Varios decomisos a lo largo de la costa sur del Reino Unido muestran la relevancia que está ganando esta región como ruta secundaria para los flujos de drogas procedentes de Latinoamérica.

Las autoridades británicas anunciaron que a mediados de marzo se logró la interdicción de 3,7 toneladas de cocaína, que habían llegado al puerto inglés de Southampton ocultas en un contenedor de banano desde Colombia. Este es el mayor decomiso de cocaína realizado en el país desde 2015.

En enero, un operativo casi idéntico en la misma zona halló unos 100 kilos de cocaína también en un cargamento de banano proveniente de Colombia. Un año antes, en enero de 2021, se hallaron 900 kilos de cocaína en otro contenedor de banano colombiano, que hacía tránsito por Southampton hasta el puerto belga de Amberes.

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A lo largo de 2021, también se realizaron decomisos similares, uno en el puerto cercano de Portsmouth y otro frente a la costa de Plymouth, con la interdicción de más de 2 toneladas en cada caso. Esos cargamentos zarparon de Colombia y el Caribe, respectivamente. La última de esas acciones dejó como resultado la detención de cinco nicaragüenses y un yate de lujo de bandera jamaiquina.

La Agencia Nacional del Crimen (National Crime Agency, NCA) divulgó hace poco estadísticas que destacan un aumento de 161 por ciento en los volúmenes de cocaína incautados entre comienzos de 2020 y los primeros meses de 2021. Y ese incremento seguramente no depende solo del refuerzo de los controles, según afirma Roy McComb, exdirector encargado de la NCA y actualmente consultor sobre crimen organizado.

“Definitivamente hay una mejoría en la respuesta de las autoridades…entre el continente americano y el Reino Unido y, yo añadiría, una buena cooperación entre el Reino Unido y Europa”, comentó el experto a InSight Crime. “[Sin embargo] considero que ahora hay un mayor flujo de cocaína que en parte se observa en los mayores decomisos”, acotó.

Análisis de InSight Crime

El Reino Unido es presumiblemente el mayor mercado de cocaína de Europa. Esto hace que puertos como el de Southampton, el segundo con mayor tráfico de contenedores de la isla, sean un blanco atractivo para los traficantes, aunque siguen siendo secundarios frente a los focos continentales de Amberes, Rotterdam y Hamburgo.

“Hay un mayor número de [traficantes de cocaína] asentados en el Reino Unido que hacen tratos directamente con mayoristas de Latinoamérica”, señaló Roy McComb. «Algunos de los mayores decomisos se han hecho en el mar por las oportunidades [para las autoridades] creadas por la relación directa y la opción de embarque directo”.

Pese a eso, McComb hace énfasis en que el grueso del mercado de cocaína británico sigue abasteciéndose de cocaína que llega primero al continente, en especial por la ruta de Europa occidental.

“Es difícil establecer una cifra porcentual sobre la cantidad de cargamentos directos en el Reino Unido, pero yo especularía que se encuentra en la escala de no más de un dígito”, estimó.

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Lo más común es que los contenedores cargados de cocaína no viajen directamente desde Latinoamérica hasta el Reino Unido, sino que hagan escala al menos en otro país. En el caso de los puertos del sur de la isla británica, estas rutas indirectas también pueden incluir puertos de África o Medio Oriente, señaló Anna Sergi, profesora de criminología de la Universidad de Essex.

“Estos son importantes en la medida en que hay conexiones directas con ciertas áreas claves del mundo, como algunos puertos europeos, por supuesto, y ciertas rutas especiales desde África o Dubái”, le explicó a InSight Crime.

Finalmente, la corrupción es una vulnerabilidad, pues al igual que todos los puertos ingleses, las terminales del sur están en manos de propietarios privados, lo que acarrea menos transparencia y vigilancia.

“[Es] motivo de preocupación porque no hay datos, no hay fácil acceso a la fuerza de fronteras, las autoridades o la NCA”, señaló Sergi. “En realidad no se conoce la magnitud de la amenaza”.