Un informe reciente arroja luz sobre cómo los grupos criminales se coordinan con funcionarios corruptos para traficar cientos de toneladas de cocaína desde el principal puerto de Perú cada año.

Según una investigación realizada por La República, los grupos criminales consiguen traficar drogas desde el principal puerto de Perú, en la ciudad de Callao, sobornando trabajadores y otros funcionarios. Una fuente citada en el informe —un exnarcotraficante— dijo que los jefes de seguridad cobran alrededor de US$20.000 por entrar al puerto y que los estibadores cobran por lo menos US$10 por cada kilo de cocaína.

Según el narcotraficante entrevistado por La República, la red de trabajadores portuarios corruptos sabe que sólo puede ubicar la cocaína en los contenedores una vez éstos hayan sido inspeccionados por la aduana. Si los contenedores son seleccionados para una segunda inspección, los traficantes suelen ser notificados por sus contactos aduaneros con horas de anticipación.

Por otro lado, los esfuerzos de interdicción en el puerto se ven dificultados por la falta de equipos de detección como escáneres móviles. Junto con la infiltración criminal en la policía y las agencias de aduana, lo anterior da lugar a una situación en la que las autoridades detectan menos del 20 por ciento de la cocaína traficada por el puerto del Callao, informó La República.

Según el exjefe de la Dirección Antidrogas (Dirandro), el 80 por ciento de la cocaína de Perú sale por Callao y en menor medida por el puerto de la ciudad noroeste de Paita. Según la Dirandro, en Perú cada año se producen 320 toneladas de cocaína, lo que significa que cada año se traficarían 256 toneladas de la droga a través de los dos puertos marítimos.

Sin embargo, Ricardo Soberón, exjefe de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida) —otra agencia antidrogas de Perú—, dijo a La República que, según sus estimaciones, anualmente se trafican sólo 120 toneladas de la droga por vía marítima, de las cuales 80 son contrabandeadas a través de Callao.

Análisis de InSight Crime

Si bien no hay duda alguna de que Callao es una ruta de contrabando importante, es poco probable que por el puerto se trafique el 80 por ciento de la cocaína del país. Estimaciones indican que desde la región cocalera más importante de Perú, el Valle de los Ríos Apurimac, Ene y Mantaro (VRAEM), se transportan cada año entre 200 y 240 toneladas de cocaína mediante un puente aéreo que comunica al país con Brasil a través de Bolivia. Un experto en seguridad le dijo a InSight Crime en 2014 que el 90 por ciento de la cocaína producida en la región del VRAEM es traficada por vía aérea.

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Sin embargo, no se puede subestimar la importancia de los puertos marítimos para el comercio de cocaína; por ejemplo, en Colombia se desató una lucha entre grupos criminales rivales por el control del puerto de Buenaventura en el Pacífico, desde donde se trafican anualmente más de 250 toneladas de cocaína. En Perú está ocurriendo una dinámica similar: las bandas de narcotraficantes han comenzado a luchar por el puerto del Callao, una batalla que hasta el momento ha dado como resultado más de 26 homicidios.

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