Varias redadas realizadas en Argentina han revelado la existencia de una red criminal que aprovecha la aparición de las nuevas variantes de COVID-19 para producir y vender máscaras faciales falsas que carecen de las propiedades antivirales adecuadas.

El 10 de agosto, ocho personas fueron detenidas en Buenos Aires por presuntamente fabricar máscaras faciales falsas que imitan las producidas por las principales marcas comerciales, así como las fabricadas por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) de Argentina.

Las autoridades allanaron cinco talleres textiles ilegales y una casa en donde había cientos de mascarillas en proceso de fabricación, así como maquinaria para estampar logotipos en las mascarillas para hacerlas parecer auténticas. La banda poseía además material de embalaje, el cual había sido alterado para imitar los empaques utilizados por el gobierno y las empresas internacionales.

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En la mayor parte de las mascarillas de alta calidad, cada capa de tela se trata con químicos para otorgarle propiedades antibacterianas, antivirales y antifúngicas, y de esta manera ofrecer más protección. Ninguna de las mascarillas fabricadas por los delincuentes había recibido este tipo de tratamiento.

Además, los talleres funcionaban sin licencia y no habían sido registrados ante el gobierno. Tampoco habían adoptado las medidas básicas de seguridad y protección necesarias para elaborar mascarillas faciales de alta calidad. Los equipos utilizados no habían sido esterilizados y los recursos que utilizaban no cumplían con las normas básicas.

A la policía le llegó información sobre esta red criminal tras múltiples redadas llevadas a cabo en junio, las cuales dejaron en evidencia que había miles de mascarillas falsas listas para ser vendidas.

Todos los involucrados están siendo acusados de estafa, fraude a la administración pública, violación de las medidas contra COVID-19 implementadas por las autoridades y encubrimiento.

Análisis de InSight Crime

La producción y venta de mascarillas ineficaces es otra manera como los delincuentes aprovechan la desesperación de un país como Argentina, que registra más de 10.000 nuevos casos y 200 muertes cada día.

La red criminal de Buenos Aires no es el primer grupo que ha buscado aprovechar la necesidad de mascarillas en todo el mundo. Tanto Estados Unidos como España han realizado alarmantes incautaciones de mascarillas falsas que estaban a punto de entrar en el mercado. Las autoridades fronterizas de Estados Unidos incautaron 14 millones de mascarillas falsas en 2020, y otros 20 millones solo entre enero y abril de 2021.

Si bien en América Latina ya ha habido informes de mascarillas falsas, este parece ser uno de los primeros ejemplos de barbijos producidos por una banda criminal en la región.

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Además de Argentina, en otros países los criminales han intentado utilizar este producto para su beneficio. En Honduras, un polémico escándalo de corrupción reveló que algunos funcionarios otorgaron contratos excesivamente caros a las compañías médicas por las mascarillas N-95. Y en Perú, los delincuentes utilizaban el transporte de mascarillas por todo el mundo para ocultar cocaína en los cargamentos, los cuales eran despachados de manera rápida con el fin de asegurar la salud pública.