El gobierno de Estados Unidos estima que la producción de heroína ha disminuido drásticamente en Colombia durante la última década, aunque las Naciones Unidas afirman que el país sigue siendo el principal proveedor de la droga para el mercado de Estados Unidos, Entonces ¿cuál es?

El panorama es confuso, comenzando por el más reciente Informe Mundial sobre las Drogas de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD). En el informe, la ONU dijo que Colombia siguió siendo reportado por funcionarios de Estados Unidos como el principal proveedor de heroína de Estados Unidos.

Esta afirmación pone en duda otros datos compilados por la ONU y Estados Unidos que muestran que México es ahora el mayor productor de heroína de la región, fabricando tanto como 30 veces más heroína que Colombia. Guatemala también parece haber superado a Colombia en la producción, aunque también es difícil obtener estadísticas confiables de allí.

El desglose de las piezas de esta historia ilustra el grado de profundidad de la confusión cuando se trata de estimaciones de la producción de heroína y la distribución mundial.

Las estimaciones contradictorias de la producción

Un indicador importante para determinar la producción de heroína, es la estimación de la producción anual y el cultivo de amapola que proviene de Estados Unidos y la ONU. Las dos entidades coinciden en un aspecto: después de liderar la producción de heroína en la región durante los años noventa, la producción de Colombia de la droga se ha desplomado durante la década de 2000.

Las cifras estadounidenses colocaron la producción potencial de heroína de Colombia en 2009 en 2,1 toneladas métricas, menos de la mitad de la producción potencial estimada tres años antes de 4,6 toneladas. En 2001, la producción potencial del país fue de 11 toneladas métricas. Por su parte, la ONUDD estimó la producción potencial del país de 2012 en apenas una tonelada.

Sin embargo, aunque están de acuerdo en la tendencia general, una mirada más de cerca a los datos revela algunas diferencias importantes entre las estimaciones de Estados Unidos y la ONU, en particular en relación con el número de hectáreas de amapola cultivadas y sus evaluaciones de los esfuerzos de erradicación del gobierno colombiano.

En 1995, hubo 5.226 hectáreas de amapola -la materia prima de la heroína- de cultivo en Colombia, según la ONUDD. En 2009, el organismo estimó sólo 356 hectáreas. Sin embargo, el Departamento de Estado de Estados Unidos afirmó que Colombia seguía cultivando 1.100 hectáreas de amapola en 2009, el triple de la cifra reportada por la ONUDD.

heroin cultivosEn cuanto a la erradicación de la amapola, las cifras de la ONU dicen que el número de hectáreas erradicadas cayó de 3.466 en 1995 a 546 en 2009, alcanzando un máximo en el año 2000, cuando se erradicaron 9.254 hectáreas. Según Estados Unidos, estas cifras se redujeron más, a 302 hectáreas de amapola erradicadas en 2011.

Las estimaciones producidas por estos organismos han sido criticadas en numerosos círculos, con muchos denunciando que la política con mucha frecuencia supera a la ciencia. Sin embargo, también hay desafíos geográficos para hacer estimaciones precisas de los cultivos de amapola. La mayoría de la amapola se cultiva en lo alto de las montañas en los departamentos de Nariño, Cauca, Tolima y Huila, y es mucho más dispersa que los cultivos de coca del país, por lo que es más difícil de monitorear o de atacar.

Esto podría ayudar a explicar el hecho de que en 2007, el entonces ministro de Defensa y actual presidente Juan Manuel Santos afirmó que las autoridades habían erradicado toda la amapola del país, mientras que en ese mismo año, el gobernador de Nariño estimó que unas 1.000 hectáreas de amapola aún estaban siendo cultivadas sólo en ese departamento. Al año siguiente, las autoridades reportaron la erradicación de 381 hectáreas de amapola.

Datos de incautación: Más discrepancias

Las incautaciones de heroína son el segundo indicador importante que podemos utilizar para ayudarnos a determinar cuánta heroína se está produciendo en Colombia. Esto también, sin embargo, muestra discrepancias. Según las cifras de Estados Unidos, las autoridades colombianas incautaron 468 kilos en 2012 y destruyeron un laboratorio de heroína; 130 kilos fueron incautados en el país en 2011 y dos laboratorios de heroína fueron destruidos, con otros 230 kilos siendo incautados en una operación conjunta en Costa Rica; se incautaron 367,2 kilos en 2010, fueron destruidos dos laboratorios de heroína, y 740 kilos fueron confiscados en 2009. Las dos incautaciones más grandes de heroína de la historia del país se llevaron a cabo en 2009: una de 97,4 kilos en Buesaco, Nariño, y otra de 131 kilos en el puerto de Barranquilla.

La ONUDD, por su parte, dice que cuatro toneladas de heroína fueron incautadas en Colombia entre 2007 y 2011 -una cifra significativamente mayor que los totales reportados por el Departamento de Estado de Estados Unidos para ese período- y que la producción potencial total estimada durante el mismo periodo era de seis toneladas. Como afirma la ONUDD, “Esto indicaría una tasa de incautaciones muy alta, lo que dejaría sólo una pequeña cantidad de heroína para el consumo local y la exportación”.

UNODC HeroinLas cifras de incautaciones de este año aún no han sido publicadas, y las detenciones que se han producido han conducido principalmente a incautaciones de heroína relativamente pequeñas, pero nos dan una idea de quién está actualmente involucrado en el comercio y en dónde. La redada más reciente fue el 2 de diciembre, con ocho sospechosos detenidos y dos kilos de heroína incautados en los departamentos del norte de Norte de Santander, Santander, Córdoba, Sucre y Guajira, así como en Bogotá, por tráfico de cocaína y heroína. El grupo presuntamente estaba vinculado a los Urabeños, adquiriendo sus drogas en Antioquia, y embarcándolas en la costa norte, en lanchas rápidas.

En septiembre, 11 sospechosos fueron arrestados por la producción y el tráfico de heroína y cocaína, la mayoría en Norte de Santander. Otros fueron detenidos en Barranquilla y en Popayán, la capital del departamento de Nariño, al suroeste, donde la red compró la heroína antes de enviarla hacia el norte y hacia afuera a través de Venezuela. Durante la operación se incautaron 39,6 kilos de heroína.

Una red desmantelada en mayo presuntamente compró el producto del Frente Sexto de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), también en Nariño, donde se cree que el grupo guerrillero controla una gran parte de la producción de heroína. Posteriormente, el grupo transportó un poco de heroína por tierra a Cúcuta -la capital de Norte de Santander- y otro poco a Bogotá, antes de enviarla a Estados Unidos. En marzo, las autoridades desmantelaron otro grupo que supuestamente había comprado heroína de las FARC y los Rastrojos en el suroeste de Colombia. antes de enviarla al norte.

Polvo blanco y heroína negra

Una explicación de la percepción de que la heroína colombiana sigue dominando el mercado de Estados Unidos podría provenir del tipo de heroína que Colombia introdujo en ese mercado. La aparición de Colombia, como el principal proveedor de heroína de Estados Unidos en los años noventa, se vio facilitada por una serie de factores, incluyendo el desarrollo de un polvo blanco de heroína que tuvo hasta un 90 por ciento de pureza. Esto implicó que podría ser inhalada o fumada, así como inyectada, haciéndola particularmente atractiva cuando surgió la epidemia del VIH.

Desde entonces, cuando cayó en picada el cultivo de amapola de Colombia, el de México casi se cuadruplicó, pasando de 5.050 hectáreas en 1995 a 19.500 hectáreas en 2009. La diferencia clave, históricamente, entre la heroína mexicana y la colombiana -y que le dio a Colombia la ventaja en el mercado en Estados Unidos- fue que el producto de México era una variedad menos pura de heroína negra.

Sin embargo, la pureza de la heroína mexicana comenzó a subir en los años noventa, e información de fuentes estadounidenses sugiere que los mexicanos ahora están produciendo una variedad de polvo blanco similar al producto colombiano. Esto podría causar confusión sobre el origen de una parte de la heroína en el mercado de Estados Unidos. En su más reciente Evaluación Nacional de Amenazas, la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) reportó que los traficantes mexicanos se estaban expandiendo cada vez más en los mercados del este y el medio oeste de Estados Unidos, tradicionalmente dominados por la heroína colombiana, aunque también sugirió que los carteles mexicanos estaban moviendo producto sudamericano, confundiendo aún más los orígenes de la heroína.

Diversas rutas

Una diversidad de rutas utilizadas para traficar heroína podría ayudar a explicar aún más las estimaciones inconsistentes acerca de cuánta heroína se está moviendo. Las autoridades estadounidenses informaron en 2008 que una gran cantidad de heroína colombiana estaba saliendo del puerto del Pacífico de Buenaventura, al suroeste, en envíos de cargamento. Este año las detenciones indican que una cantidad significativa está tomando las rutas del norte a través de Venezuela o directamente desde la costa norte, con algunos de estos grupos moviendo cocaína simultáneamente. También hay una buena cantidad de heroína traficada al sur, hacia Ecuador,y desde allí se coloca en vuelos internacionales. Al parecer se ha incautado poca heroína anualmente en los últimos años -con la excepción de 131 kilos en 2009- en los puertos o aeropuertos de Colombia, lo que podría implicar que las rutas terrestres fuera del país están ganando importancia. Cúcuta, en la frontera con Venezuela, también ha desarrollado un mercado interno de la droga, otra señal de que se ha convertido en una importante parada en la ruta.

Es claro que la producción de heroína, al igual que la cocaína, ha sufrido una caída desde el apogeo del narcotráfico de Colombia; sin embargo, los narcotraficantes y los productores en distintas partes de Latinoamérica han mostrado una enorme capacidad para cambiar las rutas, los métodos y los centros de producción para adaptarse a los esfuerzos del gobierno para erradicar el comercio. Teniendo en cuenta la falta de claridad sobre las cifras, esto bien podría ser el caso del tráfico de heroína de Colombia.

La continua importancia de Colombia

A pesar de las cifras, hay indicios de que Colombia sigue siendo un productor más importante de lo que indican las estimaciones oficiales. Según una investigación de El Tiempo, publicada el año pasado, el negocio de la heroína de Colombia está dirigido en gran parte por 28 “mini carteles” que constan de tan sólo 15 personas cada uno. Estos grupos compran su producto, en gran parte, de las FARC en el suroeste de Colombia -como se ha visto con los arrestos de este año- y utilizan los servicios de grupos como los Rastrojos para proteger sus rutas de tráfico.

La policía antinarcóticos estimó que uno de esos grupos, que fue desmantelado por las autoridades en septiembre de 2012, enviaba 40 kilos de heroína fuera del país cada mes con la ayuda de contactos del Cartel de Sinaloa en México. Si esta estimación está cerca de ser correcta, significaría que traficaban casi media tonelada de heroína al año. La producción de heroína de Colombia tendría que ser mucho mayor de lo estimada actualmente, para poder suministrar cada una de las redes de heroína del país, con una fracción de esta cantidad.

Por otro lado, se estimó que uno de los grupos desmantelados en la primavera pasada, había enviado sólo 60 kilos de morfina y heroína fuera del país en el transcurso de dos años. La gran diferencia entre estas dos cifras pone en tela de juicio ambas estimaciones, lo que nos lleva de nuevo al Informe Mundial sobre las Drogas de la ONUDD, y a la declaración que resume el problema al evaluar el papel de Colombia en la producción y el tráfico de heroína: “La continua inconsistencia en la información disponible en las Américas sobre la producción y los flujos de drogas hace que sea difícil hacer un análisis de la situación.”