Una alianza de pandillas haitianas, conocida como G9, puede estar en riesgo luego de que dos de sus miembros fundadores se enfrentaran en Puerto Príncipe en las últimas semanas, amenazando con traer más caos a los barrios más pobres de la ciudad.

El 1 de junio, Grand Ravine, una de las mayores pandillas de Puerto Príncipe, invadió el barrio de Martissant, actualmente controlado por la banda rival de Ti Bwa, iniciando un fuerte enfrentamiento.

Cientos de civiles de los barrios de Martissant y Fontamara se vieron obligados a huir del lugar en donde medios de comunicación reportaron 10 muertos. El 6 de junio, las autoridades anunciaron que se había restablecido el orden, pero al parecer solo fue así durante una visita del Primer Ministro haitiano Claude Joseph a la zona.

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Los residentes han seguido reportando brotes regulares de violencia desde entonces, muchos residentes no han regresado y la especulación es común que las pandillas fueron sobornadas para poner fin temporalmente a la violencia durante la visita de Joseph, según el periódico haitiano Le National.

La confrontación inició cuando la pandilla Grand Ravine, liderada por Ti Lapli, intentó retomar el control de Martissant 1, 2, 3 y 7, el cual le fue arrebatado anteriormente por la pandilla de Ti Bwa liderada por Christ-Roi Chéry, alias «Chrisla«. Ambos líderes de la poderosa alianza G9.

Con el fin de detener este enfrentamiento se intentó llevar a cabo una negociación que, según medios locales, fue mediada por Jimmy Chérizier, alias «Barbecue», el líder de la alianza G9.

Michael Deibert, autor y periodista que ha cubierto Haití, mencionó a InSight Crime que desde hace unos meses la pandilla Grand Ravine, puede haber ignorado estos intentos de detener la violencia cuando abandonó la alianza del G9 hace varios meses.

En octubre pasado, el líder de Grand Ravine, Ti Lapli, apareció en una transmisión de radio para declarar que había secuestrado a un alto ejecutivo de la lotería porque Chérizier no estaba proporcionando financiamiento para su pandilla.

«Todo el mundo tiene que luchar para sobrevivir en este país», dijo Ti Lapli.

Análisis de InSight Crime

La alianza del G9, creada desde 2020, es un nuevo tipo de estructura criminal en Haití, que reúne a algunas de las pandillas más importantes del país a cambio de la impunidad y el apoyo de la política y la policía.

Sin embargo, el nuevo enfrentamiento entre Grand Ravine y Ti Bwa reabre los cuestionamientos acerca de la durabilidad del G9 y crea dudas sobre su capacidad para controlar ataques entre pandillas.

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En 2018, Martissant ya había visto la violencia entre las dos pandillas, por medio de desplazamientos y un número de residentes muertos. En 2019, Ti Lapli y Chrisla se sentaron a negociar una tregua, pero nada parece haber salido de ella hasta que se creó la alianza G9.

El hecho de que Cherizier, quien no se destaca por su capacidad de negociación, actuara como mediador entre Grand Ravine y Ti Bwa, demuestra la importancia que tiene cada uno de los miembros para el G9.

De presentarse una fragmentación de esta coalición de pandillas, es poco probable que los miembros individualmente disfruten del mismo nivel de protección política, dada su reducida capacidad para servir a los intereses gubernamentales.