Sudáfrica ha hecho una rápida sucesión de megadecomisos de cocaína en los últimos meses, una muestra de cómo ese país y esa región han llegado a ser piezas claves en el tránsito de la cocaína latinoamericana.

A comienzos de agosto, la policía sudafricana reportó la incautación de 1000 kilos de cocaína en un contenedor marítimo en el puerto de Durban, la mayor terminal marítima del África subsahariana, que había arribado procedentes del puerto de Santos, en Brasil.

El decomiso aumenta a cuatro toneladas el volumen de cocaína incautado en el país desde marzo de 2021: alrededor de 1000 kilos de un barco pesquero el 1 de marzo, 800 kilos de una moto acuática remolcada el 2 de junio, 541 kilos de una bodega de contenedores el 22 de junio, y 715 kilos de un vehículo policial el 9 de julio. 

Todos los cargamentos de drogas provenían del puerto brasileño de la ciudad de Santos, ciudad de São Paulo en Brasil, y todos con excepción de uno de los cargamentos entraron en contenedores desde el puerto de Durban, según el Servicio de Policía Sudafricano (SAPS, por sus siglas en inglés).

VEA TAMBIÉN: Libia y norte de África emergen como centros de tránsito de cocaína

Además, se dice que hay una mafia detrás de al menos tres de los cargamentos incautados, aunque los medios alegan que el grupo tiene relación con dos cargamentos más en Sudáfrica y Australia.

“La mayoría de estos narcóticos tenían como destino otros países, mientras que al menos el 20% se habría quedado como pago a los traficantes y para consumo en el mercado interno”, declaro la SAPS mediante un comunicado oficial.

Los medios locales han identificado a un hombre israelí como presunto jefe del cartel de cocaína desarticulado recientemente, fugitivo declarado, a quien se le expidió en Amberes, Bélgica, una boleta roja de Interpol por tráfico de cocaína. Otras seis personas son juzgadas en el momento presuntamente por hacer parte de la red narcotraficante.

Análisis de InSight Crime

Sudáfrica es ahora un nexo clave en el tráfico global de cocaína, con un mercado interno en rápida expansión, rutas bien transitadas a destinos tradicionales en Europa y conexiones emergentes a mercados emergentes para la cocaína como Australia y Hong Kong.

“El país tiene un mercado de cocaína amplio y vibrante con la participación de numerosos grupos internacionales, regionales y locales en la operación y la distribución”, explicó Jason Eligh, experto sénior de la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional (GI-TOC), en comunicación con InSight Crime.

El producto procede casi exclusivamente de Brasil y de su principal agrupación criminal, el Primer Comando de la Capital (Primeiro Comando da Capital, PCC). El PCC ha hecho esfuerzos por concertar transacciones con narcóticos en la región, en los que también se incluye Mozambique, vecino de Sudáfrica.

Aun así, la mayor parte de la cocaína sigue su camino, lo que se facilita con la excelente infraestructura de transporte del país, los altos índices de corrupción en la policía y la escasez de recursos para el control de narcóticos, según un perfil del país realizado por el proyecto ENACT Africa.

VEA TAMBIÉN: Conexión de cocaína brasileña con Mozambique sigue operando

La mayoría va en dirección a Europa, en gran parte mediante contenedores de embarque y, en menor medida, por aire, con traficantes individuales. Esto representa la llamada “Ruta del Sur” que durante largo tiempo ha exportado heroína afgana a los puertos marítimos de Europa occidental.

Además, una minoría en aumento se encamina a Hong Kong, un foco asiático de cocaína, donde los traficantes latinoamericanos adelantan una agresiva campaña por aumentar la demanda, al igual que Australia, país para el cual Sudáfrica es el principal punto de embarque de la cocaína y donde un solo kilo puede venderse entre US$90.000 y US$300.000, según el más reciente informe del gobierno sobre Datos de drogas ilícitas (Illicit Drugs Data Report).

Finalmente, como lo evidenció el presunto jefe israelí de la red de tráfico desmantelada recientemente, Sudáfrica también está a medio camino en términos de migración criminal, según afirma Richard Chelin, investigador sénior del Instituto de Estudios de Seguridad especializado en África.

“Es un importante destino para el asentamiento de actores criminales extranjeros, en especial de Nigeria, China, Pakistán, Israel y países del sur y el este de Europa”, comentó en entrevista con InSight Crime.

Asimismo, son especialmente importantes los traficantes serbios, que han usado su fuerte presencia en Sudáfrica y el puerto de Santos en Brasil para importar cocaína para la distribución interna y reexportarla a Australia, según un informe de la GI-TOC en 2020.