Los puentes internacionales que conectan Colombia y Venezuela son nuevamente foco de crudas disputas armadas. “La Línea”, una banda delincuencial que antes controlaba puntos para contrabando, es la gran protagonista de esta pelea a sangre y fuego por el control del área metropolitana fronteriza.

En mayo, las autoridades han documentado al menos un enfrentamiento entre grupos criminales cada semana en los alrededores del Puente Internacional Simón Bolívar, que comunica a Villa del Rosario en Colombia con San Antonio de Táchira en Venezuela.

El más reciente enfrentamiento ocurrió en la trocha Los Mangos y dejó una persona muerta y otra herida. Una situación similar tuvo lugar la semana pasada en un paso ilegal cerca del Puente Francisco de Paula Santander, en la ciudad Colombiana de Cucutá.

Esto ocurrió cerca de la comunidad indígena Yukpa, según el secretario de gobierno local, quien también dijo que una de las propuestas es “la militarización de los pasos irregulares para evitar que los grupos armados sigan enfrentándose por mantener el dominio de las rutas de contrabando y narcotráfico”

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Las autoridades señalan que esta situación responde a enfrentamientos entre La Línea y una fuerza paramilitar formada de exsoldados venezonalos, quienes se disputan el control del contrabando de mercancías y las rutas de narcotráfico.

Análisis InSight Crime

La Línea es hoy el grupo delincuencial más fuerte en el área urbana colombiana de la extensa frontera con Venezuela. Ha logrado avanzar en el control de la mayoría de pasos informales donde controla el contrabando, cobra extorsiones, secuestra, tortura y asesina a quienes no cumplen sus órdenes.

Esta banda, que surgió como un grupo de venezolanos dedicados al contrabando, se desarrolló en la región de la frontera cobrando “impuestos” al contrabando y extorsionando migrantes de la zona. Sin embargo, rápidamente se movió a la ciudad fronteriza de Cucutá, donde avanzó en actividades de microtráfico y prostitución en los puntos neurálgicos de Cúcuta, como el parque de Las Mercedes o el Terminal de Transportes.

Según una investigación de InSight Crime, su principal centro de operaciones, es el barrio La Isla. Este barrio le da acceso directo a varias trochas y cruces informales del río Táchira y el paso hacia Venezuela.

Un agravante para enfrentar a este grupo territorial es que aplica niveles de violencia muy altos.

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Con la crisis migratoria que se inició hace más de dos años, la premisa por la cual se enfrentan este tipo de bandas es “quién controla el Puente Internacional lo controla todo”.

Sin embargo, el cierre oficial de la frontera en febrero de 2019 se ha convertido en el negocio perfecto para estos grupos se fortalezcan. Este es el caso del grupo de la Línea, la cual a partir de alianzas o disputas ha logrado gran protagonismo.

A principios de 2019, La Línea tuvo una pelea con Los Rastrojos, la cual luego de varios homicidios en Cúcuta y Puerto Santander, parece haberse resuelto a favor de los primeros.

Por su parte, con el grupo de La Frontera se habría logrado un acuerdo para disputarse el control de los puentes internacionales con los Bota de Caucho, ubicados en el lado venezolano de la frontera “en una invasión conocida como “Pequeña Barinas” a orillas del rio Táchira”.

Con el cierre oficial de los pasos oficiales, la población migrante seguirá estando a expensas de grupos como La Línea, que podría tener cada vez más integrantes y más recursos económicos.