En lo que ha transcurrido de 2019, Guatemala ha descubierto más de 20 aviones sospechosos de llevar drogas, una evidencia de que los traficantes siguen aprovechando la ubicación del país (en América Central) y su deficiente control del espacio aéreo.

El último avión fue rastreado por las autoridades hasta el departamento de Escuintla, este de Guatemala, donde lo encontraron incendiado y abandonado en un campo remoto. Con el hallazgo de esta nave el 9 de julio llega a 22 el número de aviones sospechosos de transportar drogas que las autoridades han descubierto en 2019, según información de Prensa Libre.

Representantes del gobierno declararon que la mayoría de los aviones aterrizan en pistas ocultas en los departamentos de Petén, Izabal, Retalhuleu, Escuintla, Quiché y Alta Verapaz, la mayoría de los cuales se encuentran cerca de la frontera entre México y Guatemala.

En el extenso departamento de Petén al noreste, los traficantes se han repartido la Reserva de la Biosfera Maya —la mayor selva húmeda tropical de Centroamérica— para abrir lugar para esas pistas clandestinas. El patrullaje de una extensión tan vasta ha sido difícil para las autoridades, y son rutinarios los incendios de partes de la reserva por los traficantes.

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Muchos de los narcoaviones con destino a Guatemala salen de Venezuela, según un reportaje de CNN. En medio del colapso de ese país, los narcoaviones que despegan desde el país han pasado a casi uno diario, según el medio informativo.

Los aviones se dirigen hacia el norte y aterrizan en su gran mayoría en pistas clandestinas que controlan criminales locales en Guatemala y Honduras. Posteriormente se ingresan los narcóticos a México, y finalmente se contrabandean a Estados Unidos.

Análisis de InSight Crime

Amplias extensiones de tierras inaccesibles propicias para el uso de pistas clandestinas y los débiles sistemas de control aéreo han hecho de Guatemala una plataforma de aterrizaje y punto de tránsito para los narcoaviones cargados de cocaína.

En 2015, Guatemala adquirió tres unidades de radar para mejorar la detección de aeronaves.

El exministro de gobernación Carlos Menocal señaló que muchos de los radares no están funcionando y que los que funcionan no cumplen su tarea como se espera. Entretanto, el exministro de defensa Cecilio Leiva declaró que los narcotraficantes conocen las debilidades del sistema de radar y han estado explorando el espacio aéreo del país.

Los traficantes podrían estar mirando hacia Guatemala como destino para los narcovuelos luego de que las autoridades tomaran medidas enérgicas en otras rutas. Honduras fue un punto de tránsito importante para los narcóticos procedentes de Suramérica. Pero la compra de radares de Israel y la estrecha coordinación con las autoridades estadounidenses han permitido reducir la afluencia de narcovuelos en ese país.

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La ubicación de Guatemala también reviste importancia estratégica para los traficantes. Al contrario de los vecinos Honduras y El Salvador, el país tiene una extensa frontera compartida con México.

Exfuncionarios estadounidenses también han apuntado a los altos índices de corrupción en el país y han afirmado que la presencia de un gran número de vuelos clandestinos son una señal de que hay complicidad en las fuerzas de seguridad.

Un caso notable en 2018 fue el de un coronel del Ejército guatemalteco capturado en el departamento de Petén luego de que las autoridades caminaran por horas en medio la selva para finalmente hallar al coronel junto a un Cessna 210 y en posesión de US$15.000. Sin embargo, para cuando las autoridades llegaron a la escena ya se habían descargado los narcóticos, lo cual desafortunadamente es una situación bastante común.