La designación del gobierno de Estados Unidos de la MS13 como una organización criminal trasnacional, a la par con los Zetas de México, plantea preguntas sobre si el grupo realmente se merece esta etiqueta – InSight Crime investiga las actividades del grupo en Washington DC.

El 11 de octubre, la Mara Salvatrucha MS13 se convirtió en la primera pandilla callejera en ser designada como un grupo criminal trasnacional, por parte del gobierno federal de los Estados Unidos. La preocupación por el creciente poder de la pandilla, se ha estado construyendo desde hace años: incluso en la capital de Estados Unidos y en la región circundante, la cual es hogar de la segunda comunidad salvadoreña más grande en los Estados Unidos, hay evidencia de que la MS13 se ha convertido mucho más que una célula de criminales insignificantes.

El grupo está sólidamente establecido en Washington y los estados adyacentes, incluyendo Maryland y Virginia. Junto con el condado de Prince George y el vecino condado de Montgomery, Maryland, la MS13 tiene un fuerte punto de apoyo en los condados de Fairfax y Arlington, en Virginia. En total, las autoridades creen que son entre 1.5000 y 3.000 miembros de la MS13, desplegados a lo largo de la zona.

Fuentes policiales en la region metropolitana de Washington DC, le dijeron a InSight Crime que las células locales – las unidades más pequeñas de la pandilla, que pueden tener entre 20 a 100 miembros o más – mantienen un estrecho contacto con los fundadores de la MS13 en El Salvador. Esto incluye el envío regular de una parte de sus ganancias a El Salvador, así como la coordinación de la extorsión y los golpes contra oficiales de la policía sospechosos y miembros de pandillas rivales.

Mara Influence in Washington

Según el sargento Henry Norris, de la unidad antipandillas de la policía del condado de Prince George, las seis principales células de MS13 en el área de Washington mantienen vínculos directos con los fundadores de MS13 en El Salvador. Una de ellas, los “Sailors Locos Salvatrucha”, se creó en 2005 como una extensión directa de una célula asentada en San Miguel, una ciudad al oriente de El Salvador. “Parte de lo que ellos hacen es para la célula, y otra parte es para los miembros de la pandilla en Centroamérica”, dijo Norris.

De hecho, parte de la actividad más violenta de la MS13 en el área de Washington  puede remontarse a las órdenes de líderes MS13 encarcelados en El Salvador. Según una acusación en noviembre de 2011 (disponible para descargar abajo) emitida por la federal para el Distrito de Columbia, los nacionales salvadoreños Moisés Humberto Rivera Luna y Marvin Geovanny Monterrosa Larios (quienes actualmente están en prisión en El Salvador), son acusados de dar “luz verde” a varios asesinatos en el área de Washington, comunicándose por celular con sus socios en la capital estadounidense. Uno de ellos fue el asesinato de Louis Alberto Membreno Zelaya, en 2008, un joven que había estado tratando de dejar la pandilla, llegando incluso a quitarse los tatuajes de su pandilla.

Las autoridades también creen que Rivera y Monterrosa coordinaron directamente la estrategia de la pandilla en la capital de Estados Unidos, e impulsaron la formación de una coalición de células en el área. Los grupos de células son conocidos como “programas”, y los miembros del programa del área de Washington DC se llaman a sí mismos “la Hermandad”.

Según la acusación, aparte de comunicarse regularmente con los líderes encarcelados en El Salvador, los miembros de la Hermandad también les envían fondos a través de canales de transferencias internacionales de dinero.

La evidente colaboración entre las Maras en Washington y sus contrapartes salvadoreñas, ayuda a justificar la designación de Estados Unidos de la MS13 como una “pandilla trasnacional”. Sin embargo, vale la pena tener en cuenta que las Maras están lejos de ser un grupo homogéneo, y este tipo de colaboración no es la norma para todas las células Mara en Estados Unidos. Mientras que en la Costa Este las células de la MS13 tienden a estar más estrechamente vinculadas a El Salvador, este no es el caso para la Costa Oeste, donde la Mara Salvatrucha se formó originalmente en las calles de Los Ángeles, a finales de los años 1970s. Gracias a una larga historia de actividad, las células de la MS13 en la Costa Oeste son más independientes, y en general, son más leales a los intereses de los líderes locales que aquellas en El Salvador.

La designación del Tesoro no es la primera señal de que las autoridades se han estado preocupando por el alcance internacional de las Maras. Las autoridades de los Estados Unidos han estado preocupadas por mucho tiempo sobre su potencial para desarrollarse como una organización criminal trasnacional más sofisticada, con un liderazgo nacional organizado. En un informe de 2004 (pdf), los analistas del Centro Nacional de Información sobre Drogas, escribieron que la pandilla parecía estar “aumentando su coordinación con las secciones de la MS13 en Los Ángeles, Washington DC / Norte de Virginia, y la ciudad de Nueva York, probablemente indicando un intento de construir una estructura de mando nacional”.

Este miedo se ha vuelto especialmente relevante a la luz de la reciente tregua facilitada por el gobierno, entre los líderes de Mara Salvatrucha y sus rivales en el Barrio 18, en El Salvador. El aparente cumplimiento del cese al fuego a una escala nacional, por parte de las pandillas, combinado con el estatus intensificado y la prensa positiva que han recibido del acuerdo, ha demostrado ser tanto una demostración de poder como un potencial peldaño hacia la influencia política en el país. Como señal de una potencial coordinación de las maras a una escala regional, sus contrapartes en Guatemala y Honduras han expresado su interés en replicar la tregua.

Según el académico sobre crimen organizado, John Sullivan, la MS13 y Barrio 18 ya están dando señales de actividad trasnacional sofisticada. Sullivan afirma que las Maras han “trascendido, operando en su propio territorio con un enfoque de mercado simple a operar a través de las fronteras y desafiando a las estructuras políticas”. Refiriéndose a ellas como “una tercera generación de pandillas”, él afirma que ellas están a punto de llegar a ser, o ya lo son, lo suficientemente fuertes para competir con las organizaciones narcotraficantes mexicanas.

Fuentes policiales de Maryland expresaron temores similares. El sargento Robert Musser, un supervisor de la unidad antipandillas de la policía en el condado de Montgomery, Marylnad, le dijo a InSight Crime que él no se sorprendería si la MS13 se mueve hacia una escala más grande del narcotráfico, en la próxima década.

Sin embargo, hay razones para ser escéptico de esto. El analista sobre seguridad en América Latina, Sam Logan –- autor del libro “Esto es para la Mara Salvatrucha: Dentro de la MS13, la pandilla más violenta de América” – considera que las Maras están muy dispersas y que sus estructuras de liderazgo son muy débiles para ascender hacia una real organización criminal trasnacional. En lugar de conceptualizar a la MS13 y Barrio 18 como grupos jerárquicos asentados en Centroamérica, Logan dijo a InSight Crime que ellas deben ser vistas más bien como “franquicias”, con intereses locales que tienen prioridad sobre la coordinación internacional.

Pero incluso si la MS13 en su conjunto aún no ha alcanzado el nivel de desarrollo de estructuras criminales sofisticadas como los Zetas de México, el nivel de conectividad entre la Hermandad de Washington y El Salvador es una clara demostración de que los elementos de la MS13 en los Estados Unidos están desarrollando la capacidad para hacerlo. Si esta tendencia continúa, la designación del gobierno de Estados Unidos puede ser más una proyección que una realidad.

3 respuestas a “Rastreando a la Mara Salvatrucha de El Salvador en Washington DC”