El asesinato de un notorio líder de la guerrilla disidente colombiana en suelo venezolano podría desestabilizar la dinámica del hampa en ambos países, alimentando un conflicto ya en curso a lo largo de su frontera compartida.

El 18 de mayo, la Segunda Marquetalia —red disidente de exguerrilleros de las desmovilizadas  Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC)— anunció la muerte de Seuxis Pausias Hernández Solarte, alias “Jesús Santrich”.

El anuncio formal se hizo luego de una ráfaga de noticias que afirmaban la muerte del dirigente, inicialmente en el portal informativo El Expediente y luego en la revista Semana, que dijo haber confirmado la muerte con “altas fuentes” en Venezuela.

Poco después, el ministro de defensa de Colombia Diego Molano escribió en Twitter que «información de inteligencia señala que en presuntos enfrentamientos ocurridos ayer en Venezuela habría muerto alias «Santrich» y otros delincuentes”» Añadió que se estaba «verificando» la información.

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Las informaciones no se pusieron de acuerdo sobre las circunstancias de la muerte del líder guerrillero. El Expediente aseguraba que la Guardia Bolivariana Nacional (GNB) fue la responsable, mientras que Semana afirmaba que Santrich murió en enfrentamientos entre grupos armados. La Segunda Marquetalia declaró que las fuerzas armadas colombianas lo mataron en un operativo, aunque el periódico El Tiempo recogió denuncias de que los responsables del operativo eran mercenarios en busca de una recompensa.

Aunque no está claro quién mató a Santrich, su muerte ocurre en medio de una agudización de las tensiones entre diferentes facciones de las disidencias de la guerrilla de las FARC.

Este conflicto se ha concentrado alrededor del estado venezolano de Apure, donde la Segunda Marquetalia ha mantenido enfrentamientos con una facción del Décimo Frente de las disueltas FARC.

Además, el Décimo Frente ha mantenido enfrentamientos con el ejército venezolano en Apure desde marzo de 2021, que dejan un saldo oficial de 16 soldados muertos y un número indeterminado de insurgentes. El Décimo Frente también secuestró a ocho soldados venezolanos.

Los líderes del Décimo Frente y sus aliados han acusado a la Segunda Marquetalia de ser la causante del conflicto y afirman que ellos han estado coordinando los ataques contra el grupo con ayuda de representantes corruptos del gobierno venezolano. A su vez, la Segunda Marquetalia se comprometió a no atacar bajo ninguna circunstancia a las fuerzas venezolanas y desconoce al Décimo Frente tildándolo de «fuerzas colombianas irregulares».

Análisis de InSight Crime

La muerte de Santrich es una señal contundente de que Venezuela dejó de ser un refugio para los líderes guerrilleros de la Segunda Marquetalia. La cuestión, sin embargo, es si la amenaza para ellos viene de elementos del Estado venezolano, de las fuerzas colombianas o de rivales al margen de la ley.

De las numerosas versiones de los hechos, la menos probable es la que plantea la misma guerrilla: que Colombia envió comandos a territorio venezolano para eliminar a Santrich. Eso constituiría una violación de la soberanía, que tendría repercusiones internacionales y sería improbable que el gobierno colombiano optara por esa vía, pese a la vieja animosidad entre los dos países.

La idea de que un ejército de mercenarios emprendiera una riesgosa incursión en territorio venezolano para reclamar una recompensa también parece improbable, aunque dada la historia reciente de actividades de mercenarios en Venezuela, no puede descartarse.

Aunque es posible que las fuerzas venezolanas lideraran el ataque, eso representaría un gran viraje en la estrategia del gobierno hacia esta facción de las ex-FARC.

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El presidente venezolano Nicolás Maduro ha respaldado en público a Santrich y a Luciano Marín Arango, alias «Iván Márquez«, quienes conformaron la Segunda Marquetalia en agosto de 2019, tras abandonar el proceso de paz con el gobierno colombiano. Un mes antes del anuncio, Maduro dio la bienvenida expresamente a Santrich y a Márquez en Venezuela. Desde entonces, la comandancia del grupo se ha establecido en ese país, donde ha podido operar con libertad.

Si es cierto que Santrich fue abatido por las fuerzas de seguridad, esto puede significar o que Maduro ya no está dispuesto a proteger a la Segunda Marquetalia o que las fuerzas de seguridad no acataron las órdenes del gobierno nacional.

El escenario más factible es que Santrich fuera ultimado por rivales criminales, muy seguramente vinculados al Décimo Frente de las antiguas FARC y sus aliados.

Aunque el conflicto en Apure ha tenido como protagonistas principales al Décimo Frente y a las fuerzas armadas venezolanas, informaciones de medios locales aseguran que desde hace poco ha habido enfrentamientos entre la Segunda Marquetalia y el Décimo Frente en el municipio de Muñoz, en Apure.

Además, la facción más poderosa de las ex-FARC, la disidencia al mando de Miguel Botache Santillana, alias «Gentil Duarte», se ha puesto del lado del Décimo Frente en el conflicto, a la par que aclara que culpa a la Segunda Marquetalia de la violencia en Apure. Tanto Duarte como la Segunda Marquetalia han buscado unir a diferentes facciones disidentes de las antiguas FARC en Colombia y Venezuela para formar un ejército unido, lo que ha provocado una creciente rivalidad entre ambas partes.

Si el Décimo Frente o las disidencias de Duarte tuvieron algo que ver en el asesinato de Santrich, el polvorín de las tensiones entre esta facción disidente de las FARC y la Segunda Marquetalia podría explotar hasta convertirse en un conflicto declarado, con posibles repercusiones graves en Venezuela y varios lugares de Colombia.

De cualquier modo, la apariencia de impunidad de la cual gozaba la Segunda Marquetalia en Venezuela se ha resquebrajado.