Guerreros Unidos es un grupo escindido de la Organización Beltrán Leyva (OBL), que opera en la región central de México. El grupo se dedica principalmente a la extorsión y el secuestro, pero también trafica heroína a Estados Unidos. Los Guerreros Unidos se caracterizan por sus tácticas agresivas y por el uso de la violencia extrema, lo cual ha llamado la atención de las fuerzas de seguridad y amenaza la supervivencia del grupo a largo plazo.

Historia

Guerreros Unidos es uno de por lo menos siete grupos disidentes de la Organización Beltrán Leyva (OBL), que se conformó tras la muerte de su líder Arturo Beltrán Leyva en 2009. El grupo fue fundado por Mario Casarrubias Salgado, alias “El Sapo Guapo”, quien se desempeñaba como parte del equipo de seguridad de la OBL, y Cleotilde Toribio Rentería, alias “El Tilde”, que era miembro del escuadrón de la muerte del sicario de la OBL Edgar Valdez Villarreal, alias “La Barbie”, así como por varios guardaespaldas que hacían parte de la misma organización.

Los Guerreros Unidos hicieron su primera aparición pública en diciembre de 2011, cuando se reivindicaron un triple homicidio en el estado de Morelos. Durante el año siguiente, llevaron a cabo varios ataques, incluyendo una cadena de irrupciones en bares de Morelos que dejaron como resultado cinco muertos y 15 heridos. En diciembre de 2012, el grupo además envió sicarios disfrazados de médicos a que asesinaran al líder de su grupo rival Los Rojos, también escindido de la OBL, cuando se estaba recuperando de otro atentado en un hospital de la ciudad de México.

Dado que los enfrentamientos entre Guerreros Unidos y sus grupos rivales, como Los Rojos, llevaron a un aumento de la violencia en los estados de Morelos y Guerrero, las fuerzas de seguridad comenzaron a ir tras la organización criminal. El Tilde, uno de sus fundadores, fue detenido en la ciudad de México en julio de 2012; por su parte, el Sapo Guapo fue capturado en abril de 2014 en el estado de México, y murió en julio de 2021, en la prisión Altiplano, tras contraer COVID-19.

Veintidós presuntos miembros de Guerreros Unidos murieron en un enfrentamiento con el ejército mexicano en junio de 2014, en un incidente en el que el ejército ha sido acusado de violaciones de los derechos humanos.

Un ataque a estudiantes manifestantes en septiembre de 2014, en Iguala, Guerrero, que ha sido atribuido a Guerreros Unidos, llevó a que se intensificaran las operaciones de seguridad contra el grupo. Según autoridades mexicanas, la policía local detuvo a 43 estudiantes y los entregó a Guerreros Unidos, quienes, según la versión oficial, procedieron a asesinar a los estudiantes y a quemar sus cuerpos —lo que más tarde se conoció como la masacre de Ayotzinapa—.

La desaparición de los estudiantes llevó al gobierno federal a lanzar operaciones adicionales contra el grupo, que condujeron a la captura del hermano de El Sapo Guapo, Sidronio Casarrubias Salgado, alias “El Chino”, junto con otros miembros importantes de la organización. Uno de sus presuntos líderes, Benjamín Mondragón Pereda, alias “El Benjamón”, se suicidó con un disparo en octubre de 2014, después de que fuera rodeado por la policía.

En octubre de 2014, Jonathan Osorio y Patricio Reyes Landa, presuntos miembros de Guerreros Unidos, admitieron ante la policía federal que habían participado en la masacre de Ayotzinapa. Según las declaraciones de ambos, recibieron los estudiantes de manos de las fuerzas policiales de Iguala y Cocula, luego de lo cual los ejecutaron e incineraron todos los cuerpos. Un mensaje de texto que el entonces líder Sidronio Casarrubias Salgado recibió por parte de alguien conocido solamente por el alias de “El Gil” confirma que los cuerpos de los estudiantes fueron quemados y arrojados a un río.

Si bien las declaraciones y el mensaje de texto parecían suficientes para conectar los hechos con Guerreros Unidos y señalaban a Osorio y Reyes Landa como los culpables, el gobierno federal afirmó que las investigaciones posteriores no corroboraron dicha versión y ordenó que Osorio y Reyes Landa fueran liberados.

En 2018, el presidente Andrés Manuel López Obrador, que se había posesionado recientemente, utilizó su primer decreto para establecer una comisión de la verdad con el fin de desentrañar los hechos que llevaron a la masacre de Ayotzinapa. Tras el establecimiento de la comisión de la verdad, se han emitido docenas de órdenes de arresto contra autoridades policiales y funcionarios del gobierno que se descubrió que estuvieron involucrados en la masacre. Sin embargo, hasta la fecha solo han sido procesados unos pocos miembros de Guerreros Unidos por dicha masacre.

Mandos

La Procuraduría General de la República (PGR) declaró en 2015 que los Guerreros Unidos tienen una estructura de liderazgo jerárquica, con miembros que reciben órdenes de sus superiores. Sin embargo, los Guerreros Unidos han tenido una serie de líderes desde mediados de 2012, y no queda claro si el control del grupo ha sido asumido por una sola persona tras la detención y muerte de El Sapo Guapo. Parece que actualmente el grupo tiene una estructura descentralizada y con varias cabezas.

Por ejemplo, las autoridades mexicanas han identificado a El Chino como uno de los líderes del grupo, así como a Salomón Pineda Villa, alias “El Molón”, cuñado del exalcalde de Iguala. Un presunto miembro de Guerreros Unidos, conocido como “El Chucky” o “El Choky”, también ha sido identificado como un potencial líder. A principios de julio de 2021, Moisés Brito, alias “El Bandam”, murió en un tiroteo en Morelos. Algunos reportes de prensa también lo identificaban como uno de los líderes de la organización.

Geografía

Según la Administración para el Control de Drogas (Drug Enforcement Administration, DEA), Guerreros Unidos es actualmente un actor importante en la producción y el tráfico de heroína en el estado de Guerrero. El grupo opera además en los estados de Morelos y Estado de México, donde se dedica principalmente a la extorsión y el secuestro.

Aliados y enemigos

Los enemigos principales de Guerreros Unidos son Los Rojos, a quienes la organización ha estado disputando el control de las rutas de narcotráfico (rivalidad que pudo haber motivado la masacre de los estudiantes de Iguala). Los Guerreros Unidos han luchado también contra los carteles Familia Michoacana y Caballeros Templarios. El grupo guerrillero mexicano Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI) también se declaró enemigo de Guerreros Unidos tras la desaparición de los 43 estudiantes.

Según la DEA, Guerreros Unidos coopera actualmente con el Cartel Jalisco Nueva Generación  (CJNG), con el que se han asociado para controlar rutas de droga y tener acceso a las redes de distribución en Estados Unidos.

Perspectivas

Las violentas tácticas de Guerreros Unidos, así como el uso del secuestro como fuente de ingresos, los han convertido en un objetivo de las fuerzas de seguridad nacionales y estatales. El grupo ha perdido a varios líderes y a decenas de miembros como resultado de las operaciones de seguridad.

Por otro lado, el asesinato de los estudiantes en Iguala ha revelado los extensos lazos del grupo con las autoridades locales. Por ejemplo, la captura de un presunto jefe financiero de Guerreros Unidos en octubre de 2014 reveló que el grupo supuestamente gastó cerca de US$45.000 mensuales solamente en pagos a la policía del municipio de Iguala. Estos vínculos locales podrían hacerles más difícil a las autoridades mexicanas atacar al grupo.

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