Intibucá no es un centro importante del crimen organizado, aunque sí tiene una considerable presencia de pandillas a lo largo de la porosa frontera sur del departamento con El Salvador, además de algunos indicios de narcotráfico. 

La Mara Salvatrucha (MS13) es el actor criminal más sobresaliente del departamento, pues se asentó en el sur de Intibucá luego de que los pandilleros que huían de El Salvador establecieran una célula allí y comenzaron a aterrorizar a los pobladores mediante amenazas de extorsión y violentos asesinatos. Además, la MS13 trafica pequeñas cantidades de marihuana y cocaína al país vecino, El Salvador. 

El departamento también es utilizado como una ruta para los cargamentos de cocaína que van en dirección a la frontera con Guatemala, aunque dicha ruta es menos utilizada que los principales corredores de narcotráfico de Honduras en el norte del país.   

Actores criminales

MS13: Entre 2015 y 2016, miembros de la MS13 provenientes de El Salvador comenzaron a cruzar hacia Intibucá a través de la porosa frontera sur del departamento, inicialmente para escapar de las autoridades salvadoreñas. Desde entonces, los pandilleros migrantes han reclutado miembros, han comenzado a extorsionar a los residentes del sur de Intibucá, y han cometido violentos homicidios y masacres con el fin de infundir miedo entre la población local. Las autoridades se refieren a esta célula como «Los Colochos». Su presencia ha dado lugar a un repunte de los homicidios, las extorsiones y el desplazamiento forzado en municipios fronterizos con El Salvador, como Colomoncagua, San Antonio, Santa Lucía y Magdalena.

La creciente migración de pandilleros de la MS13 de El Salvador también ha dado lugar a un aumento en el consumo de marihuana y cocaína, y el grupo ha traído armas de fuego ilícitas de El Salvador. La célula presuntamente utiliza automóviles y autobuses para traficar pequeñas cantidades de marihuana y cocaína a los departamentos salvadoreños de Morazán y San Miguel. Hay un puesto de control militar, ubicado en el municipio de Camasca, el cual está integrado por un grupo especial de tarea (Fuerza Lenca-Sumpul), encargado de detener las incursiones criminales de la MS13 a lo largo de la frontera sur de Intibucá.

Economías criminales

Tráfico de armas: En Intibucá hay una pequeña economía de tráfico de armas. Los puntos más críticos en cuanto a posesión ilícita de armas se ubican a lo largo de la frontera de Intibucá con El Salvador. En los últimos cuatro o cinco años, los miembros de la MS13 han introducido armas de contrabando en el departamento para asesinar a los habitantes de la región o para intimidarlos para que paguen las extorsiones exigidas por la pandilla. En 2019, la policía de Intibucá incautó 234 armas de fuego, la mayoría de las cuales eran armas pequeñas, como pistolas de 9 mm y revólveres.

Cocaína: La MS13 distribuye cocaína a pequeña escala, principalmente en municipios fronterizos con El Salvador. La pandilla además utiliza automóviles y autobuses para transportar pequeñas cantidades de cocaína al país vecino. Además, en el municipio de Jesús de Otoro existen emisarios de organizaciones de narcotráfico del norte de Honduras, que supuestamente están tratando de ampliar las rutas de tráfico de cocaína en la parte sur del país. La ciudad de La Esperanza conecta el sur de Honduras con el centro y oeste del país y es, por lo tanto, un punto de tránsito de drogas, si bien de menor tamaño. En 2019, la policía de Intibucá incautó solo doce dosis de cocaína.

Cannabis: Las pequeñas incautaciones de cannabis y la presencia de una importante célula de MS13 en el sur de Intibucá son indicios de una modesta economía de tráfico de cannabis en el departamento. El consumo aumentó con la llegada de la MS13 en 2015 y 2016. La pandilla también trafica pequeñas cantidades de la droga en el vecino El Salvador.

Delitos ambientales: En Intibucá no hay evidencia de tráfico de vida silvestre, pero en el departamento existe extracción ilegal de madera a pequeña escala. En 2019, las autoridades incautaron cantidades no muy grandes de pino y roble. En la frontera sur de Intibucá con El Salvador hay varios pasos fronterizos sin vigilancia, los cuales son utilizados para contrabandear diversos bienes ilegales —entre ellos madera— entre los dos países.

Trata de personas: Mujeres y niñas hondureñas son reclutadas en Intibucá y llevadas a otras zonas de Honduras para ser explotadas sexualmente. Las víctimas también son explotadas en el departamento, y la ciudad de La Esperanza es un punto de confluencia de una moderada economía criminal de trata de personas. A pesar de esto, no se notificaron casos de trata de personas en 2019.

Tráfico de personas: La Esperanza conecta el sur de Honduras con el centro y el oeste del país y, por lo tanto, es un importante punto de tráfico de migrantes. En 2019, aproximadamente 2.600 migrantes hondureños, un porcentaje de quienes iniciaron el viaje migratorio, fueron devueltos a Intibucá después de ser deportados de Estados Unidos o México. Teniendo en cuenta el precio de contratar a un coyote de la zona (aproximadamente US$7.000), esta parece ser una economía lucrativa, que llega a las decenas de millones de dólares.

Extorsión: Intibucá tiene algunos de los índices más bajos de extorsión en el país. Sin embargo, la creciente presencia de la MS13 en los municipios fronterizos con El Salvador, en particular Colomoncagua, Magdalena y San Antonio, ha llevado a un repunte de la extorsión, lo que ha obligado a muchos habitantes a abandonar sus hogares y a emigrar a otras zonas de Honduras o al extranjero.

Fuentes: Este perfil se construyó con base en una visita a La Esperanza (Intibucá) y tres visitas a Tegucigalpa, durante las cuales InSight Crime habló con representantes de la Fiscalía General a nivel nacional y local, agentes de policía nacional y local —incluidos los emplazados en la frontera sur de Intibucá—, oficiales del ejército, autoridades de la alcaldía de La Esperanza, el defensor del pueblo y activistas locales de derechos humanos, la mayoría de los cuales solicitaron que su identidad se mantuviera en anonimato. Nuestro equipo de investigación también visitó la ciudad de Camasca, en la frontera con El Salvador, donde la MS13 había aumentado su presencia. InSight Crime también utilizó información proporcionada por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), la Policía Nacional de Honduras, el Instituto Nacional de Estadística de Honduras y la prensa local.