En Venezuela ha aparecido en el mercado negro un medicamento antiviral utilizado para tratar el coronavirus, lo que indica que incluso las medicinas más costosas y esenciales están promoviendo el lucrativo comercio ilegal.

El remdesivir —el primer medicamento que ha demostrado ser eficaz contra el Covid 19— estaba siendo vendido en forma ilegal por un médico, quien cobraba US$800 por ampolleta a los pacientes de Ciudad Hospitalaria Enrique Tejera, un hospital de la ciudad de Valencia, según afirmó el fiscal general Tarek William Saab en una conferencia de prensa el 9 de septiembre.

El médico —un ciudadano colombiano— fue arrestado y acusado de soborno, contrabando y asociación ilícita, informó Globovisión.

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El hombre, se supone, decía a los familiares de los pacientes que, si bien el hospital no tenía “recursos médicos”, él les podía conseguir ampolletas de remdesivir, que el Ministerio de Salud ofrece “gratuitamente”, según Saab.

El médico también está acusado de trabajar con farmacias privadas para vender medicamentos robados al hospital, cuyo director también está siendo investigado con el fin de determinar si participó en el plan, informó Saab. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia consideró que el arresto del médico es arbitrario y pidió que se respete su integridad física.

El 8 de septiembre, en la ciudad de Clarines, a unos 250 kilómetros al este de Caracas, soldados de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) detuvieron una camioneta, en la que dos personas traficaban 500 inyecciones de remdesivir, según informó Últimas Noticias.

Análisis de InSight Crime

Medicinas no aprobadas como la hidroxicloroquina han sido contrabandeados en América Latina en medio de la pandemia, pero el remdesivir parece ser el primer medicamento de alto costo, de marca y probablemente eficaz que entra en el mercado negro.

El remdesivir, fabricado por la gigante farmacéutica estadounidense Gilead Sciences y producido inicialmente para tratar el ébola, es el único tratamiento que hasta ahora se ha demostrado que acelera la recuperación en pacientes gravemente afectados por el coronavirus. Gilead ha fijado un precio de venta de US$390 por ampolleta para los gobiernos “de los países desarrollados”, lo que significa que un tratamiento de seis ampolletas durante cinco días cuesta US$2.340, según dijo el presidente de Gilead, Daniel O’Day, en un comunicado.

Debido a la crisis sanitaria, la compañía también ha permitido que el remdesivir se fabrique genéricamente y se distribuya a 127 países, casi todos “de ingresos bajos o medios”, según un comunicado de prensa de la compañía. Venezuela, sin embargo, no figuraba entre los países incluidos en el acuerdo de distribución.

A pesar de la intención de Gilead de que el tratamiento esté ampliamente disponible, la escasez de remdesivir ha provocado las ventas en el mercado negro.

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En India, por ejemplo, la policía detuvo a 14 personas que vendían dosis hechas localmente por encima del precio máximo de venta al público, informó Reuters. Allí, el medicamento está disponible en su forma genérica por alrededor de US$64 por ampolleta, según CNBC. La red de Mumbai involucraba a empleados de hospitales y farmacias, así como a enfermeras, según CBS News, medio que entrevistó a un hombre que pagó alrededor de US$3.200 por un tratamiento completo. El remdesivir le costó alrededor de US$533 por dosis, adquiridas por su hijo después de que los médicos le pidieron que consiguiera su propio medicamento porque el hospital se había quedado sin suministros.

En América Latina, ningún fabricante de medicamentos tiene licencia para producir remedisivir. Solo Cuba, Guyana, Surinam y varios países centroamericanos forman parte del acuerdo para comprarlo en su forma genérica. Esto significa que el remdisivir del mercado negro puede ser altamente rentable en los países suramericanos, donde ya hay grandes redes de contrabando y medicamentos falsificados, como Colombia, Venezuela y Brasil.

El débil sistema médico de Venezuela, que ya estaba enfrentando dificultades antes de la pandemia, quizá también estimule la demanda de medicinas ilegales.

Según el medio de comunicación argentino Clarín, los hospitales de Venezuela están abarrotados de pacientes que no pueden recibir atención debido a la falta de camas. Las pruebas son escasas y los resultados se pueden tardar hasta 20 días. Escasean los guantes, las mascarillas y el desinfectante de alcohol, y el 90 por ciento de los hospitales ni siquiera tienen agua y jabón, como dijo Douglas León Natera, director de la Federación Médica de Venezuela, al medio de noticias La Prensa de Lara.

No está claro hasta qué punto se benefició el médico que estaba vendiendo remdesivir a US$800 la dosis en Venezuela; dicha suma es una fortuna para el venezolano promedio, pero está al alcance de los ciudadanos más ricos.