La esposa de ‘El Chapo’ ha creado una nueva marca de moda en Estados Unidos, que lleva el nombre de su esposo, lo que marca un intento más de las familias de los capos de la droga por tratar de capitalizar la fascinación pública que ejercen figuras como Pablo Escobar.

La nueva línea de accesorios de moda de Emma Coronel Aispuro, bautizada “El Chapo Guzmán”, comenzará con una línea de gorras, y más adelante pasará a ofrecer ropa y chamarras. Coronel Aispuro ganó notoriedad en los medios de comunicación durante el juicio que se le siguió a Joaquín Guzmán Loera, alias El Chapo, por su indumentaria, con bolsos de lujo y ropa de diseñador.

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A mediados de febrero, pocos días después de ser condenado a cadena perpetua, Guzmán cedió sus derechos de imagen a su esposa luego de recibir una dispensa especial para hacerlo en el Centro Correccional Metropolitano de Manhattan.

Aunque por orden de la corte solo tiene autorizada la comunicación con sus abogados, el equipo de defensa de Jeffrey Lichtman, Eduardo Balarezo y William Púrpura, que lo representaron en el juicio, también participa en la creación de la marca de moda.

Coronel no es la única de la familia Guzmán dispuesta a capitalizar el legado de El Chapo. En febrero de 2018, su hija, Alejandrina Gisselle Guzmán, anunció el lanzamiento en México de su marca “El Chapo 701”.

Hacer dinero a costa de los nombres y legados de los capos de la droga no sucede solo en México. Roberto Escobar, hermano del famoso capo colombiano, fundó el Museo Pablo Escobar en Medellín, un ejemplo de cómo se comercializa uno de los capítulos más oscuros de la historia de Colombia.

Análisis de InSight Crime

La fascinación por la narcocultura, compuesta de numerosas películas de cine y programas de televisión sobre las proezas de los capos, hicieron casi inevitables estas acciones. El reclamo del público y de los gobiernos no se ha hecho esperar, aunque no siempre se han emprendido medidas concretas al respecto.

En México, poco se ha hecho para contener la difusión de la narcocultura. Después de rechazar en un inicio la creación de una línea de moda “El Chapo” en 2010 por parte de la hija de Guzmán, el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) la aprobó en 2016, aunque con algunas restricciones, entre ellas categorías específicas de artículos con autorización de comercialización.

El IMPI rechazó solicitudes similares de Coronel, lo que la llevó a probar suerte con la apertura del negocio en Estados Unidos. Es una situación similar a los “narcocorridos”, canciones que exaltan a los capos de la droga y sus hazañas, los que han sido prohibidos en algunos lugares de México, pero son un negocio lucrativo en Los Ángeles.

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Expertos legales han subrayado que la nueva marca puede caerse en virtud de la ley “Hijo de Sam”, promulgada con el fin de evitar que los criminales hagan usufructo de sus crímenes. Sin embargo, los abogados de Guzmán pueden haber hallado un vacío legal, al hacer que El Chapo cediera sus derechos de imagen a la empresa de su esposa.

Otro país en el que se observan intentos similares es Colombia, pero allí se han combatido de manera más proactiva. La antigua propiedad de Pablo Escobar, la Hacienda Nápoles, es hoy un parque temático dedicado a las víctimas del narcotráfico; su edifico Mónaco en Medellín fue demolido recientemente, y el museo dedicado a Escobar antes mencionado fue cerrado hace un año.