Miguel Botache Santillana, más conocido como “Gentil Duarte”, fue hasta mayo de 2022 el delincuente más buscado por las autoridades de Colombia. Hasta 2016 fue un importante líder dentro de las FARC-EP, pero a finales de ese año se convirtió en uno de los disidentes del proceso de paz que sostuvo esta guerrilla con el Gobierno colombiano.

Durante cierto tiempo dirigió el frente séptimo de las disidencias de las FARC, controlando parte de las rutas del narcotráfico en el suroriente del país y estrechando lazos con grupos disidentes y organizaciones criminales internacionales, con el fin de garantizar la venta de cocaína en países vecinos.

El 24 de mayo de 2022, el Ministerio de Defensa de Colombia confirmó que Gentil Duarte al parecer fue asesinado a principios de mayo durante un ataque a su campamento en el estado Zulia, Venezuela. Se cree que el ELN fue el responsable de este ataque. Al momento de su muerte, Duarte era el hombre más buscado de Colombia.

Historia

Gentil Duarte nació en Florencia, municipio de Caquetá, el 15 de octubre de 1963. Ingresó por primera vez a las FARC a través del Frente 14, desde donde comenzó su carrera criminal de más de 30 años.

Gentil Duarte rápidamente ascendió a posiciones de poder dentro del Bloque Oriental, especialmente en el Frente 7, del cual fue comandante. Durante los primeros años de este siglo, la estructura tuvo control de los cultivos de coca, la extorsión y el narcotráfico en el departamento del Meta, lo que convirtió a Gentil en un poderoso comandante guerrillero.

Su presencia se concentró en La Macarena, municipio del Meta, donde controlaba grandes extensiones de tierra y propiedades. De hecho, desmovilizados de las FARC lo señalan de ser quien controlaba toda la zona rural de ese municipio.

Debido a su poder y a sus relaciones cercanas con íconos de la guerrilla como alias “Alfonso Cano” y alias “Jorge Briceño” o “Mono Jojoy”, Gentil Duarte llegó a ser parte del Estado Mayor del Bloque Oriental de las FARC en 2009.

Con la muerte de Alfonso Cano en 2011 y la de Jorge Briceño en 2010, Gentil se convirtió en uno de los objetivos principales de las Fuerzas Armadas colombianas. De hecho, en 2010 comandó varias operaciones del Bloque Oriental en el sur de Colombia, donde ordenó realizar ataques y paralizar la actividad económica, como respuesta a los operativos que realizaban el Ejército y la Policía Nacional. La importancia de Gentil en el Bloque Oriental fue ideológica, al formar y entrenar nuevos reclutas en el Frente 7, política, debido a la formación comunista que tuvo desde su infancia y que compartió con los frentes que comandó, y económica, ya que fue uno de los principales proveedores de dinero del narcotráfico a todo el Bloque Oriental.

En 2012 inició la fase pública de las conversaciones de paz entre las FARC-EP y el Gobierno Nacional en La Habana, Cuba, y Gentil cobró importancia como negociador. De hecho, fue uno de los primeros comandantes guerrilleros en viajar a Cuba en 2012 y participar activamente en la Mesa. En 2015 pasó a integrar el Estado Mayor Central de las FARC-EP y estuvo en la X conferencia guerrillera en 2016, donde apoyó públicamente el proceso de paz y al Secretariado.

Luego de la que sería la última conferencia de las FARC como grupo ilegal, Gentil Duarte se convertiría en disidente del proceso de paz. En junio de 2016, el Frente 1, al mando de alias “Iván Mordisco”, declaró que no se acogería al Acuerdo de Paz, y en cambio continuaría con la “lucha guerrillera” en el departamento de Guaviare. Como consecuencia, el secretariado nombró a Gentil como comandante de ese Frente y lo envió a Guaviare para que detuviera la disidencia y mantuviera a los guerrilleros bajo control.

Al llegar a Colombia, Gentil desapareció por varios meses, e incluso se habló de que había sido asesinado por la disidencia en las selvas del Guaviare. Lo que realmente sucedió es que, al llegar a ese departamento, Iván Mordisco le ofreció unirse a la disidencia y continuar con el control del narcotráfico en el sur del país. Gentil dejaría el proceso de paz a finales del 2016, cuando se escaparía con US$1.35 millones y seis de sus hombres de mayor confianza.

Antes de su muerte, Gentil Duarte coordinaba un plan para reconstruir las unidades disueltas de la exguerrilla en una fuerza de combate unificada. Para esto se propuso encontrar a otros jefes de disidencias en Colombia y envió a algunos de sus hombres más cercanos como emisarios en busca de esta hegemonía. Se le señalaba de tener nexos con las disidencias del Frente 33 en el Catatumbo, los frentes 10, 28, 38, 45 y 56 en Arauca y los frentes 1, 16, 27, 47 y 53 en Guaviare y Meta.

Actividad criminal

Como comandante del Frente 7, Gentil Duarte era quien controlaba los cultivos ilícitos, la extorsión y el procesamiento de la hoja de coca en el Meta.

Se le señala de haber comandado la ofensiva del Bloque Oriental de las FARC-EP en 2010, cuando el presidente de turno implementaba fuertes acciones militares contra la guerrilla. Debido a esto, se le responsabiliza de ordenar ataques en Meta y Guaviare, y paralizar la actividad económica en departamentos como Nariño y Putumayo.

Gentil Duarte controlaba los cultivos de coca, los cristalizaderos para el procesamiento de cocaína y la extorsión en el sur de Meta, así como las rutas para el tráfico de esta droga que comienzan en el departamento de Guaviare con salida a Venezuela y Brasil. Se cree que el poder que logró adquirir en el negocio del narcotráfico le permitió retomar alianzas con carteles de la droga de México y Brasil.

Geografía

En la etapa guerrillera, Gentil Duarte tenía presencia en todo el departamento del Meta, debido a su comandancia del Frente 7, aunque su poder se sentía principalmente en el municipio de La Macarena.

El departamento de Guaviare fue la última zona donde se supo con seguridad que estaba Gentil, debido al mandato que recibió del Secretariado de las FARC-EP para que comandara al indisciplinado Frente 1. Luego de eso, Gentil Duarte desapareció.

En 2021, las autoridades colombianas presuntamente llevaron a cabo varios ataques contra campamentos en Guaviare y Caquetá, donde se cree que Duarte se ocultaba. Tratando de evadir dicha persecución, huyó hacia Zulia a fines de 2021, donde probablemente se refugió en el Frente 33, que mantiene su lealtad al Comando Conjunto Oriental. Allí murió en un ataque presuntamente perpetrado por el ELN en mayo de 2022.

Aliados y enemigos

Como comandante guerrillero, Gentil Duarte tenía bastantes vínculos con Néstor Verá, alias “Iván Mordisco”, su principal comandante en el Comando Conjunto Oriental, encargado de liderar la unificación en el norte del país.

También era cercano a Géner García Molina, alias “John 40”, otro excomandante de las FARC que controlaba el narcotráfico a través de Amazonas en Venezuela. John 40 inicialmente ayudó a Duarte en su labor de reclutamiento, pero finalmente cambió de bando y en junio de 2021 se unió a la Segunda Marquetalia, acérrimos rivales de Duarte.

Además se le señalaba de tener lazos con las disidencias en el departamento de Caquetá, donde al parecer tenía una alianza con alias “Nicolás”, hermano del fallecido “Euclides Mora”, quien comandaba a exmiembros de las FARC en la frontera de ese departamento con el Meta. Asimismo, se le relacionó con capos narcotraficantes como alias “el Loco Barrera”.

Finalmente, se sabe que Gentil tenía alianzas con grupos criminales internacionales como el Comando Vermelho de Brasil, con el que intercambiaba cocaína por armas y municiones en la frontera entre Guaviare y ese país, y con emisarios del Cartel de Sinaloa, quienes estarían llegado a Guaviare para garantizar el flujo de cocaína desde esa zona hasta México.

Perspectiva

La histórica labor de Gentil Duarte dentro las FARC, junto a su formación ideológica y su capacidad de mando, lo convirtieron en uno de los hombres más importantes de las disidencias. Con la muerte de alias “Cadete”, Duarte era el único con el poder y control territorial para llevar a cabo una potencial unificación.

De hecho, además de su perfil criminal, el papel de Gentil se estaría centrando en recuperar el aire ideológico que tenían las FARC-EP para crear la ilusión de que las disidencias continuarán la lucha guerrillera, y auspiciar así el ingreso de nuevos combatientes a sus filas para continuar con el tráfico de droga y explotación ilegal de oro. Conforme a esto, informes recientes de inteligencia advertían que Duarte y sus hombres estarían reactivando antiguas escuelas de entrenamiento en Venezuela, específicamente en los estados fronterizos de Amazonas, Táchira y Apure, para instruir tanto a colombianos como venezolanos en ideología política y estrategias armadas.

Sin embargo, nunca logró unir realmente a las FARC, aparte del reclutamiento de varios frentes que le seguían siendo leales. Esa fidelidad quizá se basaba en conveniencias criminales más que en lealtad política. Las continuas persecuciones por parte de las autoridades colombianas para capturarlo también obstaculizaron su plan de unificación y finalmente fue asesinado en Venezuela en mayo de 2022, al parecer por el ELN.