La evolución de las relaciones entre los actores criminales y paramilitares en varias zonas de Colombia podría complicar los esfuerzos por establecer zonas de concentración destinadas a facilitar la desmovilización del grupo guerrillero más grande del país, a medida que avanza el histórico proceso de paz.

Según un reciente informe del medio de periodismo investigativo La Silla Vacía, facciones de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) han comenzado a desarrollar relaciones complejas con los grupos criminales conocidos como “bandas criminales”, o Bacrim, en varias zonas claves para el proceso de paz.

Una de esas áreas es el municipio de Tierralta, en el departamento de Córdoba. Como otras áreas mencionadas en el informe de La Silla Vacía, Tierralta es una de las zonas de concentración propuestas para que los miembros de las FARC inicien el proceso de desarme y preparación para la transición a la vida civil en caso de que se firme un acuerdo final de paz entre el gobierno y la guerrilla.

La Silla Vacía informó que fuentes confiables indicaron que las FARC son “dueñas” de zonas rurales de Tierralta, mientras que las Bacrim controlan los centros urbanos. Según el medio de noticias, las FARC reciben coca cultivada por los agricultores locales y se la venden a miembros de las Bacrim, quienes controlan las rutas de distribución de cocaína a nivel regional.

VEA TAMBIÉN: Cobertura sobre Bacrim

En otra zona de concentración propuesta —el municipio de Tumaco, ubicado en el departamento de Nariño, al occidente del país, cerca de la frontera con Ecuador— la situación parece ser más complicada. Fuentes consultadas por La Silla Vacía dijeron que empresarios locales les informaron que habían sido visitados por representantes de las Bacrim, quienes les informaron que las FARC habían cedido voluntariamente el control de ciertos territorios a miembros de las Bacrim.

Sin embargo, otros informes sugieren que recientes disputas territoriales entre las Bacrim y las FARC han dado lugar a violentos enfrentamientos en Nariño, lo que ha provocado el desplazamiento de cientos de personas durante este año. Por otra parte, La Silla Vacía señala que una serie de aparentes asesinatos en los últimos meses indican que puede existir una lucha por el poder local entre los dos grupos.

VEA TAMBIÉN: Cobertura sobre FARC

La Silla Vacía dice además que los miembros de las Bacrim se mueven “como peces en el agua” en el municipio de Tibú, ubicado al noreste del país, cerca de la frontera con Venezuela; dicho municipio también se ha propuesto como otra de las zonas de concentración de las FARC. El departamento de Norte de Santander, donde está ubicado Tibú, se ha convertido en la principal región cocalera en el país que ocupa el primer puesto en cuanto al cultivo de coca en el mundo.

El sitio de noticias señala que la presencia de Bacrim en áreas como Tibú, que estaban antes bajo el firme control de las FARC, podría indicar que las Bacrim buscarán tomar el control de las actividades ilegales que las FARC abandonarían en caso de que se firme un acuerdo de paz.

Análisis de InSight Crime

El informe de La Silla Vacía coincide con los resultados de la investigación de campo llevada a cabo por InSight Crime en los últimos meses: que las Bacrim buscan apoderarse de las economías criminales que las FARC podrían dejar si la guerrilla y el gobierno llegan a un acuerdo de paz final. Esta eventualidad podría complicar el establecimiento de las zonas de concentración, que según muchos analistas jugarán un papel clave en el proceso de desmovilización y reinserción de los guerrilleros a la vida civil.

Según el marco de la propuesta, zonas de un kilómetro de extensión separarán a las FARC (las cuales asumirán la responsabilidad de la seguridad interna dentro de las zonas) del ejército colombiano (que estará encargado de vigilar los perímetros de las zonas). La presencia de actores como las Bacrim, que no están incluidas en las disposiciones del acuerdo de paz, podría causar fricciones entre las FARC y el gobierno y llegar a entorpecer el proceso de desmovilización y reintegración.

VEA TAMBIÉN: Cobertura sobre paz con las FARC

Asimismo, no está claro de qué manera la creación de las zonas de concentración afectará las operaciones de las Bacrim. Como InSight Crime lo ha señalado anteriormente, “La posibilidad de que las FARC abandonen el campo de batalla plantea nuevas oportunidades para que las Bacrim expandan sus operaciones, pero también las pone en mayor riesgo”, dado que los recursos de seguridad dedicados actualmente a la lucha contra las FARC podrían reasignarse para enfrentar a las Bacrim en su lugar.

6 respuestas a “Alianzas criminales complicarían zonas de concentración de las FARC”