holandeses y croatas o se enviaba a una red de distribución local en la que participaban ciudadanos chinos.
Análisis de InSight Crime
España ha sido durante mucho tiempo la puerta de entrada de algunos migrantes mexicanos asociados al crimen y al tráfico de drogas hacia Europa, en donde han aumentado los cargamentos de metanfetamina y cocaína provenientes del otro lado del Atlántico debido a la creciente demanda. Sin embargo, la red mexicana ubicada en Madrid estaba al parecer abriendo nuevas puertas para el tráfico de drogas.
En primer lugar, como informó InSight Crime en mayo de 2022, el contrabando de base de coca hacia Europa para ser procesada en el continente es una práctica creciente, manejada sobre todo por manos colombianas. Los traficantes mexicanos tampoco suelen estar involucrados en la distribución local.
En una entrevista con InSight Crime en mayo de 2022, Laurent Laniel, analista científico del Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (OEDT), advirtió sobre la entrada de grupos mexicanos al tráfico de drogas en Europa.
“La situación teórica de que los grupos mexicanos se están estableciendo en Europa representa un tipo de amenaza que podría ser fatal y generaría graves aumentos de la violencia y la corrupción”, afirma Laniel.
En segundo lugar, la participación de criminales mexicanos en los cultivos de marihuana en Europa sí es una novedad.
España ya es uno de los principales productores ilegales de marihuana en Europa, y es además el principal corredor de volúmenes significativos de hachís (resina de marihuana de alta resistencia) contrabandeados desde Marruecos.
El más reciente caso de ciudadanos mexicanos relacionados con la marihuana en España involucraba el tráfico de hachís desde el país norteafricano. En octubre de 2021, las fuerzas del orden españolas desmantelaron un grupo que utilizaba pilotos mexicanos para contrabandear la droga en helicóptero.
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El caso, sin embargo, adquiere una nueva dimensión dado que la familia de Sinaloa estaba cultivando marihuana con el fin de infiltrarla en la economía legal de Europa, proporcionando la materia prima para los productos de CBD, que actualmente están en auge.
De alguna manera, esta movida refleja un cambio no solo en España, sino también en el propio comercio de marihuana de México. Desde 2013, la creciente legalización de la marihuana en todo Estados Unidos ha reducido la demanda de cannabis mexicano ilegal, por lo que ahora es “apenas rentable”, como afirma un operador de alto nivel del Cartel de Sinaloa.
Como resultado, se ha presentado una pequeña pero creciente producción de concentrados de marihuana, como el aceite de CBD, para los cuales los grupos criminales mexicanos pueden encontrar un boyante mercado de consumo.