Una de las rutas más codiciadas por narcos en el Cono Sur del continente americano parece estar disminuida. Mientras las autoridades mantienen sus radares sobre el Atlántico y el Caribe en busca de cargamentos de droga, el Pacífico se proyecta como la nueva plataforma de narcotráfico hacia Norteamérica.

De acuerdo con los reportes del gobierno mexicano, entre enero de 2018 y febrero de este año la Armada mexicana ha decomisado 10,7 toneladas de cocaína. Casi dos tercios del total incautado en los seis años anteriores. Aunque estas incautaciones han sido en ambas costas del país, la ruta del Pacífico parece ser la preferida por narcos y carteles para llevar su droga hasta el otro lado del continente.

Las rutas del narcotráfico hacia los países caribeños siguen siendo eficaces para llegar a mercados en el norte de América y Europa, sin embargo, la profunda crisis que vive actualmente Venezuela y que afecta a los países cercanos  como Trinidad y Tobago, donde la piratería se ha disparado, tendría bajo la lupa las costas y puertos de Venezuela, República Dominicana, Haití, así como cualquier embarcación que provenga de ellas.

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Por otra parte, en los últimos años los grupos locales como los colombianos, han aumentado la siembra de cultivos hacia la costa pacífica del país, específicamente en Cauca y Nariño. Entre 2014 y 2017, estos dos departamentos juntos, casi han triplicado el número de cultivos de coca, lo que genera un reacomodo de las estructuras nacionales e internacionales, para buscar la mejor posición en el mercado ilegal.

Análisis de InSight Crime

Así las cosas, la apuesta del crimen organizado estaría en evitar el ruido generado en el Caribe y utilizar las rutas del Pacífico como escape, a pesar de que estas tampoco garantizan el éxito de los traslados.

Un eventual cambio en la ruta del narcotráfico en la región también generaría una variación en el modus operandi del crimen organizado y del transporte en la autopista del narcotráfico del Pacífico americano.

Aunque los ojos de la comunidad internacional siguen en el Caribe, autoridades antinarcóticos refuerzan medidas hacia el norte del continente, donde cada vez más cargamentos son detectados y el los métodos se tornan sofisticados..

Ya algunos de los cargamentos que salen del Pacífico no viajarían solos, van “escoltados” por miembros de carteles para evitar confrontaciones con tumbadores, piratas como en el caso venezolano o, incluso, tratar de distraer las autoridades en caso de persecuciones.

El uso de elementos de alta tecnología también estaría marcando la preferencia de esta ruta. Con menos ojos sobre los cargamentos enviados, los narcos han empezado a utilizar boyas con dispositivos satelitales, que les permiten dejar la droga en ciertos puntos de altamar con el objetivo de que sea recogida por otros grupos aliados o dejarlas a la deriva en caso de ser detectados y volver por ellas cuando sea posible.

Por último, la corrupción de funcionarios dentro de los puertos sigue siendo un factor fundamental en el tránsito de estupefacientes hacia el norte.

Un hecho que no es nuevo, pero que sigue teniendo relevancia, especialmente si se tiene en cuenta el flujo de droga que se mueve ha incrementado en un 190 por ciento desde el 2014.

A pesar de que las autoridades realizan esfuerzos por vigilar el Pacífico para evitar la llegada de los alcaloides, Centroamérica sigue siendo un eslabón débil en la cadena debido a la falta de recursos para controlar las nuevas modalidades de entrega.

Salvo en México y Estados Unidos, donde parecen ver con preocupación el incremento en esta ruta.