El caso de una mujer acusada de lavado de dinero que espera su sentencia en Estados Unidos explica la importancia de los intermediarios y las cuentas bancarias estadounidenses en la repatriación del dinero producto del narcotráfico.

Kensy García Torres, intermediaria financiera para un cartel hondureño, se declaró culpable hace poco del lavado de más de US$1,8 millones de dinero de la droga entre 2018 y 2019, según un acuerdo de culpabilidad cerrado con los fiscales del Distrito Sur de La Florida. García Torres fue detenida en Miami hace unos meses y se espera que sea sentenciada el 12 de agosto próximo.

Según los cargos en su contra, a finales de 2018 García Torres contactó a una informante del Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en ingles) para ayudar a un grupo a lavar dinero en Miami. Los fiscales estadounidenses no identificaron el nombre del grupo, pero su presunto jefe era Fredy Donaldo Mármol Vallejo —antiguo jefe máximo del Cartel del Atlántico de Honduras, que coordina operaciones de tráfico de cocaína en la costa Caribe del país centroamericano.

Siguiendo instrucciones de García Torres, la informante del FBI recogió cinco pagos de dinero a granel en efectivo, empacados en maletines de lona o portafolios, en hoteles y otros lugares de Miami. Los pagos sumaban entre US$77.000 y US$359.000 y procedían del narcotráfico, como alegan los fiscales estadounidenses.

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Al recibir el dinero, García Torres daba instrucciones a la informante para que pagara comisiones al grupo de lavadores de dinero. La informante transfería el dinero ilícito de regreso a Honduras por medio de cuentas bancarias estadounidenses o repatriaba el dinero en efectivo, por medio de correos humanos.

Por cada pago, García Torres y sus cómplices se quedaban con una parte del 7 por ciento. La informante recibía el 1 por ciento, y otro 4 por ciento iba a la empresa de la informante.

García Torres y sus cómplices recibieron más de US$120.000 en comisiones por el blanqueo del dinero del narcotráfico durante el tiempo que sirvió al entramado, según la imputación.

De regreso en Honduras, García Torres mantuvo contacto con narcotraficantes y partidos políticos vinculados al narcotráfico, como informó la prensa local.

Análisis de InSight Crime

El caso de García Torres explica los mecanismos usados por grupos criminales como el Cartel del Atlántico para repatriar las ganancias del narcotráfico, usando intermediarios y cuentas bancarias en Estados Unidos.

Los grupos narcotraficantes reciben millones de dólares en dinero ilícito, e intermediarios como García Torres son indispensables para dividir el dinero en partes más pequeñas que puedan transferirse por medio de bancos estadounidenses o introducirse al país en efectivo sin despertar sospechas.

El sistema bancario estadounidense tiene un rol central en esto. Los narcotraficantes por lo general reciben pagos en efectivo en Estados Unidos, principal destino de la cocaína latinoamericana. El depósito de ese dinero en cuentas estadounidenses les brinda una fachada legítima para transferir y ocultar el dinero.

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Los fiscales estiman que la informante del FBI lavó cerca de US$2,8 millones para el Cartel del Atlántico con ayuda de García Torres en el transcurso de la investigación adelantada por Estados Unidos, un hecho que pone de relieve el potencial de ganancias financieras rápidas.

Los grupos narco de México y Colombia también han introducido cientos de millones de dólares en el sistema bancario estadounidense.

Esto incluye los conocidos Cartel de Sinaloa y Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Ambos lavaron millones de dólares por medio del sistema financiero estadounidense usando intermediarios, señalaron los fiscales estadounidenses. Los agentes al parecer recogían pagos en efectivo a granel en Estados Unidos y los depositaban en «cuentas bancarias comerciales ficticias», antes de transferir el dinero a cuentas personales en México.