Un poderoso político de Guatemala ha retirado su solicitud de asilo en Estados Unidos, y en su lugar será deportado para enfrentar cargos criminales relacionados con el caso de corrupción de Odebrecht en el país centroamericano, lo que podría dar lugar a revelaciones que quizá impliquen a otros miembros de las élites.

Manuel Baldizón, excongresista y antiguo candidato presidencial del partido Libertad Democrática Renovada (Líder), ha anunciado que está dispuesto a ser deportado a Guatemala, su país natal, para enfrentar cargos criminales relacionados con las denuncias de que recibió pagos ilegales de Odebrecht, la gigante constructora brasileña, según anunció el mismo Baldizón en una publicación de su página de Facebook el 27 de agosto.

La fiscalía argumenta que, con la ayuda de un abogado que había creado cuentas bancarias, Baldizón recibió más de US$3 millones de Alejandro Sinibaldi, exdirector del Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda (MICIVI). Sinibaldi había recibido el dinero de los funcionarios de Odebrecht como parte de un soborno de US$17,9 millones a cambio de que le otorgara a la compañía un contrato de US$300 millones para la construcción de una carretera que conecta la costa sur de Guatemala con México.

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Baldizón fue arrestado por las autoridades estadounidenses en Miami en enero de 2018. Solicitó asilo político en Estados Unidos poco tiempo después, argumentando que era víctima de “persecución política” en Guatemala.

El escándalo de corrupción de Odebrecht es la mayor investigación sobre la corrupción generalizada en Latinoamérica y ha alcanzado a muchas de las élites más importantes de la región. De los casi US$788 millones que los funcionarios de Odebrecht admitieron pagar como sobornos a funcionarios gubernamentales y a los partidos políticos de Latinoamérica, US$18 millones fueron pagados a funcionarios de Guatemala.

Análisis de InSight Crime

La decisión de Baldizón de retirar su solicitud de asilo en Estados Unidos para enfrentar cargos criminales en Guatemala relacionados con el mayor caso de corrupción en la región podría sentar las bases para que otros poderosos miembros de las élites queden implicados en el escándalo.

En su declaración, Baldizón expresa que, al regresar a Guatemala para enfrentar estos cargos, busca ser un “ejemplo para todas las personas que, como yo, han cometido errores y desean reconocerlos con humildad”. Esto podría ser un indicio de que el exintegrante del Partido Líder planea cooperar con las autoridades y su amplia investigación como un testigo protegido, lo que podría ir en contra de las élites del país.

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“El hecho de que Baldizón haya reconocido públicamente sus malas acciones lleva a pensar que podría estar dispuesto a cooperar con las autoridades guatemaltecas con el fin de recibir una sentencia indulgente en su caso”, dijo Mike Allison, jefe del Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Scranton, en comunicación con InSight Crime mediante correo electrónico.

Según Christine Wade, experta en Centroamérica y profesora de Ciencias Políticas en la Universidad de Washington, si Baldizón tiene “asuntos políticos por resolver”, su testimonio podría implicar a diferentes miembros de las élites empresariales y políticas, dada la amplitud de la investigación de Odebrecht.

Sin embargo, Allison señala que “lo más probable es que Baldizón y sus abogados levanten barreras” para impedir que proceda un caso legal contra él, dada la actual batalla que se libra entre los fiscales y las élites del país, incluido el propio presidente Jimmy Morales.