Luciano Marín Arango, alias “Iván Márquez”, es un histórico comandante guerrillero y segundo al mando de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), quien actualmente lidera uno de los grupos ex-FARC Mafia, la «Segunda Marquetalia», junto a otros excomandantes de esa guerrilla.

Con indumentaria militar y portando un arma, Márquez anunció en un video el retorno del grupo a las armas, alegando que el Estado colombiano había “traicionado” los acuerdos de paz firmados en 2016 entre el gobierno y las FARC. La alocución, publicada en YouTube el 29 de agosto de 2019, puso en riesgo el futuro de un proceso que buscaba poner fin a medio siglo de conflicto civil.

Márquez, como segundo al mando de las FARC antes de la desmovilización de esa guerrilla, atrajo a la criminalidad a excombatientes que consideraban abandonar el proceso de paz e incentivó a ciertas células de las ex-FARC Mafia.

Su retorno también coincidió con la crisis en Venezuela, un país que rápidamente se convirtió en base de operaciones para el nuevo grupo, al ofrecer oportunidades para capitalizar en el narcotráfico, la minería ilegal de oro y el contrabando.

Aunque Márquez fundó la Segunda Marquetalia, en su intento por ganar protagonismo en la frontera, enfrentó importantes reveses. En 2021, tres de sus altos comandantes fueron asesinados en Venezuela, lo que dejó a Márquez peligrosamente solo y expuesto.

Márquez aparentemente se ocultó en diciembre de 2021, tratando de evitar un destino similar. No se supo de él hasta julio de 2022, cuando comenzó a extenderse el rumor de que había sido asesinado durante un operativo en Venezuela. Sin embargo, la Segunda Marquetalia negó su muerte desde el comienzo.

En julio de 2023, fuentes supuestamente cercanas a Márquez confirmaron a varios medios que había muerto en Venezuela a causa de las heridas sufridas en un intento de asesinato un año antes. Sin embargo, tan solo un mes después, en agosto de 2023, el ministro de Relaciones Exteriores de Colombia, Álvaro Leyva, confirmó que Márquez continuaba con vida. 

Historia

Iván Márquez nació el 16 de junio de 1955 en Florencia, Caquetá, al sur de Colombia. Al igual que muchos de los más antiguos miembros de las FARC, formó parte del movimiento juvenil “Juventud Comunista Colombiana” (JUCO), al que se unió en 1977.

Como miembro del JUCO apoyó a las FARC, llevando provisiones a las zonas rurales donde el grupo tenía presencia. Más adelante se unió al grupo guerrillero en calidad de “comisario político” en una de las células más activas de las FARC, el Frente 14, en el sur del departamento de Caquetá.

A comienzos de los ochenta, como parte de un proceso de paz entre el gobierno colombiano y las FARC, Márquez se convirtió en uno de los “emisarios principales” de la guerrilla en el naciente partido político la Unión Patriótica (UP). Posteriormente, fue elegido concejal y luego diputado suplente en Caquetá.

En 1987, cuando se intensificó la persecución a los miembros de la UP, las FARC convocaron a Márquez y a otros importantes emisarios guerrilleros para que se uniera a los combatientes en las montañas. Rápidamente, Márquez fue nombrado comandante del Bloque Suroccidental.

En los noventa, fue transferido al noroeste del país, donde participó en una sangrienta batalla por el control de la región a lo largo de la frontera de Colombia con Panamá.

Esto le ganó el respeto dentro de la organización como un comandante militar fuerte, lo que complementó sus habilidades políticas. La combinación de estas lo ayudaron a seguir creciendo dentro de la guerrilla, incluso convirtiéndose en representante internacional de las FARC.

Funcionarios de inteligencia en Colombia afirman que Márquez también lideró iniciativas para infiltrarse en las universidades y crear grupos de estudiantes que apoyaran la estrategia de las FARC en las ciudades colombianas.

Gracias a sus habilidades políticas y diplomáticas, Márquez fue elegido en 2012 para liderar la delegación de las FARC en las negociaciones de paz que se llevaron a cabo con el gobierno colombiano en La Habana, Cuba.

Tras cuatro años en la mesa de negociaciones, que se cerraron con la firma de los acuerdos de paz en 2016, Márquez entró a hacer parte de la Comisión de Seguimiento, Impulso y Verificación a la Implementación del Acuerdo de Paz (CSIV), el mecanismo creado para velar por la implementación de lo pactado.

Con la transición de las FARC a partido político bajo el nombre de Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, entre agosto y septiembre de 2017, el Secretariado pasó a convertirse en la dirección nacional del partido e Iván Márquez fue el dirigente más votado de toda la colectividad durante su congreso fundacional.

Pero un año después, el proceso de paz quedó sumido en el caos luego de la detención de Jesús Santrich por cargos de narcotráfico.

Alegando que ese arresto había sido una trampa, Márquez rechazó su curul como senador en el congreso colombiano, a la cual tenía derecho como parte de los acuerdos. En una entrevista, Márquez afirmó que su rechazó era evidencia de que el proceso de paz había fallado y cuestionó que no podría él aceptar ese cargo si existía el riesgo de que lo señalaran de narcotraficante. También exigió al gobierno colombiano una respuesta acerca de los múltiples puntos del acuerdo que no se habían cumplido.

En medio de esa incertidumbre, Márquez se trasladó a una zona de reincorporación en San Vicente del Caguán, en el departamento de Caquetá. El Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (ETCR) estaba bajo la coordinación del excomandante de las FARC Hernán Darío Velásquez, alias «El Paisa”, quien había dirigido la Columna Móvil Teófilo Forero y era cercano a Márquez.

Poco después, huyó del campamento y junto a El Paisa pasó a la clandestinidad. No hubo noticias de él hasta mayo de 2019, cuando envió un mensaje diciendo que la guerrilla de las FARC cometió un “grave error” al deponer las armas.

Pocos meses después, el en ese momento presidente de Colombia Iván Duque, aseguró que Iván Márquez estaba en Venezuela y desde allí delinquía en Colombia, protegido por el gobierno de ese país.

Es entendible que Márquez haya huido a Venezuela, país que conocía debido a la facilidad que tuvo para atravesar la frontera con Colombia en la época de Hugo Chávez (1998), quien permitió que las FARC estuvieran en el país. Esta relación se reforzó en 2019, cuando el presidente Nicol´´as Maduro le dio la bienvenida a Venezuela a Iván Márquez y sus aliados.

Además, Iván Márquez comandó el Bloque Caribe de las FARC, el cual tenía presencia en el norte de Colombia y sobre la frontera con Venezuela, lo que le habría permitido visitar el norte de ese país con cierta regularidad.

Y Márquez también participó en conversaciones de paz con el Gobierno de Colombia en Caracas en los noventa, las cuales eventualmente fracasarían. Venezuela era sin duda un país familiar para Márquez.

Actividades criminales

El Departamento de Estado de Estados Unidos ha señalado que Iván Márquez estaba al frente de la política de drogas de las FARC, y controlaba la producción, manufactura y distribución de cocaína. El Departamento de Estado llegó a ofrecer una recompensa de US$5 millones por información que llevara a su captura. También estaba al mando de unidades de las FARC acusadas de secuestro, extorsión y asesinato.

En abril de 2018, las autoridades estadounidenses revelaron que Márquez era objeto de investigación por presunto tráfico de cocaína luego de que se lo viera en un video hablando con un supuesto operador narcotraficante de un cartel mexicano. Esta investigación fue la misma por la que se levantaron cargos por narcotráfico contra su camarada Santrich, y se deriva de un operativo de la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) en el que Marlon Marín, sobrino y asistente de Márquez, fue visto recibiendo US$5 millones de un informante de la DEA. El dinero se entregó a cambio de diez toneladas de cocaína que debían ser enviadas al Cartel de Sinaloa en México.

El gobierno de Estados Unidos ofreció una recompensa de US$10 millones por su captura desde 2020, además de la su aliado Jesús Santrich.

Geografía

Antes de encabezar el equipo negociador de las FARC en los diálogos de paz, Márquez actuaba principalmente en el norte de Colombia. Al mando del Bloque Caribe, su zona de influencia incluía la Serranía del Perijá, los departamentos de La Guajira y Cesar, y algunas regiones limítrofes con Venezuela.

Como comandante de la Segunda Marquetalia, las tropas que siguen sus órdenes controlan una parte del tráfico de narcóticos a lo largo de la frontera entre Colombia y Venezuela, específicamente en Arauca y Apure.

Aunque grupos asociados a la Segunda Marquetalia operaban en otros lugares de Colombia, su base de operaciones establecida desde 2020 ha sido el estado de Apure, en Venezuela. Sin embargo, tras la muerte de la mayoría de sus comandantes, no es seguro si el grupo mantiene el control de este territorio o dónde estaría refugiado Márquez.

Aliados y enemigos

Históricamente, los principales enemigos de Iván Márquez han incluido elementos de extrema derecha, como los grupos paramilitares que emergieron en los años 2000 en Colombia. No obstante, al interior de las FARC también se han presentado desacuerdos y divisiones.

Cuando Rodrigo Londoño Echeverri, alias “Timochenko”, asumió el liderazgo de las FARC, se empezó a evidenciar una división interna en el alto mando de la guerrilla, pues Iván Márquez también era un candidato con fuertes posibilidades de asumir el mando pero con un carácter más guerrerista.

Aunque el reemplazo de mandos de las FARC se había resuelto a través de su mecanismo de relevos, la sucesión implicó un desafío especial para la guerrilla. Con el éxito de los operativos militares en contra de los cabecillas del grupo, empezaron a depender cada vez más de mandos jóvenes, pero había que reafirmar la necesidad de continuar con la línea de mando. En ese orden de ideas, Timochenko le ganó a Iván Márquez para asumir la comandancia de las FARC por su antigüedad en las filas guerrilleras.

Esta división fue más evidente en su transición hacia el partido político, pues Márquez superó en la votación de la dirección nacional a Rodrigo Londoño, aunque lideraba una línea más crítica sobre la implementación de los Acuerdos de Paz.

Tras abandonar el proceso de paz y formar la Segunda Marquetalia en 2019, Márquez se volvió un objetivo importante para el gobierno estadounidense, que en junio de 2020 ofreció la recompensa de US$10 millones por su captura.

Su regreso a la criminalidad también le generó numerosos enemigos. Sus tropas se enfrentaron con frecuencia con otros grupos de las ex-FARC Mafia, como los comandados por Gentil Duarte, para controlar economías criminales en la frontera entre Colombia y Venezuela.

Sus enemigos se empezaron a asestar duros golpes con la muerte de tres altos comandantes: Hernán Darío Velásquez, alias «El Paisa«, Seuxis Pausías Hernández, alias «Jesús Santrich«, y Henry Castellanos Garzón, alias “Romaña«, quienes cayeron muertos en Venezuela producto de ataques que algunos atribuyen a los ex–FARC aliadas a Gentil Duarte.

En julio de 2022, el mismo Iván Márquez fue atacado en Venezuela y se rumoreó su muerte. Recientemente, las autoridades colombianas han aclarado que Márquez aún vive, aunque sin detallar sobre la gravedad de sus heridas.

Perspectivas

Márquez es una de las figuras más radicales de las ex-FARC Mafia y ha usado su liderazgo para socavar el acuerdo de paz, criticando la manera como se manejó. Al haber sido el segundo al mando de las FARC, su presencia le dio a la Segunda Marquetalia una imagen de continuación de la lucha guerrilla original ante sus antiguos compañeros.

Su presencia dio peso y credibilidad a los emisarios enviados a negociar con otras disidencias, a quienes invitó a unirse. También fue un faro que animó a otros desmovilizados a retomar las armas.

Su profundo conocimiento de los entresijos de las operaciones de las FARC, su experiencia en tácticas de combate y el respeto que inspiró hicieron de Márquez uno de los principales actores criminales en Colombia y Venezuela, capaz de ejercer influencia real en ambos países.

Sin embargo, con su actual convalecencia, la pérdida de sus altos comandantes, y los recientes acercamientos con el Gobierno de Colombia en búsqueda de una salida pacífica del conflicto, no es claro si Márquez podrá regresar a su antigua posición de poder, o en cambio se convertirá en uno más entre los líderes de la ex-FARC Mafia.