La petrolera estatal de México afirma que en el año 2017 experimentó niveles récord de robo de combustible; sin embargo, es probable que en el corto plazo no se aborden los factores subyacentes a este problema, dado que los funcionarios estarán concentrados en la grave situación de inseguridad en el país, así como en las elecciones generales que se celebrarán en el mes de julio.

Las estadísticas publicadas el 15 de enero por Petróleos Mexicanos (Pemex) muestran que la compañía registró 9.509 incidentes de robo de combustible en 2017, 38 por ciento por encima de la cifra del año anterior, que fue de 6.873 casos. Estos datos hacen parte de la tendencia al aumento de los casos de robo de combustible en México durante varios años.

Según el informe, los casos de robo de combustible se siguen presentando en las mismas regiones de siempre, específicamente en aquellas donde existen grandes oleoductos conectados a las principales refinerías. Los estados donde se presentaron la mayor cantidad de casos de robo de combustible en 2017 fueron Guanajuato con 1.696 casos, Puebla con 1.343 y Tamaulipas con 1.033.

Además, las regiones que en general han tenido niveles relativamente bajos de violencia, como Guanajuato y Puebla, han registrado aumentos en los homicidios, dado que los grupos criminales continúan enfrentándose por los mercados locales e internacionales de las drogas, así como por los territorios para llevar a cabo el robo de combustible.

Análisis de InSight Crime

La creciente inestabilidad de la situación de seguridad en México puede impedir la implementación de estrategias innovadoras para detener el problema del aumento del robo de crudo que se ha presentado en los últimos años. Además, las próximas elecciones acapararán gran parte de la atención de los legisladores en el corto plazo, lo que les impedirá tomar medidas concretas para hacer frente a los factores generadores de este crimen, que causa estragos económicos y medioambientales.

Para controlar la creciente situación de inseguridad y violencia, parece que el gobierno mexicano pretende continuar con su estrategia de militarización. Sin embargo, aparte de las posibles violaciones a los derechos humanos, sigue siendo evidente que dicha estrategia es ineficaz para mejorar la situación de seguridad en el largo plazo.

En lo que se refiere al robo de combustible, la militarización no ha logrado combatir los factores generadores de este creciente negocio ilícito, como son la corrupción y la impunidad. Los soldados no están entrenados para llevar a cabo investigaciones complejas relacionadas con la corrupción. Por su parte, la policía civil y las autoridades judiciales han demostrado que tampoco pueden cumplir dicha la tarea.

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Las redes de corrupción han involucrado a miembros de todos los niveles jerárquicos de Pemex. En muchos casos, los ingenieros les cobran a los grupos criminales para darles información sobre cómo y dónde obtener el petróleo de los oleoductos que se encuentran por todo el país.

Sin embargo, a pesar de las duras sanciones para los involucrados en el robo de petróleo, la corrupción en Pemex, como en casi todos los crímenes en México, ha quedado en general impune debido a las debilidades estructurales de los sistemas policiales y judiciales.

Es muy probable que las propuestas nuevas y creativas que planteen los legisladores no se implementen debido a las elecciones. Dado que los políticos y los partidos estarán enfocados en las elecciones regionales y federales que se llevarán a cabo en el mes de julio, no estarán en capacidad de formular nuevas políticas en el futuro cercano.