El Frente Acacio Medina hace parte del abanico de disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), también conocidas como ex-FARC mafia, que nunca se acogieron al proceso de paz entre la extinta guerrilla y el gobierno colombiano en 2016. A diferencia de otras facciones disidentes que ingresaron en la desmovilización, los combatientes del Acacio Medina nunca depusieron sus armas y continuaron sus actividades criminales de manera ininterrumpida.

Desde el sur de Venezuela, específicamente en el estado de Amazonas, esta estructura disidente ha conseguido una influencia transnacional. Desde allí administra las riendas del narcotráfico y la minería ilegal, cuyo funcionamiento cuenta con el beneplácito de importantes sectores locales, regionales y nacionales.

Historia

El origen del Frente Acacio Medina se sitúa entre 2007 y 2009, época en la que el Bloque Oriental de las antiguas FARC, en el marco de su Novena Conferencia, decidió crear una estructura armada para robustecer los negocios de la guerrilla en la frontera con Venezuela y Brasil, así como para asegurar un refugio en medio de la persecución estatal en Colombia.

El nombre de esta estructura está inspirado en Tomás Medina Caracas, alias el ‘Negro Acacio’, recordado por ser el comandante del Frente 16 y uno de los principales narcotraficantes de las extintas FARC.

Su presencia en Venezuela empezó a hacerse notoria a partir de 2012, cuando varios campamentos y pistas clandestinas fueron denunciadas por las comunidades locales en las inmediaciones del Río San Miguel del municipio Maroa, estado de Amazonas, Venezuela. Un año después, comunidades indígenas de las riberas del Río Sipapo, municipio Autana, recibieron un comunicado por parte de las FARC en donde notificaron su presencia en la región y convocaron un encuentro con los locales.

A medida que el frente fue creciendo en control territorial y número de integrantes, se trazó el objetivo de expandirse a zonas mineras y tomó el control de los yacimientos del Parque Nacional Cerro Yapacana, localizado en el municipio de Atabapo. Con su avance paulatino en el estado de Amazonas, se fue convirtiendo en una de las piezas criminales más influyentes de las minas del sur de Venezuela.

Antes de que las FARC firmaran el acuerdo de paz con el gobierno colombiano a finales de 2016, el comandante de este Frente, Géner García Molina, alias ‘John 40’, convenció a los miembros de esta facción guerrillera para que siguieran en la clandestinidad y continuaran con las operaciones criminales tanto en Venezuela como en Colombia.

Fue así como el Frente Acacio Medina integró las primeras estructuras disidentes de las FARC junto con los Frentes Primero y Séptimo bajo el mando de Néstor Gregorio Vera, alias ‘Iván Mordisco’ y Miguel Botache Santillana, mejor conocido como ‘Gentil Duarte’. En diciembre de 2016, tanto John 40, como Iván Mordisco y Gentil Duarte fueron expulsados de las filas de las FARC.

Sin embargo, esta facción fue sumando diferentes amistades a medida que aparecieron nuevas facciones disidentes. La firma del Frente Acacio Medina en diferentes comunicados y pancartas alusivas a la Segunda Marquetalia, así como la aparición de John 40 en vídeos junto a Iván Márquez, son un indicio de una presunta sociedad criminal entre ambas estructuras armadas.

Desde su distanciamiento del proceso de paz, la disidencia del Frente Acacio Medina se dedicó a esparcir su dominio en el extremo sur de la frontera colombo-venezolana. Lo que empezó siendo una incursión en un área fronteriza, terminó convirtiéndose en una avanzada criminal que le permitió apoderarse de las rentas criminales más prolíficas del sur de Venezuela.

Actividades criminales

Los conocimientos y contactos criminales que heredó John 40 del Negro Acacio fueron las piedras angulares de esta disidencia y una de las principales motivaciones para que los combatientes del Frente Acacio Medina no se acogieran al proceso de paz.

Su principal fuente de ingresos proviene de la minería ilegal. En Venezuela, esta disidencia tiene presencia en importantes yacimientos mineros como el Parque Nacional Yapacana o la Reserva de Biosfera Alto Orinoco Casiquiare (RBAOC), donde, además de vigilar la extracción y comercialización del oro o el coltán, también reciben ganancias de las extorsiones que pagan los mineros por trabajar en estas áreas, así como todos los comerciantes que proveen bienes y servicios a las comunidades mineras.

Por otro lado, su supervisión sobre varios corredores fluviales y territoriales en la franja sur de la frontera se ha traducido en la materialización de una autopista que recibe y despacha cargamentos de drogas en pistas clandestinas que abastecen a carteles mexicanos y grupos criminales brasileros.

Mandos

El liderazgo de esta facción de las ex-FARC mafia recae en Miguel Díaz Sanmartín, alias “Julián Chollo”, también conocido como ‘JJ’ o ‘Jota’, quien hizo parte de la lista de expulsados por el Secretariado de las extintas FARC en 2016 y tenía bajo su control las operaciones mineras en la región de la Orinoquía, al Oriente de Colombia. Julián Chollo ha sido una pieza determinante en la consolidación y propagación de la guerrilla en las zonas mineras que se ubican al sur de Venezuela.

Aunque John 40 inicialmente figuraba como el líder principal del Frente Acacio Medina en organigramas de la Fuerza Pública colombiana, fuentes consultadas por InSight Crime en Colombia y Venezuela, dentro de ellos altos comandantes de la policía regional en Colombia, aseguraron que su rol en el presente se asemeja más al de un financiador e intermediario en los negocios del narcotráfico y el oro, que el de un comandante guerrillero.

Geografía

Al declararse en disidencia, esta estructura conservó los corredores de movilidad entre Colombia y Venezuela sobre los márgenes del río Orinoco, en el borde que divide a los dos países, a la vez que concentró sus esfuerzos en consolidar su autoridad en el estado de Amazonas en Venezuela.

Amazonas le ha ofrecido al Frente Acacio Medina un resguardo y un botín de guerra propicio para su andamiaje criminal. Específicamente, la región minera que rodea el Parque Nacional Cerro Yapacana, en el municipio de San Fernando de Atabapo, es considerada el eje central de sus operaciones.

Del lado colombiano, la disidencia al mando de Julián Chollo mantiene sus rutas de movilidad en los municipios Barranco Mina, San Felipe y Puerto Inírida, en el departamento de Guainía, desde donde controlan los movimientos transfronterizos, de acuerdo con informes de inteligencia citados por medios locales y fuentes entrevistadas en terreno.

Aliados y enemigos

En sus inicios como disidencia, el Frente Acacio Medina mantuvo una alianza con la facción disidente del Estado Mayor al mando de Gentil Duarte e Iván Mordisco, quienes, por medio de esta coalición criminal, aseguraron el control sobre una franja limítrofe por donde podían transportar cargamentos de droga.

Tiempo después, el nombre del Frente Acacio Medina fue apareciendo en diferentes comunicados y pancartas de la Segunda Marquetalia – facción rival de la facción de Mordisco – sugiriendo un cambio de lealtades en el entorno criminal.

A pesar de esta alternancia de bandos disidentes, su neutralidad en los enfrentamientos entre disidencias de las FARC en Apure indica que esta facción está orientada principalmente a ofrecer servicios de financiamiento y no de soporte militar a la Segunda Marquetalia.

Por otro lado, el Frente Acacio Medina comparte territorio con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) en el estado de Amazonas. En esta región fronteriza, ambas estructuras mantienen un acuerdo de no intromisión que se traduce en la repartición de economías criminales y territorios.

La evolución de las relaciones que el Frente Acacio Medina ha establecido con diferentes sectores estatales de Venezuela ha tenido diferentes contrastes. Si bien en el pasado se presentaron episodios hostiles, como el ataque en 2017 a un Puesto de Comando Fluvial de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) en el sector fronterizo “El Suspiro”, estado de Amazonas, hoy en día la disidencia al mando de Julián Chollo se ha consolidado como un aliado financiero valioso tanto para actores militares como políticos del sur de Venezuela.

Perspectivas

El amplio control de corredores fluviales y terrestres en la zona fronteriza, así como el dominio de varios yacimientos mineros de Amazonas, y sus vínculos con elementos del Estado venezolano, le han otorgado al Frente Acacio Medina el rótulo de la facción de las ex-FARC mafia con mayor poderío y alcance criminal en suelo venezolano.

Aunque el Frente Acacio Medina no ha sido perseguido por el régimen de Maduro, es importante resaltar que su relación con las esferas políticas y militares en Venezuela tienen una naturaleza más económica que política. En el momento que los negocios dejen de funcionar y las ganancias se detengan, la relación puede fragmentarse y pueden sufrir el mismo destino que sus primos guerrilleros en Apure.

Otro de los factores que puede influir en la prosperidad de la disidencia en el sur de Venezuela es la voracidad criminal del ELN. Aunque su relación parece mantenerse bajo una lógica de no agresión, existe la posibilidad de que las relaciones se rompan en consecuencia del historial bélico en la frontera. La volatilidad de la relación entre guerrillas colombianas quedó en evidencia en los enfrentamientos que han venido ocurriendo entre la facción disidente del Frente 10 y el ELN en el estado Apure.

En medio de este panorama de favorabilidad en Venezuela, la llamativa aparición de John 40 en un vídeo donde la Segunda Marquetalia se acoge la propuesta de la Paz Total, indicaría, en un principio, sus intenciones por deponer las armas. Sin embargo, la ausencia de un comunicado oficial por parte del Frente Acacio Medina plantea que esta presencia puede ser parte una estrategia individual del narcotraficante para negociar con el gobierno de Colombia.