Tras el arresto del sobrino del líder de los Caballeros Templarios, quien es sospechoso de tráfico de órganos, los funcionarios de México han informado que la organización criminal con base Michoacán se se ha diversificado hacia un crimen más comúnmente asociado con redes pequeñas y especializadas.

La policía en el estado de Michoacán ha detenido a Manuel Plancarte Gaspar -el sobrino del líder de los Caballeros Templarios, Enrique “Kike” Plancarte- como parte de una investigación acerca del secuestro de niños para extraer sus órganos, informó la Associated Press.

Carlos Castellanos Becerra, secretario de Seguridad Pública de Michoacán, dijo que los Caballeros Templarios han estado involucrados en el tráfico de órganos durante varios años, generalmente concentrandose en menores de edad, a quienes secuestran y llevan a casas en las que hay equipo médico para extraer sus órganos. Sin embargo, no dio mayores detalles sobre los casos.

José Manuel Mireles, uno de los líderes de las autodefensas de Michoacán que combaten a los Caballeros, dijo a Radio MVS que residentes de la zona se habían dado cuenta de la participación del grupo criminal en el tráfico de órganos, después de que varios niños fueron rescatados de un camión refrigerado.

Análisis de InSight Crime

Los Caballeros Templarios han diversificado cada vez más su portafolio criminal, a medida que aumentan su participación en una serie de actividades ilícitas. Las autoridades afirman que actualmente la minería ilegal, la tala y la extorsión son fuentes de ingreso más importantes para el grupo que el tráfico de drogas. Se estima que sólo la extorsión genera al grupo entre US$ 800.000 y US$ 1,4 millones por semana.

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De ser confirmada, la participación del grupo en la extracción y el tráfico de órganos sería una señal de que esta diversificación se ha extendido más allá de lo que se pensaba previamente. Sin embargo, todavía no existe suficiente evidencia para verificar las afirmaciones de que los Caballeros están involucrado en una operación que requiere de un alto nivel de conocimientos médicos y contactos globales, lo que sería difícil de obtener para el grupo.

El tráfico de órganos no está generalmente vinculado a grandes grupos de crimen organizado, sino que está a cargo de pequeñas redes especializadas que reclutan donantes en comunidades pobres y marginadas.

Costa Rica, en particular, se ha convertido en una importante fuente de órganos, como lo demuestra el reciente testimonio de una pareja costarricense detenida en Israel en 2013, que habría viajado al país para vender sus riñones. Según la declaración de la pareja, un médico costarricense que posteriormente fue arrestado, les ofreció US$ 20.000 dólares por cada uno de sus riñones izquierdos -para luego ser vendidos por US$ 150.000 en el mercado negro.