Las luchas internas por el poder entre las facciones del Cartel de Sinaloa pueden haber llevado a un aumento en la violencia en el occidente de México —el más reciente ejemplo de los conflictos intestinos que han afectado al grupo criminal durante años—.

Dos hijos del capturado líder del Cartel de Sinaloa, Joaquín “El Chapo” Guzmán, sufrieron lesiones el 4 de febrero, después de que uno de los socios más cercanos del capo presuntamente intentó asesinarlos, según informó El Universal. El Chapo fue detenido en México en enero de 2016 y extraditado a Estados Unidos el mes pasado.

Según los informes, el atentado fue perpetrado por Dámaso López, conocido como “El Licenciado”, quien al parecer atacó a dos de los hijos de El Chapo, así como a Ismael “El Mayo” Zambada, otro importante líder del Cartel de Sinaloa.

El ataque a la familia de El Chapo coincide con una reciente oleada de violencia en el estado de Sinaloa. Entre el 5 y el 7 de febrero, varios tiroteos entre policías y miembros de grupos del crimen organizado cobraron la vida de 12 personas.

Esta nueva ola de violencia obligó a las autoridades a tomar medidas extraordinarias, y el 8 de febrero fueron suspendidas 148 escuelas de Sinaloa, luego de que se presentaran nuevos enfrentamientos entre grupos del crimen organizado.

Análisis de InSight Crime

Aunque el aparente atentado de El Licenciado contra los hijos de El Chapo es un signo de que las riñas al interior del Cartel de Sinaloa pueden estar aumentando, los enfrentamientos al interior de la organización se estaban presentando desde mucho antes de la captura de El Chapo.

Las disputas entre los miembros y aliados cercanos del Cartel de Sinaloa se han estado dando desde hace varios años. En el estado de Sinaloa se han presentado enfrentamientos entre los carteles, y al interior de los mismos, desde por lo menos el año 2011, y el área sufrió una crisis de desplazamientos forzados como consecuencia de los enfrentamientos. Sin embargo, en otras partes del país, como Nayarit, Sonora, Durango y partes de Jalisco y Guerrero, estas rivalidades se remontan mucho más atrás.

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Los ataques contra la familia de El Chapo parecen haberse incrementado después de su captura en enero de 2016. En julio del mismo año, un grupo de hombres armados irrumpió en la casa de la madre del capo y perpetró ataques en el municipio donde ella vive. Y en agosto de 2016, dos de los hijos de El Chapo fueron secuestrados y liberados poco después en circunstancias que todavía no están claras.

Sin embargo, el poder de Guzmán había comenzado a declinar mucho antes de su captura, y las luchas internas han sido una característica recurrente del Cartel de Sinaloa. Lo que es nuevo es que el nivel de violencia causado por los recientes enfrentamientos entre grupos del crimen organizado parece ser alto, incluso para los estándares de Sinaloa. El Índice de Paz México 2015, publicado por el Instituto para la Economía y la Paz, ubicó a Sinaloa como el tercer estado más violento de México.