El martes 12 de mayo de 2011, unas diez camionetas con vidrios polarizados pararon en una estación local de gasolina en Cobán, capital del estado de Alta Verapaz, al norte de Guatemala. Los hombres iban fuertemente armados y hacían gala de eso. La estación de gasolina se encuentra a media cuadra del comando de la policía nacional de Cobán. Llenaron sus camionetas cuatro por cuatro con cerca de 150 galones de gasolina, luego manejaron unos 100 kilómetros en dirección norte por una importante autopista para comenzar una racha criminal que duró una semana y sacudió los cimientos de este país de 14 millones de habitantes.

Empezó como terminaría: con una mutilación. Las tres primeras víctimas eran familiares de Raúl Otto Salguero, un prominente terrateniente de la zona. Dos de sus cuerpos fueron hallados a un lado de la carretera, cortados en pedazos con una nota: “Otto Salguero, voy por tu cabeza: Att Z 200“. El sábado, 15 de mayo, los hombres interceptaron a Harold León, miembro de una prominente familia criminal guatemalteca, mientras conducía por una calle, y los asesinaron a él y a dos de sus guardaespaldas.

*Este artículo hace parte de una serie sobre la presencia y expansión de Los Zetas en Guatemala. Vea la serie completa aquí. También puede descargar el PDF completo aquí.

En la madrugada del domingo, los hombres entraron a la finca Los Cocos, a unos 30 kilómetros al noroeste de la turística ciudad de Flores, donde encontraron a 27 jornaleros. Las horas siguientes, las pasaron torturándolos y asesinándolos. Las autoridades hallaron 27 cuerpos decapitados. Al final de la masacre, los fiscales dijeron que los sospechosos tomaron la pierna de una de las víctimas y dejaron un mensaje para Salguero en la pared: “¿Qué onda Otto Salguero? Te voy a encontrar y te voy a dejar así.”

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Los hombres retornaron a Alta Verapaz donde, el 25 de mayo, secuestraron a Allan Stowlinsky Vidauverri, fiscal local de Cobán, cuando llevaba a su hijo a un complejo deportivo local.

El cuerpo de Stowlinsky fue hallado al día siguiente, cortado en pedazos, en bolsas plásticas en las escaleras de su oficina. En los días siguientes, el gobierno, actuando con una prontitud sin precedentes, capturó a más de 40 sospechosos, incluyendo dos supuestos comandantes del grupo y un contador. Pero el daño estaba hecho. Los Zetas notificaron al mundo: Guatemala sería suyo.

Orígenes y expansión

Cómo Los Zetas, un grupo criminal con raíces mexicanas, ha llegado a operar de manera tan absoluta en Guatemala —el punto de tránsito, depósito y reunión estructural para el tráfico de drogas en Centroamérica— tiene mucho que ver con el modus operandi de Los Zetas, así como con las dinámicas locales de esta nación centroamericana.

Los Zetas son distintos de la mayor parte de organizaciones criminales. Empezaron a finales de los años noventa como el brazo armado del Cartel del Golfo. Su médula estaba integrada por antiguos miembros del Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales (GAFES). Toman su nombre de señales de llamados de radio. Zeta es el alto comandante de las GAFES en las ondas radiofónicas. Su entrenamiento , tácticas, y crudeza superiores permitieron al Cartel del Golfo convertirse en una fuerza nacional y a su líder, Osiel Cárdenas, para convertirse en el líder de carteles más temido del país.

Pero más que las tácticas, fue su estrategia la que cambió el juego criminal. En la base de esta estrategia está la noción de que la parte más importante de manejar el hampa es controlar el territorio. Fue la perspectiva decididamente militar la que tuvo un profundo impacto en la manera como sus rivales y los gobiernos regionales han reaccionado contra ellos.

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Para Los Zetas, el control del territorio es la vía para controlar lo que en la jerga callejera mexicana llaman el “piso”. Éste “piso” es simplemente una cuota o impuesto que el grupo controlador cobra por cualquier actividad ilegal en su territorio. El cobro de “el piso” no es una estrategia nueva. Durante años lo han cobrado las organizaciones criminales, especialmente las que controlan áreas limítrofes por donde las drogas pasan a los Estados Unidos. Los Zetas simplemente se hicieron expertos y después lo expandieron.

Al principio, estaban al servicio de Cárdenas, el líder del Cartel del Golfo. El interés de Cárdenas era el tráfico de drogas, por lo cual Los Zetas tenían un control limitado. Con algunas excepciones, su papel era asegurar el territorio para trasladar la cocaína hacia el norte, hacia Estados Unidos. Pero después de que Cárdenas fue encarcelado en 2003, Los Zetas tuvieron más campo de acción. Esto significó cobrar el “piso” a prácticamente toca actividad criminal diferente del tráfico de drogas: secuestro, piratería, prostitución de poca monta y juegos de azar. Esto les permitió costear su propio crecimiento y expansión donde simplemente repitieron el proceso.

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Inevitablemente, Los Zetas buscaron más de lo que se considera las migajas del hampa y empezaron a buscar el control del negocio del narcotráfico. Desde la cárcel, Cárdenas dio su consentimiento y pronto los líderes comenzaron a comprar cargamentos de cocaína del Cartel del Golfo en tránsito hacia el norte. Con el aumento de ingresos se aceleró un proceso que ya estaba en movimiento: más dinero significó más tropas y más territorio, y la expansión hacia el sur continuó hasta que Guatemala entró en el panorama. 

El Cartel del Golfo ya operaba en Guatemala. El país tiene una importancia estratégica de la cual el hampa sólo se dio cuenta con el tiempo. Con su gobierno quebrado y en bancarrota, era un entorno casi perfecto para operar con impunidad. A lo largo de los añps, Guatemala ha crecido hasta llegar a ser uno de los países de tránsito de drogas ilegales más importantes de la región. Estados Unidos estima que más de una tonelada de cocaína pasa a diario por Guatemala. Pero es más que una tierra fértil para aterrizar y mover drogas. Es el eje de la cadena de distribución, el sitio donde el precio de un kilo de cocaína pura es todavía, relativamente, una ganga. Se gana el control del producto en Guatemala y los márgenes pueden casi duplicarse en relación con lo que se podría lograr apropiándoselo en México.

Los Zetas en Guatemala

En 2007, Los Zetas hicieron cuentas y se percataron de que debían moverse más abajo en la cadena de los narcóticos. Agentes de Los Zetas empezaron a aparecer en Cobán, haciendo tratos con agentes locales guatemaltecos para comprar cargamentos transportados desde Colombia.

El campo de acción y el apetito del grupo habían expandido mucho aún después de que Cárdenas —quien aún mantenía algún control sobre el Cartel del Golfo desde la cárcel en México—, fue extraditado a Estados Unidos en enero del mismo año. Los remanentes de liderazgo del Cartel del Golfo trataron de mantener cerca a Los Zetas, pero la alianza se estaba deshaciendo. Para finales de 2007, uno de los cabecillas del Golfo se negó a un encuentro personal con los comandantes de Los Zetas. Mientras tanto Los Zetas continuaron traficando con los guatemaltecos. Uno de ellos, Horst Walther Overdick, ha sido un aliado fundamental desde el principio dados sus orígenes locales, su formación y sagacidad en los negocios.

Overdick creció en Alta Verapaz. El montañoso departamento es el corazón de Guatemala. Tiene un pequeño aeropuerto y carreteras que lo comunican con las cuatro esquinas del país, lo que facilita su importante industria agrícola. Alta Verapaz es el principal productor de cardamomo de Guatemala, y tiene una producción creciente de aceite de palma, maíz y café. Overdick estudió en Cobán y después de terminar la universidad, trabajó como comprador local de cardamomo. Conocidos como “coyotes”, estos compradores viajan a sitios remotos de la región en las épocas de cosecha, compran el cardamomo por cargas, y lo venden en el mercado de Cobán.

Guatemala exporta más cardamomo que cualquier otro lugar del mundo, pero no es un negocio fácil. Los lugareños dicen que los productores y vendedores se frustraron con las grandes fluctuaciones en los precios del cardamono . Para suavizar los periodos difíciles, dicen los lugareños, estos negociantes “diversificaron”, por ejemplo, empezaron a transportar otros productos, algunos de ellos ilegales. Para un hombre como Overdick, era el complemento natural. Gracias sus días de “coyote”, obtuvo la infraestructura, el conocimiento y los contactos necesarios para mover ese tipo de productos. Y Overdick usó ese conocimiento para entrar al juego de distribución de droga.

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A mediados del 2000, negociantes locales, como Overdick habían logrado diversificarse, llevándose consigo su parte de contactos. Por su parte, Overdick asumió un apodo: “El Tigre”. Cuando Los Zetas llegaron en 2007, la red de Overdick abarcaba desde el Congreso nacional hasta la policía local y los militares. Un cable diplomático de Estados Unidos, emitido por WikiLeaks, dice que en una requisa a la casa de Overdick, las autoridades guatemaltecas hallaron tres cheques para Carlos Adolfo Mancilla, Coronel del Ejército. Después Mancilla fue promovido a Brigadier General y Jefe de Estado Mayor de la Defensa Nacional.

Overdick también ha mantenido la fachada de su negocio agrícola, así como sus contactos en el sector del cardamomo y otros productos. Se alió con uno de los más grandes importadores de droga y uno de los mayores proveedores de armas en la zona. Lo que le faltaba a Overdick era poder armado, que fue lo que Los Zetas pusieron inicialmente sobre la mesa. Los Zetas llegaron, también, con dinero en efectivo y les ofrecieron a traficantes, como Overdick, la oportunidad de expandir sus negocios.

Pero aunque hombres como Overdick, tenían infraestructura, contactos y canales directos con las autoridades políticas y judiciales que les daban a Los Zetas cierta protección, él estaba aún en deuda con otros “jugadores” más grandes. En ese momento, el mundo de la droga en Guatemala, especialmente en el este y el norte del país, estaba manejado por tres clanes: las familias León, Lorenzana y Mendoza.

De estas tres familias, la León era la más beligerante, así como la más ambiciosa. Juan León, o “Juancho” como se lo conocía, era la cabeza del grupo, empezó como agente de un traficante local. Luego se casó con Marta Lorenzana, la hija de la cabeza del poderoso clan Lorenzana. En 2007, León se había abierto camino combinando el tráfico, robo e intimidación para llegar hasta la cúspide de la cadena. Entonces se extendió a Alta Verapaz y Petén, comprando tierras y hacienda contacto con fuerzas políticas y de seguridad, de modo que pudiera imponer su voluntad sobre pequeños y grandes distribuidores como los de Cobán. A estos lugareños de Alta Verapaz, especialmente a Overdick, no les gustaba Juancho León. En particular, no les gustaba tener que pagarle piso por usar su territorio cerca de la frontera.

En 2007, cuando Los Zetas hacían su debut en Cobán, esta molestia por el piso de León estaba en ebullición. Fuenteslocales le dijeron a InSight Crime que algunos aliados de la familia León robaron cargamentos de droga pertenecientes a Overdick. Éste a su vez respondió asesinando a varios miembros del grupo. Entonces la familia León mandó varios sicarios a la casa de Overdick, cerca de Cobán, y asesinaron a varios de sus guardaespaldas. Él escapó, escondiéndose con su familia en un compartimiento escondido en la casa.

Nada de esto es de dominio público. Lo que sí está registrado es una versión del gobierno de Guatemala durante un juicio a varios agentes de Los Zetas, en el cual declaran que el grupo mexicano y Overdick querían controlar el corredor de Zacapa, un estado fronterizo conocido desde hace mucho por ser área de recepción y reunión de narcotraficantes. Es seguro que, para Overdick la alianza con Los Zetas representaba una oportunidad para deshacerse de un señor feudal. Para Los Zetas representaba la oportunidad de afianzar su posición en Guatemala. Todavía hoy es posible sostener que ambas partes ganaron con el trato.

Los grupos de Los Zetas y Overdick convocaron a una reunión con León en su territorio. En un preludio de futuras formas de cooperación, ambos grupos llevaron tropas para el “encuentro”. Esto incluyó algunos especialistas mexicanos e incluso posiblemente la participación de Miguel Treviño, alias “Z-40.” Treviño es el segundo al mando de Los Zetas y tenía a Guatemala en la mira como potencial “plaza” o corredor de drogas, donde él podría reforzar su posición en su grupo y en el mundo del hampa.

La caravana de autos, como todas las que la seguirían, salieron de Cobán, y en pocas horas se encontraron con el grupo de León en un restaurante en Río Hondo, Zacapa. La batalla, que ha sido inmortalizada en una canción como una lucha heróica, fue más bien una masacre. Con una combinación de rifles de as alto y lanza-granadas, las pandillas de Los Zetas y Overdick aplastaron al grupo de León. El primero en caer fue Juancho León, seguido de diez de sus escoltas. Autos abrasados y cuerpos dispersos en la escena. Era el 25 de marzo de 2008. Los Zetas habían llegado.

Steven Dudley is the co-founder and co-director of InSight Crime and a senior research fellow at American University’s Center for Latin American and Latino Studies in Washington, DC. In 2020, Dudley...

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