José Antonio Yépez Ortiz, alias “El Marro”, es el líder del Cartel de Santa Rosa de Lima (CSRL) y uno de los responsables de la creciente violencia que desde hace más de un año azota al estado de Guanajuato. Además de liderar una dura lucha contra el Cartel Jalisco Nueva Generación en esa región, era hasta ahora uno de los hombres más perseguidos por las autoridades de México.

Fue capturado en Guanajuato por las fuerzas de seguridad de México el 2 de agosto de 2020.

Historia

José Antonio Yépez Ortiz nació en la provincia de Santa Rosa de Lima, en el municipio de Villagrán, estado de Guanajuato. Aunque no es clara la forma en que ingresó a la criminalidad, su nombre se hizo famoso en el panorama mediático mexicano en 2017, cuando se hizo viral un video en donde aparece en compañía de decenas de hombres armados amenazando al Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

Entre sus antecedentes criminales se encuentra una captura en 2008 por robo y delincuencia organizada, aunque al parecer no cumplió la condena tras ser liberado luego de pagar una alta suma por su fianza.

En 2014 incursionó en el robo de combustible como lugarteniente de David Figueroa, alias “El Güero” exdirector de la Policía Estatal Preventiva de Chiapas a quien se le identifica como miembro fundador del Cartel de Santa Rosa de Lima.

Para 2017, Yépez ya había asumido el mando de la organización y comenzó a ganar notoriedad tras la agudización del conflicto con el CJNG por el control del negocio de robo de combustible o  “huachicoleo”, como se le conoce en México.

Desde entonces, y a diferencia de otros líderes huachicoleros que mantienen un perfil más bajo, El Marro se ha convertido en uno de los nombres protagonistas del hampa mexicana, pese a la naturaleza meramente local de su organización.

Su notoriedad hizo que las autoridades mexicanas le declararan la guerra al CSRL, por lo que en 2019 el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció la creación de un operativo conjunto en contra del huachicol con el fin de desmantelar la organización.

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Su liderazgo llevó a las autoridades mexicanas a declarar el desmantelamiento del Cartel de Santa Rosa de Lima (CSRL) como una prioridad. En 2019, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció  la creación de una operación conjunta contra el contrabandista de combustible, con el fin de desmantelar la organización.

Si bien las autoridades le seguían la pista desde entonces, El Marro había logrado escapar de varios operativos que buscaban su captura. En marzo del año pasado, cuando las autoridades ingresaron por la fuerza al poblado de Santa Rosa de Lima siguiéndole el rastro, logró escapar por una serie de túneles que conectaban su casa con viviendas aledañas. En octubre se llevó a cabo sin éxito un operativo similar.

Su arresto había sido difícil en parte por la protección que le brindan varias comunidades a lo largo de Guanajuato, las cuales llegaron a protagonizar protestas y bloqueos viales para detener el avance de los operativos militares en su contra.

Sin embargo, las autoridades han confiscado muchos de sus bienes y han capturado a varios miembros de su círculo cercano, entre ellos su padre y su esposa, a lo que El Marro respondió con violentas manifestaciones de poder, como el asesinato de funcionarios públicos locales y constantes bloqueos viales.

Actividades criminales

Como jefe del CSRL, El Marro dirigía las operaciones de extracción ilegal de hidrocarburos en el estado de Guanajuato, centro de operaciones del cartel. Si bien esta es la principal fuente de ingresos del CSRL, la organización también se ha dedicado a la extorsión.

Se estima que la organización puede llegar a extraer diariamente entre 40 y 50 pipas de gasolina de las tuberías de la empresa nacional Pemex. Esto representaría una ganancia de entre US$800.000 y US$1.2 millones al día.

El decomiso de varias flotillas de barriles de combustible, camionetas pick-up acondicionadas para transportar hidrocarburos, y más de 200 automóviles, es una muestra del poder adquisitivo de la organización.

A raíz de la embestida estatal en contra del huachicoleo en 2019, que incluyó el congelamiento de las finanzas del grupo, el CSRL se ha visto obligado a expandir su portafolio criminal, lucrándose de otras actividades como el secuestro, el sicariato y la extorsión.

Geografía

La organización toma su nombre de la comunidad de Santa Rosa de Lima en el municipio de Villagrán, uno de sus nichos territoriales en el estado de Guanajuato.

Además de este municipio, el CSRL tiene presencia, gracias a una red de soporte popular, en los municipios de Celaya, Salamanca, Santa Cruz, Juventino Rosas, Irapuato y Valle de Santiago.

Sin embargo, el centro de la disputa que mantiene el grupo con el CJNG está en una zona conocida como “Triángulo de Guanajuato”, un corredor por donde pasan los ductos de la compañía Petróleos Mexicanos (Pemex) y que comprende los municipios de León, Salamanca, Irapuato, Celaya y Los Apaseos.

En lo que tiene que ver con sus actividades de sicariato y extorsión, estas se concentran en municipios más poblados y prósperos económicamente, como Celaya y San Miguel de Allende.

Aliados y enemigos

Desde el 2017, el CSRL libra una batalla a muerte con el CJNG en el estado de Guanajuato, desde que este último grupo comenzó una agresiva expansión en la zona con el propósito de arrebatarle al cartel el control de los ductos de combustible de Pemex.

Los enfrentamientos entre los carteles han llevado a un aumento en la violencia en Guanajuato, que lo convirtió en el estado más más violento de México en 2019.

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La naturaleza local de la CSRL le ha permitido a Yépez Ortiz construir alianzas  dentro de las comunidades donde opera su cartel, mediante dádivas a políticos locales y pagos a los pobladores, quienes, además de colaborar con su empresa criminal, también ofrecen cierta protección.

En el mundo del hampa hay informes no confirmados de que El Marro recibe ayuda de El Mayo, líder del Cartel de Sinaloa, así como la protección de Los Viagras, un grupo originario de Michoacán. Estos aliados quizá apoyan al CSRL con préstamos de materiales y personal para reforzar la lucha contra el CJNG, un enemigo común.

Perspectivas

Aunque El Marro logró sortear por mucho tiempo las presiones en su contra, el CSRL no pudo resistir la embestida sostenida del gobierno ni los constantes enfrentamientos con el CJNG.

Aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador expresó abiertamente  que no quería una guerra contra las organizaciones criminales de México, convirtió al robo de petróleo en un punto central de su estrategia de seguridad, especialmente mediante la persecución de El Marro.

Yépez Ortiz ha sufrido importantes pérdidas, lo que incluye el congelamiento de sus cuentas bancarias y la incautación de muchos de los activos de la organización, así como el arresto y asesinato de miembros de su círculo más cercano, y finalmente fue capturado en agosto de 2020.