El ahora preso exjefe del Cartel de Sinaloa Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo”, tuvo muchos hijos, pero solo un selecto grupo de ellos, a quienes se conoce en conjunto como “Los Chapitos”, se encuentran en el centro de una actual pugna interna por el control de las operaciones del grupo contra el último miembro que queda de la “vieja guardia”, Ismael Zambada García, alias “El Mayo”.

Aunque ninguno de los bandos ha llegado a ejercer el tipo de dominio que dejaría en claro quién está al mando de las actividades criminales del grupo, no se ha escatimado en sangre derramada en la disputa entre las dos facciones.  Sin embargo, los Chapitos son una de las organizaciones criminales más influyentes de México, especialmente en el segmento de las drogas sintéticas y en otras economías criminales en el norte y el oeste de México.

A lo largo de 2021 y 2022, los Chapitos siguieron acumulando poder hasta contarse entre los principales productores y traficantes de fentanilo y metanfetaminas para Estados Unidos. Ampliaron su control territorial en Sinaloa, Chihuahua, Sonora y Baja California, y apuntalaron sus ganancias, con ingresos de la minería y la pesca ilegales, el tráfico de migrantes y otras más. Eso les valió el título de Campeones Criminales del Año por InSight Crime en 2022.

Pero sufrieron un golpe con la captura, por segunda vez, de Ovidio Guzmán López en Sinaloa el 5 de enero de 2023. Esto motivó un brote de violencia importante que dejó más de una veintena de personas asesinadas.

Historia

Aunque se dice que El Chapo tiene hijos por docenas, solo cuatro han figurado en las operaciones criminales del Cartel de Sinaloa: los hermanos Guzmán López: Joaquín, de 34 años, y Ovidio, de 28, y los Guzmán Salazar: Iván Archivaldo, de 39, y Jesús Alfredo, de 36.

Al parecer Ovidio, Iván y Jesús Alfredo fueron involucrados en las operaciones criminales del Cartel de Sinaloa en su adolescencia por su padre y El Mayo con el fin de que aprendieran el tejemaneje de la organización. Ovidio, quien en 2012 fue sancionado por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento de Estado estadounidense e imputado en febrero de 2019, ha recibido mucha más atención en los últimos años.

En octubre de 2019, las fuerzas de seguridad mexicanas ejecutaron una operación para capturar a Ovidio en Culiacán, la capital del estado de Sinaloa, que resultó mal planeada. Poco después de que se corriera la voz sobre la detención de Ovidio, los miembros del Cartel de Sinaloa respondieron con toda su fuerza, llenando la ciudad con un ejército que paralizó a los ciudadanos y lanzó una ofensiva total para demandar su liberación. El presidente Andrés Manuel López Obrador finalmente “ordenó que se detuviera el operativo y se liberara al presunto criminal”.

Según el Departamento del Tesoro estadounidense, Ovidio era un “lugarteniente clave” en las filas del Cartel de Sinaloa.

Por su parte, se cree que Iván y Jesús también son operadores importantes del cartel. En 2016, ambos hermanos hicieron parte de un grupo de hombres secuestrados por el Cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) en un fino restaurante de un elegante distrito del centro turístico de Puerto Vallarta, en el estado de Jalisco, donde el CJNG tiene su territorio. Ambos hijos fueron liberados posteriormente.

Pero Jesús parece tener un papel más destacado en las actividades del Cartel de Sinaloa. De hecho, él mismo se coló en la lista de los más buscados de la Administración Antidrogas de Estados Unidos (DEA), el único de los hijos que ha obtenido tal distinción. En 2015, los fiscales estadounidenses también lo imputaron junto con su padre y a otros jefes del cartel por cargos de narcotráfico. 

Además, se cree que Jesús cumple un papel importante en las actividades internacionales del grupo. En 2016, supuestamente pasó unos meses en la ciudad colombiana de Medellín bajo la protección de La Terraza, una de las bandas criminales más poderosa de la ciudad en expansión.

De Joaquín no se sabe mucho. Ha mantenido un perfil relativamente bajo en comparación con sus demás hermanos. Dicho esto, en febrero de 2019, el Departamento de Justicia estadounidense lo acusó formalmente junto con Ovidio por conspirar para traficar cocaína, metanfetaminas y marihuana a Estados Unidos. La imputación en sí carecía de detalles específicos, pero los fiscales estadounidenses alegan que el tráfico se dio en el transcurso de una década, entre abril de 2008 y abril de 2018, para el Cartel de Sinaloa.

En ausencia de su padre luego de su captura definitiva en 2016 y su posterior extradición, Los Chapitos no se han puesto de acuerdo con El Mayo, ni con su tío, Aureliano Guzmán Loera, alias “El Guano”, sobre el control de las operaciones del grupo.

Dado que su padre fue fundador del grupo, los hijos han sentido que tienen derecho a heredar lo que él construyó. Aunque es cierto que son mucho más ostentosos que El Mayo a la hora de hacer gastos y fiestas con las ganancias de la droga, Los Chapitos sí conocen el funcionamiento interno del cartel y quieren asumir el control absoluto.

Como resultado, los dos bandos llevan años envueltos en feroces batallas. Más recientemente, en mayo de 2020, José Rodrigo Aréchiga Gamboa, alias “El Chino Antrax”, quien fuera el jefe del escuadrón de sicarios Los Antrax, para el Cartel de Sinaloa, y aliado de El Mayo— fue hallado muerto luego de escapar de la supervisión federal por su libertad condicional en San Diego. Se cree que Los Chapitos fueron los responsables de la masacre.

El Chino Antrax era un aliado cercano de El Mayo, pues creció con la familia Zambada y junto a los hijos de El Mayo en Culiacán. Esta larga historia hace improbable que el anciano capo tuviera mucho que ganar al asesinar a un antiguo aliado en un momento en que podría necesitarlo por las tensiones internas en el grupo.

Solo un mes después del asesinato del Chino Antrax, se presentó un tiroteo de varias horas a las afueras de Culiacán, al parecer, entre los dos bandos que dejó un saldo de 16 muertos.

Mientras Los Chapitos mantienen las cosas al rojo, las autoridades estadounidenses siguen con atención el desarrollo de los hechos. A finales de 2021, el Departamento de Estado estadounidense anunció que, además de los cargos federales por narcotráfico, el gobierno aumentó a US$ 20 millones la recompensa por información que conduzca a la captura de los cuatro hijos de El Chapo. Además, el Departamento del Tesoro estadounidense sancionó a Los Chapitos en el marco de la llama Ley de Cabecillas de Narcóticos Extranjeros.

A pesar de estar en la mira de las autoridades estadounidenses, Los Chapitos no han dejado de redoblar sus esfuerzos por ejercer dominio sobre el grupo que su padre dirigió. En febrero de 2022, hombres armados, al parecer leales a Los Chapitos, que conducían una comitiva de docenas de vehículos sitiaron el municipio de Caborca, cerca de la frontera entre México y Estados Unidos. La caravana ocupó la ciudad durante horas, mientras que la policía local no logró repelerlos hasta la mañana siguiente. Al final, el ataque dejó dos muertos y al menos cinco rehenes.

Con la ayuda de Los Salazar, grupo local que lleva años del lado del Cartel de Sinaloa, Los Chapitos han buscado asegurar el control de un corredor de narcotráfico clave que se extiende desde su base en Sinaloa, pasando por Sonora y Baja California, y cruza la frontera Estados Unidos-México. El refuerzo de su poder de fuego puede ayudar en la campaña. A comienzos de marzo, el Ejército mexicano y la Guardia Nacional allanaron cuatro casas en el municipio de Navojoa, sur del estado de Sonora, y decomisaron un arsenal de casi tres millones de balas de munición de variado calibre, seis rifles calibre 0,50, más de 150 revólveres y rifles automáticos, docenas de granadas y 12 chalecos antibalas, además de narcóticos, cargadores y equipo táctico. Este fue uno de los mayores arsenales decomisados al crimen en la historia de México.

No es claro qué, si hay algo, permitirá que las dos facciones se encuentren cara a cara y lleguen a un acuerdo sobre cómo debería operar el Cartel de Sinaloa. Por el momento, las divisiones internas no han desbancado al grupo de su posición como una de las organizaciones criminales más poderosas de México.

Después del importante aumento de su notoriedad a lo largo de 2021 y 2022, los Chapitos sufrieron un golpe el 5 de enero de 2023, con la aprehensión de Ovidio en Culiacán, la capital del estado de Sinaloa. Según el secretario de defensa mexicano Luis Crescencio Sandoval, una patrulla armada se topó con un convoy de seis camiones blindados. Los ocupantes se negaron a colaborar para una inspección de los vehículos y abrieron fuego sobre las fuerzas de seguridad. Después del tiroteo, fueron aprehendidos un buen número de presuntos integrantes del Cartel de Sinaloa, entre ellos Ovidio. Al menos siete soldados cayeron muertos en el intercambio inicial de disparos.

Tras su captura, muy parecido a como sucedió en 2019, se instalaron barricadas en toda la ciudad y otros sectores de Sinaloa, y los sicarios del cartel dispararon contra la policía y escuadrones del ejército e incluso derribaron un helicóptero militar. En cuestión de horas, el presidente López Obrador envió refuerzos para controlar la situación. Para el 9 de enero, había por lo menos 29 muertos tras la captura de Ovidio, incluidos diez soldados mexicanos.

Aunque en esta ocasión, Ovidio no fue liberado, esta acción demostró la rápida movilización y la capacidad de respuesta del Cartel de Sinaloa en su territorio.

En septiembre de 2023, Ovidio fue extraditado a Estados Unidos después de surtirse un proceso acelerado. Comparecerá en juicio en Chicago, donde las autoridades federales del Distrito Norte de Illinois lo imputaron por nueve cargos relacionados con tráfico de sustancias controladas, tráfico de armas, lavado de dinero y perpetuación de una empresa criminal.

Actividades criminales

El principal negocio de Los Chapitos, tal como lo fuera de su padre, es el narcotráfico internacional. Según varios pliegos acusatorios en Estados Unidos, los hijos están involucrados en el tráfico de grandes cantidades de todo, desde cocaína y marihuana hasta metanfetaminas, hacia Estados Unidos, usando una amplísima red de contactos en toda Latinoamérica.

En particular, el grupo se ha adaptado a los cambios de los mercados de la droga y han entrado con mayor fuerza cada vez en el tráfico de drogas sintéticas, junto al CJNG, especialmente en lo que respecta al tráfico del potente opioide sintético fentanilo. Además, el grupo ha buscado otros mercados diferentes al estadounidense y ha comenzado a capitalizar los lucrativos mercados en Australia.

De hecho, Los Chapitos han ampliado sus actividades y ahora incluyen la explotación de centros de rehabilitación de adictos con el fin de reclutar nuevos traficantes, lo que representa otra fuente de violencia continua con El Mayo.

Recientemente, la disputa entre Los Chapitos y El Mayo se ha extendido más allá de su perenne centro en Sinaloa y ha llegado a los estados de Baja California y Sonora.

Hoy en día, los Chapitos se cuentan entre los principales proveedores de fentanilo y metanfetaminas en Estados Unidos. El Departamento de Justicia estadounidense presentó cargos contra ellos por conspiración para distribuir cocaína, metanfetaminas y marihuana en 2021 y ofreció recompensas de US$5 millones por cada uno de los hermanos.

Sin embargo, en 2023, varias organizaciones criminales del estado de Sinaloa, incluidos los Chapitos, impusieron presuntamente una prohibición absoluta a la producción y el tráfico de fentanilo, seguramente en respuesta a la presión judicial sobre el grupo tras la captura de Ovidio. Cerca de Culiacán, se hallaron nueve cuerpos con signos de tortura y pastillas de fentanilo regadas alrededor. 

“El que desobedezca será ejecutado”, informó un jefe de seguridad asociado a los Chapitos en entrevista con InSight Crime, bajo un acuerdo de anonimato estricto, y añadio que en lo corrido de 2023 han ejecutado a más de 50 personas por desobedecer el veto sobre el fentanilo.

De momento no es claro si la prohibición se mantendrá por mucho tiempo y cuál será la reacción de rivales de los Chapitos, como el CJNG. 

Geografía

Los principales territorios para Los Chapitos son su lugar natal en el estado de Sinaloa, el feudo del grupo en el noroeste de México a lo largo de la costa Pacífica del país, especialmente en la capital Culiacán. 

Sin embargo, los hijos de El Chapo parecen tener mucha más influencia y poder dentro de Culiacán y otros centros urbanos. De otro lado, se cree que El Mayo matiene un control fuerte de sus redes rurales en las zonas circundantes a la capital, cuyo control no se han podido tomar Los Chapitos.

En su conjunto, el Cartel de Sinaloa opera en grandes ciudades que van desde Nueva York, Estados Unidos, hasta Buenos Aires, Argentina, y un sinnúmero de otras más entre esas dos. El grupo también opera en por lo menos 17 estados mexicanos, y según algunos estimativos, hasta en 50 países.

Y en septiembre de 2021, surgieron informes de que varios representantes de Los Chapitos viajaban regularmente a la Ciudad de México para tratar de extender su influencia allí. A principios de 2021, las autoridades mexicanas desarticularon a Los Sinaloas, una célula del Cartel de Sinaloa presuntamente bajo la influencia de Los Chapitos que operaba en el Estado de México. Pero esto no ha impedido que los Chapitos continúen expandiéndose hacia la capital, especialmente en el microtráfico de Tepito y Tlalpan.

En 2022, los Chapitos también intensificaron la prolongada guerra contra el Cartel Caborca en Sonora, tras la detención del fundador de ese grupo rival, Rafael Caro Quintero.

Aliados y enemigos

Actualmente, el exmano derecha de su padre, El Mayo, parece el enemigo interno número uno de Los Chapitos. Adicionalmente, se han reportado fricciones familiares con su tío, El Guano, por el control del territorio de tráfico y los presuntos pagos de extorsiones que se pensaba que él cobraba en algunos lugares de Sinaloa.

Aparte de eso, Los Chapitos tienen la mira puesta en atacar la Organización Beltrán Leyva, aliado del Cartel de Sinaloa antes de que una división en 2008 desatara una sangrienta guerra entre los dos grupos. En 2016, se dice que más de 100 integrantes de Beltrán Leyva fueron responsables de saquear la casa de la madre de El Chapo en las montañas de Sinaloa, lo que la obligó a huir de la región, junto con cientos de personas más de comunidades cercanas.

Algunos expertos también consideran que el CJNG se ha beneficiado de las actuales disputas entre Los Chapitos y El Mayo, lo que a su vez ha fortalecido su poder y control sobre la región.

Con el fin de ganar fuerza en sus actuales guerras territoriales, Los Chapitos han reclutado aliados en varios estados. Entre ellos se encuentran algunos antiguos rivales, como Pablo Edwin Huerta Nuno, alias “El Flaquito”, quien pertenecía al Cartel Arellano Félix en Baja California, así como viejos socios como Néstor Ernesto Pérez Salas, alias “El Nini”, en Culiacán.

Por último, el CJNG sigue siendo uno de los mayores enemigos de Los Chapitos, por su disputa con el Cartel de Sinaloa por el control absoluto de las vastas economías criminales de México. Incluso, se dice que el jefe del CJNG Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”, juntó un escuadrón de la muerte para cazar y matar a los hijos de El Chapo.

Prospectos

Hacia el futuro, Los Chapitos tienen sin duda ventaja sobre El Mayo en lo que respecta a la longevidad. Se rumora que el anciano capo tiene quebrantos de salud y lucha contra la diabetes. Pero las raíces de El Mayo en el Cartel de Sinaloa son profundas. El hecho de que Los Chapitos no hayan logrado tomar control total de las operaciones del grupo hasta ahora indica que a El Mayo le queda aún mucha fuerza para pelear.

Sin embargo, su control sobre el territorio va cobrando fuerza gradualmente. La expansión de su territorio hacia Sonora, Baja California y Chihuahua les ha dado una ventaja importante a lo largo de la frontera con Estados Unidos. Su especialización en el tráfico de drogas sintéticas, junto con el de cocaína y marihuana, les garantiza un flujo constante de efectivo. Y su fama sigue creciendo, por cuenta del movimiento La Chapiza.

Con la captura y extradición de Ovidio, y la posterior prohibición sobre la producción y el tráfico de fentanilo, los Chapitos pueden quedar en desventaja temporalmente. Aun así, terminando 2023, no parecía que se hubieran presentado nuevos frentes violentos ni dentro del Cartel de Sinaloa ni entre sus rivales.