El apoyo explícito de Hezbolá a Nicolás Maduro podría ser un primer paso para confirmar los denunciados vínculos de los gobiernos chavistas de Venezuela con grupos de crimen organizado, justamente cuando el país suramericano experimenta una de las peores crisis políticas de su historia.

Hezbolá emitió un comunicado que fue divulgado el jueves 24 de enero por Al Manar, una estación de televisión satelital que transmite desde Beirut. “Todo el mundo sabe que el objetivo de EEUU no es defender la democracia y la libertad, según alega Washington, sino apropiarse de los recursos del país y castigar a todos los estados que se oponen a la hegemonía estadounidense”, indica el texto.

Además del comunicado, el apoyo a Maduro se manifestó a través de la visita que hizo Mohammad Raad, jefe del bloque parlamentario “Lealtad a la resistencia” del Hezbolá, al embajador de Venezuela en Líbano,  Jesús González González , este viernes  25 de enero. “Vinimos a expresar nuestra solidaridad con el pueblo venezolano y su libre albedrío y a condenar la injerencia americana en sus asuntos”, señaló Mohammad Raad.

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Las expresiones de respaldo de Hezbolá, recientemente designado por Estados Unidos como una organización de crimen organizado transnacional que es una amenaza, se producen en medio de un debate internacional sobre la usurpación del cargo de presidente de Venezuela por parte de Maduro y la asunción del presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, como presidente interino, con miras a crear un gobierno de transición y realizar elecciones libres.

Por otra parte, recientemente las autoridades de Estados Unidos e Israel han develado la presunta conexión entre Hezbolá y el gobierno de Maduro, mediante las negociaciones para la importación ilegal de alimentos del programa gubernamental Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP). El empresario colombiano Alex Saab, quien sería socio de Maduro en este negocio, sería la pieza clave de esta triangulación.

Análisis de InSight Crime

En momentos en que toda la comunidad internacional ha volteado su mirada hacia Venezuela, por el deterioro de la democracia, la emergencia humanitaria compleja y el temor de que el país se este convirtiendo en un eje del crimen organizado en la región, Hezbolá manifiesta abiertamente su relación con el régimen que encabeza Nicolás Maduro.

Pero vale la pena señalar que las afirmaciones sobre la presencia de grupos como Hezbolá en América Latina han sido objeto de revisión, sin que se haya encontrado ningún “arma humeante”.

El investigador asociado de la Universidad Simon Fraser, Benoît Gomis, dijo a InSight Crime en 2017 que “las amenazas planteadas por estos grupos a menudo se han inflado, generalmente por razones políticas, y esto ha distraído a veces de preocupaciones de seguridad más apremiantes”.

No se trata, simplemente, de un apoyo en términos diplomáticos, como lo han hecho otros países de dudosa reputación democrática -como Turquía, Cuba o Rusia- y aliados de quienes han gobernado Venezuela durante los últimos 20 años. Se trata del grupo que al parecer habría encontrado en los gobiernos populistas de América Latina, con Venezuela a la cabeza, una fuente de financiamiento para sus actividades, y de allí sus vinculaciones con grupos criminales como las FARC, en Colombia, y el Cartel de Sinaloa y Los Zetas, en México.

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Sin embargo, los informes de que Hezbolá está extrayendo oro en Venezuela para financiar sus propias operaciones hasta ahora no han sido confirmados. Ciertamente, el régimen de Maduro ha hecho un negocio lucrativo al exportar oro venezolano a países y grupos que se oponen ideológicamente a Estados Unidos. 

Desde hace más de 10 años se viene denunciando, de manera extraoficial y con base a información de inteligencia, la presunta vinculación del ex ministro de Relaciones Interiores (quien controlaba la oficina de identificación) y ex vicepresidente de la República Tareck El Aissami, y de otros altos funcionarios gubernamentales venezolanos con Hezbolá. Estos señalamientos apuntaban a la penetración del grupo en territorio venezolano (que nunca ha sido demostrada) y sus actividades con instancias gubernamentales del país, como se puso de manifiesto con la investigación periodística realizada por CNN en español sobre la entrega irregular de pasaportes venezolanos  a integrantes de organizaciones extremistas del Medio Oriente.

Pero ¿qué hace Hezbolá en Venezuela? El periodista Emili Blasco, del diario ABC de España, ha ofrecido algunas pistas a partir de investigaciones de las autoridades estadounidenses, las cuales sugieren que el grupo habría encontrado en Venezuela un nicho seguro para otras actividades criminales como el tráfico de drogas y el lavado de dinero, específicamente desde la isla de Margarita.

Hezbolá también puede haber tenido alguna participación no probada en el entrenamiento de grupos armados que habrían respaldado al fallecido presidente Hugo Chávez y ahora a Maduro. Según denunciaron fuentes policiales a InSight Crime se trataría de los llamados “colectivos” —organizaciones parapoliciales armadas vinculadas a los gobiernos chavistas— que pudieran haber recibido entrenamiento de Hezbolá, y que recientemente han cerrado filas con Maduro en su empeño de perpetuarse en el poder e impedir un cambio en la conducción política del país.