En los últimos años, el puerto de Amberes, Bélgica, ha sido el principal punto de entrada de cocaína a Europa, y las autoridades están haciendo todo lo posible por revertir esta situación. Pero ¿qué se puede hacer además de aumentar constantemente las incautaciones de cocaína?

A principios de enero, el gobierno belga informó que en 2019 se habían incautado 61,8 toneladas de cocaína en el puerto, además de 1,87 toneladas de heroína y 504 kilogramos de marihuana. Esto significa un aumento del 23 por ciento de cocaína con respecto a 2018, y del 660 por ciento en los últimos cinco años, según informó el sitio de noticias HLN con base en datos del gobierno.

Este asombroso aumento se ha atribuido al lanzamiento, en febrero de 2018, del denominado Plan de Flujo (Stroomplan), en el cual participan agentes de policía local y federal, fiscales, funcionarios de Aduanas, autoridades portuarias y funcionarios de la ciudad de Amberes.

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En sus inicios, el Stroomplan contó con un equipo de entre 30 y 40 oficiales, que sería duplicado con el tiempo. Al escuadrón se le dio el nombre de Kali, la diosa hindú que lucha contra los malos espíritus, pero también en referencia a la ciudad colombiana de Cali, según un informe del sitio de noticias belga VRT.

“Afortunadamente, en Amberes todavía estamos a años luz (de ser como Cali)”, dice el alcalde de Amberes, Bart De Wever, en el informe de VRT. “Pero el creciente volumen de dinero de las bandas de narcotraficantes indica que ellas pueden llegar a afectar a la ciudad y a la sociedad”.

El fortalecimiento de la seguridad portuaria también se está replicando en América Latina, donde el Programa de Control de Contenedores (Container Control Programme, CCP), de las Naciones Unidas, instala personal y capacita a los funcionarios para que ayuden en las inspecciones a los contenedores.

El director del CCP, Bob van den Berghe, dijo a InSight Crime que es claro que Amberes es el principal puerto de entrada de cocaína. “De las 77 toneladas de cocaína que fueron incautadas por el CCP en 2019, 63 fueron confiscadas en América Latina, y de ellas, 31 toneladas se dirigían a Amberes”, señaló.

Según van den Berghe, en 2019 se incautaron 24,5 toneladas de cocaína en Santos, el principal puerto de Brasil, donde hubo 47 incautaciones en dicho año. En Colombia se incautaron 14 toneladas de cocaína, mientras que en Ecuador, Panamá y Perú se incautaron cerca de 7.5 toneladas en cada uno de estos países.

La diversidad de métodos de tráfico también requiere que se lleven a cabo registros constantes. En fotos publicadas recientemente por la Aduana belga en Amberes se puede apreciar que las drogas son ocultas en joyas, chocolates, paquetes de café y botellas de vino.

Análisis de InSight Crime

A la vez que las incautaciones de cocaína han aumentado rápidamente en el puerto de Amberes, lo mismo ha estado ocurriendo en todo el mundo, incluso en Estados Unidos y Brasil. Esto hace que sea difícil saber si las incautaciones se deben a los aumentos en la seguridad y la inteligencia portuaria o simplemente al hecho de que ahora se está produciendo más cocaína que nunca.

Un reciente estudio sobre la eficacia del Stroomplan, publicado en febrero de 2020 por la Universidad de Gante en Bélgica, muestra que el equipo de Kali estaba teniendo mayores dificultades para llevar a cabo sus funciones. Entre dichas dificultades se encuentran la falta de acceso a bases de datos federales para comprobar datos relevantes, el hecho de que el puerto de Amberes se encuentra en medio de dos distritos judiciales, la falta de capacidad investigativa, así como la falta de apoyo a nivel federal. El estudio recomienda la creación de un plan a nivel nacional para reducir algunos de estos obstáculos.

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Una estrategia a nivel nacional parece tener sentido, dado que Amberes no es el único puerto al que Bélgica tiene que prestarle atención actualmente. En diciembre se incrementaron los controles en el puerto de Zeebrugge, después de que se encontraron 855 kilos de cocaína en Suriname que tenían como destino el segundo puerto de Bélgica, según informó Brussels Times. Además, se encontraron 1,5 toneladas de cocaína ocultas en un cargamento de jugo de frutas en Gante, un puerto de menor tamaño.

En un comunicado enviado a InSight Crime, el puerto de Amberes hace hincapié en que el control de drogas es una responsabilidad compartida, y señala además que el puerto está tomando medidas para mejorar. “Vamos a asegurar que cada terminal tenga su propio sistema de seguridad, es decir, que exista una adecuada política de supervisión y registro. Cada una de las empresas del puerto debe saber quién entra y quién sale y estar en la capacidad de proveer información”, dicen los funcionarios en un comunicado.

Y aunque Bob van den Berghe es en general positivo en cuanto a los esfuerzos del puerto de Amberes, identifica ciertas vulnerabilidades como lo evidencian los altos niveles de incautaciones. “Amberes es un puerto abierto, a diferencia del de Róterdam, que es un puerto cerrado”, dijo van den Berghe en comunicación con InSight Crime. “En Róterdam los contenedores pueden ser escaneados en la terminal de contenedores, mientras que en Amberes tienen que salir de la terminal para ser escaneados, lo cual es una vulnerabilidad”.

Por el momento, parece que se están haciendo más progresos al otro lado del Atlántico. A la vez que los narcotraficantes han estado diversificando los puntos de salida de las drogas en América Latina, el CCP ha estado colaborando activamente con más puertos, lo que probablemente ha contribuido a que se realicen más incautaciones en diversos lugares, desde gigantescos megapuertos en Brasil hasta instalaciones más pequeñas y de carácter regional en Costa Rica.