Sigue el deterioro de la situación de seguridad en Trinidad y Tobago en medio de la lucha del país isleño por combatir el crimen organizado, que se alimenta del negocio de estupefacientes, y a que el agravamiento de la situación en la vecina Venezuela atiza los temores de afluencia de armas de fuego.

Luego de la matanza de tres policías en incidentes separados en la última semana de mayo, The Guardian de Trinidad y Tobago anunció un aumento en la cifra de homicidios en 2015 a 420 sobre 403 homicidios en el año anterior. El informe revela que el 85 por ciento de los homicidios en 2015 fueron producidos con armas de fuego.

Las autoridades solo confiscaron 691 armas en 2015, señala The Guardian, y solo esclarecieron el 13,6 por ciento de los homicidios denunciados. El informe culpó la violencia causada por las armas ilegales en manos de pandillas y narcotraficantes.

The Guardian citó a varios expertos, quienes advirtieron que el deterioro de la situación económica y de seguridad en la cercana Venezuela podía inundar el mercado local con un número mayor de armas ilegales. Solo 15 km. y el estrecho de Bocas del Dragón separan la península sur de la isla de la costa norte de Venezuela, que facilita la porosidad de una frontera propicia para el tráfico de armas y también estupefacientes.

El doctor Anthony P. Maingot, experto en seguridad regional en la Florida International University, comentó a The Guardian que la península sur se ha convertido en un gran mercado de armas de fuego y narcóticos. Expresó preocupación especial por los miles de AK-47 de propiedad de la “totalmente corrupta” Guardia Nacional de Venezuela, y la posibilidad de que estas y otras armas lleguen a Trinidad y Tobago mientras sigue el deterioro institucional en Venezuela.

El informe también citó al experto local en armamento Paul-Daniel Nahous, y señalaron que el terrorífico escenario incluyó “la adquisición de un rifle completamente automático a cambio de unas pocas hogazas de pan y algunos rollos de papel higiénico”.

Análisis de InSight Crime

Los índices de homicidios han aumentado en Trinidad y Tobago en conjunto con el incremento de las organizaciones criminales que transportan droga por el Caribe. La Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA por sus siglas en inglés) ha atribuido el cambio en el tráfico al refuerzo de las iniciativas de interdicción en Centroamérica. Tampoco es raro que el gobierno de Trinidad y Tobago culpe a Venezuela de los problemas de criminalidad en la isla.

Sin duda es causa de alarma que se atribuyan tantos homicidios a la violencia con armas. La cifra de 85 por ciento excede en mucho el promedio global de 50 por ciento y está muy por encima del promedio latinoamericano de 75 por ciento, informó el Instituto Igarapé. El mismo informe observa que la mayoría de las armas, legales e ilegales, que llegan de Latinoamérica proceden de Estados Unidos y Brasil. En 2014, la ATF (pdf) rastreó varias armas recuperadas en la isla y halló que 46 por ciento tenían origen en Estados Unidos.

La amenaza adicional de una mayor afluencia de armas desde Venezuela como resultado del empeoramiento de la situación social y económica puede empeorar aún más las cosas para este pequeño país vecino cada vez más amenazado por pandillas y por el crimen organizado.

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