El presidente Juan Orlando Hernández ha rechazado las acusaciones no oficiales según las cuales él recibió sobornos de un traficante, las cuales se presentan semanas antes de las elecciones para nuevo presidente en Honduras.

El 7 de octubre, la presidencia de Honduras emitió un comunicado en el que refuta las acusaciones de Devis Leonel Rivera Maradiaga, el exlíder del grupo narcotraficante Los Cachiros, según las cuales Hernández recibió sobornos de un narcotraficante en 2013, año en que ganó las elecciones presidenciales.

La declaración surge como respuesta directa a un artículo del New York Times publicado el 6 de octubre sobre cómo Rivera Maradiaga se convirtió en 2013 en informante de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA por sus iniciales en inglés). Entre la información que el capo hondureño compartió con las autoridades de Estados Unidos se encuentra una grabación de audio de 2013 en la que un narcotraficante le dice a Rivera Maradiaga que “le hizo un pago de US$250.000 a Juan Orlando Hernández”, según el New York Times. Sin embargo, el artículo del periódico señala que el documento de la DEA mediante el cual se reveló este audio no confirma la veracidad de la denuncia.

La respuesta de la presidencia hondureña señala que dicha acusación es una reacción de elementos criminales frente a las duras medidas del presidente Hernández, y sostiene que “han recurrido a insinuaciones falsas que buscan involucrar y desacreditar a su principal enemigo, el Presidente Hernández, sin aportar ninguna evidencia de sus acusaciones, simplemente porque son falsas”.

La declaración oficial subraya los logros contra el crimen organizado durante la presidencia de Hernández, durante la cual se desmantelaron los principales grupos narcotraficantes hondureños, se extraditaron 14 presuntos narcotraficantes a Estados Unidos y se llevó a cabo una campaña para eliminar miembros corruptos de la policía. El documento también señala que las acusaciones surgen 50 días antes de las votaciones presidenciales en el país, en las que Hernández se ha postulado para la reelección.

Análisis de InSight Crime

Hasta el momento, las acusaciones contra Hernández siguen siendo no oficiales, y el presidente todavía no está enfrentando investigaciones públicas en su país ni en el extranjero. Sin embargo, la grabación de audio divulgada podría empañar aún más la imagen de Hernández. En el mes de marzo, Rivera Maradiaga testificó ante un tribunal estadounidense, diciendo que él se había reunido personalmente con el hermano del actual presidente, Juan Antonio “Tony” Hernández, a quien trató de sobornar; Hernández es una persona de interés en una investigación adelantada por Estados Unidos.

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Si las acusaciones son ciertas, este caso sería el más reciente ejemplo de la capacidad del crimen organizado para comprar protección política mediante el financiamiento de campañas electorales o la compra de políticos. Rivera Maradiaga había testificado previamente diciendo que él sobornó al predecesor de Hernández, Porfirio Lobo, cuyo hijo fue recientemente condenado a 24 años de prisión en Estados Unidos por tráfico de cocaína.

Un reciente informe del Carnegie Endowment for International Peace define a la corrupción en Honduras como un “sistema operativo“. Sin embargo, la infiltración criminal en los sistemas democráticos es un patrón común en toda la región y socava la gobernabilidad y el estado de derecho, abriéndole cada vez más las puertas al crimen organizado y a sus actividades.