Con mayores márgenes de ganancia y menores riesgos que Estados Unidos, Europa se está posicionando como el mercado de cocaína más importante del mundo.

InSight Crime y la Iniciativa Global contra el Crimen Transnacional (Global Initiative against Transnational Organized Crime —GI-TOC), organización con sede en Ginebra, dedicaron los dos últimos años a hacer trabajo de campo en más de diez países de Latinoamérica, el Caribe y Europa con el fin de estudiar la evolución del tráfico de cocaína en Europa y las redes criminales europeas y latinoamericanas que lo han configurado.

El resultado es un informe investigativo conjunto de 65 páginas titulado “El itinerario de la cocaína hacia Europa”.

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Los principales hallazgos del informe se discutieron en un seminario en línea el 2 de marzo. A continuación, presentamos las cuatro principales conclusiones del evento.

Menor riesgo, mayor recompensa

El desplazamiento del centro de interés de Estados Unidos a Europa era una evolución natural para los narcotraficantes internacionales, en especial para los colombianos.

Los traficantes enfrentan enormes riesgos en el trasiego de narcóticos hacia Estados Unidos, cuyo gobierno ha invertido miles de millones de dólares en la interdicción de cargamentos de drogas y la extradición de los traficantes, como señaló Jeremy McDermott, codirector de InSight Crime. Como resultado de eso, los traficantes colombianos han terminado prefiriendo los lucrativos mercados europeos.

“Un kilo de cocaína tiene un precio de US$28.000 al por mayor en Estados Unidos. El mismo kilo en Europa alcanza un precio de unos US$40.000 con un riesgo mucho menor”, dijo McDermott.

Mientras Colombia sigue registrando niveles récord de cultivo de coca y producción de cocaína, Europa se ha convertido en el principal destino del alcaloide. España, los Países Bajos y Bélgica son puntos de entrada importantes, donde ocurren la mayoría de los decomisos de cocaína, según Laurent Laniel, analista del mercado de drogas para el Centro Europeo de Monitoreo de Drogas y Farmacodependencia (EMCDDA), uno de los participantes del evento.

“Europa Occidental es ahora el lugar [para la cocaína]. También está ganando terreno en otros lugares, como Turquía, que es un mercado importante”, añadió.

InSight Crime predice que el mercado de la cocaína y el consumo global de drogas en Europa mantendrá el crecimiento y se expandirá en los próximos años, y adquirirá mayor penetración en el Este de Europa.

Contenedores y narcosubmarinos

Para llegar al lucrativo mercado europeo, los traficantes están limitados a dos medios de transporte para que la cocaína atraviese el Atlántico: por vía marítima o aérea. Ocultar grandes cargamentos de cocaína en buques de contenedores es de lejos el medio preferido, lo que da lugar a un interminable juego del gato y el ratón entre las autoridades portuarias y los traficantes.

Se emplean varios métodos de trasiego. El más sencillo es poner la cocaína entre productos agrícolas, como piñas y banano. También se usa la técnica de “gancho ciego”, mediante la cual trabajadores portuarios corruptos alteran el sello de aduanas de un contenedor para ocultar los narcóticos que se han cargado en el buque. La cocaína también se camufla en los pisos y paredes de los contenedores, y pequeñas lanchas rápidas pasan los narcóticos a miembros corruptos de la tripulación a bordo de barcos de mayor calado.

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Los traficantes cambian rápidamente sus rutas y su modus operandi, para lo cual han recurrido incluso a buques fabricados principalmente a lo largo de la costa Pacífica de Colombia: los narcosubmarinos.

En noviembre de 2019, las autoridades españolas incautaron un narcosubmarino que atravesaba el Atlántico cargado con tres toneladas de cocaína. McDermott mencionó que se está exportando la experiencia tecnológica y manufacturera necesaria para construir esas naves, lo que puede dar pie a otros puntos de salida en países como Brasil, Surinam, Venezuela y Guyana.

Redes de tráfico multinacionales

Lejos quedaron los días en que un solo grupo criminal controlaba todos los eslabones de la cadena de narcotráfico desde Latinoamérica hasta Europa. En lugar de eso, la cadena de suministro es fluida, con diferentes mafias multinacionales trabajando en conjunto en los cargamentos.

“Lo que vemos en términos de tendencias es redes especializadas de menor tamaño: están las redes de contaminación en los puertos, redes especialistas en logística o pandillas callejeras que pueden cobrar cierto porcentaje o cuota por kilo a cambio de sus servicios”, puntualizó el investigador de InSight Crime James Bargent.

Eso también dificulta la desarticulación de esas redes. Pueden crearse redes narcotraficantes para movilizar una serie de cargamentos, y luego disolverlas con la misma facilidad. Los miembros de una red tienen diferentes nacionalidades, lo que facilita diferentes facetas de la cadena de tráfico.

mapa de distribuidores de cocaina

El elemento cohesionador de esta cadena de suministro de la cocaína son los intermediarios —muchas veces pertenecientes a la ‘Ndrangheta de Italia— que conecta redes de proveedores y de despacho. Los intermediarios tienen fuertes nexos con grupos criminales latinoamericanos, y eventualmente se establecen de manera autónoma más cerca de la fuente de drogas, según Fatjona Mejdini, coordinador de campo de Los Balcanes para GI-TOC. Los grupos albaneses se han convertido en alumnos aventajados de sus homólogos italianos, comentó.

Con la mayor presencia de mafias europeas en toda Latinoamérica, es casi seguro que estos grupos acrecentarán su poder.

Cocaína y COVID-19

Las restricciones al transporte marítimo de mercancías y a los viajes aéreos impidió el movimiento de cocaína hacia Europa en el pico de la pandemia. Pero los traficantes no tardaron en adaptarse.

La caída de los viajes de barcos de contenedores durante las cuarentenas llevó a una acumulación de cocaína en países productores, como Colombia. Con la sobreabundancia de cocaína, los traficantes optaron por la maniobra de cargar más drogas en menos buques de contenedores a lo largo de rutas establecidas, lo cual llevó a decomisos más grandes de lo que se habría visto normalmente.

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El tráfico de cocaína usando contenedores fue mayor en 2020 que en 2019, señaló Laniel, de EMCDDA. “Durante la cuarentena por el COVID-19 se envió mucha cocaína a Europa, a pesar de las medidas restrictivas”, explicó.

Aunque la pandemia ha tenido muy poco impacto en el mercado mayorista, Laniel agregó que sí ha causado algunos reveses en lo que tiene que ver con la distribución, con menos interacción social que deriva en menor consumo de narcóticos. Pero a medida que las restricciones se aflojan y la vida vuelve a la normalidad, es probable que el consumo recupere sus anteriores niveles o incluso que aumente.