El Sindicato de Las Claritas es uno de los grupos criminales más fuertes y longevos en la actividad de minería ilegal en el estado Bolívar, al sur de Venezuela. Las Claritas es el único sindicato —como se llama coloquialmente las bandas armadas mineras— que se ha librado de la persecución de las fuerzas de seguridad y, por el contrario, ha mantenido acuerdos con el Estado.

El grupo domina algunas de las localidades mineras más importantes del estado de Bolívar, donde organiza y cobra impuestos a mineros y comerciantes. Asimismo, mantiene un férreo control sobre los pueblos aledaños, mediante la imposición de leyes propias y castigo a quienes las incumplen.

Historia

El Sindicato de Las Claritas —también conocido como el Sindicato de Juancho, por uno de sus líderes, Juan Gabriel Rivas Núñez, alias “Juancho”— opera en Bolívar desde hace más de una década, de acuerdo con un informe redactado por el comisario jefe José Gregorio Lezama, quien había comandado una unidad antisecuestro en el estado.

El informe, realizado en enero de 2016 y filtrado a la prensa, sostiene que desde 2010 el gobernador de Bolívar del momento, Francisco Rangel Gómez, y su mano derecha y director de la policía local, Julio César Fuentes Manzulli, brindaron armas y protección a varias bandas criminales, y le otorgaron a Juancho el control de «las minas del sur del estado, desde El Dorado hasta Las Claritas».

Otro reporte de inteligencia, escrito por el teniente primero Jesús Curvelo, también en 2016, corrobora los vínculos de Rangel Gómez y Fuentes Manzulli con Juancho, y da cuenta de sus actividades de tráfico de oro.

Al sindicato se le sumó un destacado líder criminal entre 2015 y 2017, según fuentes locales que hablaron con InSight Crime bajo la condición de anonimato para resguardar su seguridad. Yohan José Romero, alias Johan Petrica, uno de los fundadores del Tren de Aragua, llegó a la región tras presuntamente haber escapado de los operativos de seguridad en su contra en 2015.

La administración de Rangel Gómez llegó a su fin en 2017, lo que dio paso a un nuevo contexto político en Bolívar, con la llegada del militar Justo Noguera Pietri a la gobernación y un renovado interés del presidente Nicolás Maduro en el área tras la consolidación en 2016 del plan del Arco Minero del Orinoco (AMO).

Poco después, en 2018, el gobierno nacional emprendió la operación “Manos de Metal” con el objetivo de desmantelar las mafias del oro en Bolívar, en el marco de la cual persiguió a más de 30 traficantes, muchos de ellos aliados de la anterior gobernación, pero ni el nombre de Juancho ni de Petrica apareció entre ellos.

Desde entonces, el grupo ha podido mantener su control de la zona y ha buscado expandir su área de control hacia territorios indígenas donde hay yacimientos de oro.

Economías criminales

El Sindicato de Las Claritas obtiene sus ganancias de la coordinación y el cobro de impuestos a las actividades mineras en su territorio, lo que incluye desde la extracción hasta el refinamiento y el tráfico.

El grupo también está vinculado a la extorsión en la zona, pues exige a mineros y comerciantes, especialmente a quienes se dedican a la compra y venta de oro, pagos a cambio de protección, conocidos como «vacunas».

Liderazgo

Desde sus inicios, el mando del grupo ha estado en manos de Rivas Núñez, un hombre de nacionalidad colombiana, quien habría adquirido nacionalidad venezolana presuntamente gracias a sus vínculos con el gobierno de Maduro, según lo detallado por Curvelo.

Sin embargo, hay dos versiones sobre quién es el actual líder del sindicato, pues fuentes en terreno han asegurado a InSight Crime que Johan Petrica habría asumido el mando luego de llegar a esa región, aunque la principal cara de la organización criminal continúa siendo Juancho.

Petrica es oriundo del estado Aragua; estuvo preso en la cárcel de Tocorón donde, junto a Héctor Rusthenford Guerrero Flores, alias «Niño» Guerrero, ayudó a fundar la megabanda del Tren de Aragua. Sus antecedentes penales incluyen extorsión, posesión ilícita de armas, robo, secuestro y homicidio.

Al parecer, la oscuridad que rodea a las cabezas del sindicato es intencional. Fuentes locales describieron a InSight Crime cómo Petrica evita darse a conocer en la zona presuntamente al imponer como norma que no lo llamen por su nombre. Tanto en el Kilómetro 88 como en Las Claritas es conocido como “El Viejo”, un alias también usado por otros criminales locales e incluso por integrantes del sindicato.

Entre las cabezas del grupo también destaca el nombre del principal lugarteniente, Humberto Martes, un hombre mayor que fue el primero en usar el alias de «El Viejo» en Las Claritas antes de la llegada de Petrica, y algunos todavía lo llaman por este alias. En la localidad se dice que Martes tiene actividad en la zona desde hace 20 años, más incluso que Rivas Núñez.

Geografía

El área que controla el sindicato minero se centra en el municipio Sifontes del estado Bolívar, una región estratégica para el tráfico de oro, que además forma parte del Arco Minero del Orinoco (AMO). El grupo domina varias secciones de la Troncal 10, una carretera importante que recorre gran parte del municipio. Sin embargo, su centro de operaciones y el grueso de sus actividades mineras se concentran en las localidades Kilómetro 88 y Las Claritas y sus alrededores.

Dichas localidades cuentan con una posición geográfica estratégica para el contrabando de oro, ya que están próximas a la frontera con Guyana y sobre la carretera a Brasil, a unas tres horas de camino.

Aliados y enemigos

La banda minera ha establecido alianzas con elementos del Estado desde sus inicios. El gobernador del estado Bolívar Rangel Gómez y su mano derecha Fuentes Manzulli fueron aliados del grupo, según el informe de Lezama.

El mismo reporte cuenta cómo cinco miembros del grupo, incluyendo al mismo Juancho, fueron detenidos en junio de 2012 y les fueron incautadas armas y vehículos, además de credenciales que los acreditaban como policías del estado de Bolívar. Sin embargo, indica el informe, fueron liberados al día siguiente y les fue devuelto todo lo confiscado el día anterior.

El testimonio de Curvelo también denunció que Manzulli le ordenó llevar unas cajas con una alta suma de dinero en bolívares desde Ciudad Bolívar al pueblo minero de Tumeremo, ubicado en el municipio Sifontes, pues Juancho lo utilizaría para comprar oro. El funcionario también advirtió que un mayor general, quien fue director del despacho del Ministerio de Interior y Justicia, ayudó a borrar los registros policiales de Juancho, quien era requerido por homicidio en una sede del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) del estado de Aragua.

Múltiples fuentes consultadas en campo aseguraron que el Sindicato de Las Claritas selló un pacto de no agresión con otras bandas mineras del municipio Sifontes para respetar sus áreas de influencia, como es el caso de la banda del “Negro Fabio” en El Dorado, liderada por Fabio Enrique González Isaza y de la Organización R en Tumeremo, liderada por Eduardo José Natera Balboa, alias “Run”.

Perspectivas

El Sindicato de Las Claritas ha sobrevivido y prosperado con varios gobernadores y distintas campañas, tanto de las fuerzas de seguridad como por otros grupos armados para controlar el comercio de oro, y ahora, con un nuevo gobernador desde 2021 y renovadas intervenciones militares en 2022, todavía no hay señales de ningún desafío a su posición.

Aunque el grupo ha gozado de una relativa estabilidad a lo largo de los años, no se ha enfrentado a grandes amenazas de las fuerzas de seguridad. Si el Estado llega a tener intenciones de desplazar al sindicato, requerirá de suficiente poder de fuego para desbancar a una banda bien entrenada y poder mantener el codiciado territorio, así como instituciones estatales fuertes que puedan resistir un entorno altamente corrupto como Bolívar.