¿Se está expandiendo el PCC, la mayor pandilla de Brasil, al cultivo de marihuana en Paraguay? A pesar de la hipótesis en los informes del gobierno, sigue sin confirmarse la verdadera naturaleza de la participación de ese grupo.

A finales de agosto se inició la especulación sobre el rol del Primer Comando de la Capital (Primeiro Comando da Capital, PCC) después de que las autoridades encontraran seis cultivos de marihuana en Colonia Estrella, una localidad en el departamento de Amambay, al este del país en límites con Brasil. Durante su búsqueda, los agentes de la Secretaría Nacional Antidrogas (SENAD) de Paraguay descubrieron un aviso en el que se advertía que esos campos eran de propiedad del PCC y que cualquier invasor pagaría con su vida, según informó la SENAD.

Este no fue el primer descubrimiento de ese tipo. En julio, agentes de la SENAD en Colonia Estrella descubrieron sacos de plástico llenos de marihuana con las iniciales «PCC» garabateados encima.

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En sus publicaciones en las redes sociales, la SENAD afirmó que esos decomisos eran prueba de que el PCC controlaba el cultivo de marihuana en Colonia Estrella. Los campos desmantelados «formaban un centro de producción y acopio de marihuana a gran escala» y muestran cómo el PCC «busca acaparar el negocio narco desde el origen”, según el organismo antidrogas.

Análisis de InSight Crime

De confirmarse, esto supondría un cambio enorme en el proceso de siembra de marihuana en Paraguay, pues el PCC ha sido por tradición comprador de marihuana al por mayor, no productor.

No cabe duda de que el departamento de Amambay es una de las principales zonas de producción de marihuana de Latinoamérica. También es el principal fortín del PCC en Paraguay, pues la pandilla se ha consolidado como el mayor comprador de marihuana a los productores locales.

Pero tomar el control de la producción marcaría un enorme cambio en la manera como funciona el negocio de la marihuana en Paraguay. Los cultivadores rara vez siembran su producto exclusivamente para un grupo o traficante, sino que suelen tener distintos clientes, según Carlos Peris, politólogo y experto en narcotráfico de la Universidad Católica de Asunción.

“¿Podemos afirmar que la droga cultivada [y decomisada por la SENAD] fuera para el PCC? Por supuesto. ¿Podemos afirmar que esta plantación era exclusiva del PCC? De ninguna manera», le dijo Peris a InSight Crime.

Según él, el negocio de la marihuana en Amambay sigue un modelo consolidado de cadena de suministro. En primer lugar, los cultivadores locales siembran y cosechan pequeñas cantidades de marihuana, por lo general unas pocas toneladas antes de venderlas a los intermediarios.

Estos transportan la marihuana hacia la frontera para venderla a grupos criminales brasileños, como el PCC, a mejor precio. Si el PCC estuviera experimentando con su propia producción de marihuana, la pandilla estaría intentando eliminar los dos primeros eslabones de esta cadena de suministro, con la posibilidad de aumentar su margen de ganancias.

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El PCC tiene una larga historia en el narcotráfico en Paraguay. Ha logrado aumentar su número de miembros con reclutas de las prisiones y ha generado ingresos con el tráfico de armas y el secuestro, como lo reveló anteriormente InSight Crime. Pero los decomisos recientes serían la primera vez que las autoridades paraguayas confirman la participación del grupo en el cultivo de marihuana.

A pesar de las afirmaciones de la SENAD, quedan dudas reales sobre la entrada del PCC al cultivo de marihuana. Peris explicó que usar el nombre del PCC en avisos de advertencia en los sacos de marihuana podría ser simplemente una estrategia de los cultivadores para disuadir a invasores y ladrones.

Aun si el PCC no es el propietario directo de los sembrados de marihuana, cualquier asociación con el grupo puede ayudarles a los cultivadores a proteger sus tierras, según explicó Peris.