Las autoridades venezolanas reportaron la incautación de más de 40 toneladas de drogas en 2022. Pero si bien el gobierno afirma que esto demuestra el compromiso de Venezuela con la lucha contra el narcotráfico, un análisis más detallado de los patrones de incautación revela un panorama más complejo y generalizado.

La Superintendencia Nacional Antidrogas (SUNAD) de Venezuela publicó los resultados de los operativos antinarcóticos hasta la fecha en 2022. Entre el 1 de enero y el 3 de diciembre, el gobierno decomisó 41,6 toneladas de narcóticos, destruyó 57 pistas clandestinas y 58 laboratorios, y neutralizó 40 avionetas, según informó la SUNAD.

Los decomisos de 3,3 toneladas de marihuana y 200 kilos de cocaína, más casi 1,5 toneladas de marihuana más, así como varios alijos pequeños en las semanas siguientes, aumentaron el gran total a 46,9 toneladas, según los comentarios hechos por el superintendente de la SUNAD, Richard López Vargas, en una conferencia de prensa ofrecida el 15 de diciembre.

El monitoreo de los informes de incautaciones individuales de InSight Crime registró un total de 33,2 toneladas métricas durante el período cubierto por el informe inicial de la SUNAD, una diferencia de casi 8,4 toneladas de las 41,6 toneladas métricas anunciadas. Esto puede deberse a que no todas las incautaciones individuales son reportadas por SUNAD o los medios de comunicación, o porque las cifras oficiales incluyen cálculos no incluidos por InSight Crime, como pequeñas incautaciones de decenas o cientos de gramos, o incautaciones de cultivos de coca o hoja de coca. Alternativamente, la diferencia puede explicarse parcialmente por el manejo a menudo opaco de los datos de interés público por parte del Estado venezolano.

A continuación, InSight Crime analiza las principales conclusiones de las cifras de SUNAD, en comparación con nuestro propio monitoreo de los medios y los informes oficiales de incautaciones de drogas a lo largo del año.

Zulia: el caldo de cultivo de los decomisos

El estado de Zulia al noroeste del país, presentó más del 70% de los decomisos en el periodo, con 29,4 toneladas, según la SUNAD. Sin embargo, en el monitoreo de incautaciones individuales de InSight Crime se registraron 19,6 toneladas métricas en Zulia.

El estado también lidera la destrucción de instalaciones para la producción de drogas y de pistas clandestinas desde donde sale gran parte de la cocaína de Venezuela hacia el exterior.

Esta concentración de operativos antinarcóticos refleja el importante rol del estado de Zulia en el tráfico de cocaína en Venezuela, pues limita con Catatumbo, importante centro de producción del alcaloide en Colombia, y sus pistas ofrecen fácil acceso a los países centroamericanos usados como escalas para llegar al mercado estadounidense. Lo que no es tan claro es la estrategia detrás de los operativos.

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Muchas de las rutas de drogas están controladas por el Ejército de Liberación Nacional (ELN), guerrilla que mantiene nexos estrechos con algunos elementos del Estado venezolano. También hay evidencia sustancial de que oficiales del Ejército y actores políticos corruptos se benefician del narcotráfico. Pero en Zulia también operan redes de tráfico sin esos aliados en el gobierno, y también el Frente 33 de las ex-FARC mafia, que hace parte de una red guerrillera declarada objetivo militar por el Estado venezolano, controla rutas de droga e instalaciones de producción en la región. Es probable que esos traficantes independientes y el Frente 33 hayan sido los más afectados por los operativos.

Falcón: ¿enfrentar con dureza o tomar el control?

El cambio más notorio en los patrones de decomisos a lo largo de los dos últimos años se observa en el estado de Falcón, sobre la costa Caribe al oeste de Venezuela. Durante años, traficantes con conexiones políticas, como Emilio Enrique Martínez, alias «Chiche Smith», y su Cartel de Paraguaná operaron en Falcón con impunidad casi total. La repentina caída en desgracia de Chiche comenzó con los operativos contra su red en 2020 y siguieron con su detención en 2021.

Sin embargo, aun con el Cartel de Paraguaná sometido, los operativos antinarcóticos se han mantenido en 2022, y Falcón registró la segunda tasa de decomisos más alta del país, con 6,5 toneladas, según los representantes del gobierno que hablaron en la conferencia de prensa de la SUNAD el 15 de diciembre.

Muchos de esos cargamentos, afirman las autoridades, pertenecían al Cartel Sabana Alta, otra red traficante con presuntas conexiones políticas. Pero las fuerzas de seguridad locales, que hablaron con InSight Crime con la condición de que se mantuviera su anonimato, afirman que no solo van contra la red de Sabana Alta, y tienen instrucciones de decomisar cualquier cantidad de drogas posible para mantener el favor del gobierno.

Las razones de este abrupto cambio de estrategia son más bien opacas. Es posible que figuras poderosas en el Estado venezolano quieran tomar el control de la ruta para otorgarlo a nuevos aliados o incluso a células narcotraficantes infiltradas en la milicia. Pero ahora que Maduro busca recuperar la legitimidad internacional y reconstruir los lazos regionales, también es posible que quiera cerrar una ruta que ha llamado bastante atención de sus vecinos en el Caribe, en especial las Antillas holandesas.

Apure: guerra y drogas

El informe de diciembre de la SUNAD afirmaba que el estado sur de Bolívar fue la división administrativa con la tercera mayor tasa de decomisos, con 1,8 toneladas. Pero el seguimiento de InSight Crime registró denuncias de casi 3,2 toneladas de cocaína, marihuana y pasta base de coca en el estado central de Apure, en la frontera con Colombia.

Casi la totalidad de los decomisos en Apure se dieron en medio del conflicto entre el Estado venezolano y el ELN, por un lado, y el Frente Décimo de las ex-FARC mafia —que controlaba muchas de las rutas y la infraestructura de narcotráfico en la región— por el otro lado. De hecho, casi dos terceras partes de esos decomisos se registraron en los dos primeros meses del año, cuando el conflicto alcanzó su punto álgido.

Después de la expulsión de gran parte del Frente Décimo de la región, lo que permitió al ELN, aliado del régimen, tomar el control de esos territorios, hubo una caída repentina en los decomisos, de manera que no se registró ni un solo decomiso importante después de mayo.

Táchira: el puerto de entrada del microtráfico

El estado con el mayor número de decomisos registrados por InSight Crime fue Táchira, que limita con el departamento colombiano de Norte de Santander. Pero a pesar de los 29 decomisos reportados, el volumen total decomisado apenas llegó a los 493,4 kilos.

La explicación más plausible de esto es que se trata de cargamentos más pequeños destinados a abastecer el mercado interno de Venezuela. Táchira no solo es el estado con los principales cruces fronterizos legales entre Colombia y Venezuela, sino que también se estima que tiene unos 250 pasos clandestinos, conocidos como trochas, lo que lo convierte en uno de los principales puntos de entrada para las redes de microtráfico, según un agente de policía y un distribuidor de narcóticos, que hablaron con InSight Crime bajo anonimato.

¿Acabar con la producción?

Como lo reveló InSight Crime, un incipiente sector de producción de cocaína se ha asentado en ciertos lugares de Venezuela en límites con Colombia. Este sector fue objetivo de varios operativos antinarcóticos, especialmente en Zulia, donde durante las redadas de febrero y mayo el ejército destruyó laboratorios de cocaína, erradicó 31 hectáreas de plantaciones de coca con unas 341.000 plantas de coca, decomisó más de 12 toneladas de clorhidrato de cocaína —el producto intermedio para la producción de cocaína— y destruyó químicos precursores para el procesamiento de la droga. Hubo otros operativos más en el estado de Apure, que llevaron a que, en el mes de diciembre, la SUNAD informara la destrucción de un total de 58 laboratorios.

La pregunta sigue siendo, sin embargo, si el Estado está comprometido con erradicar la producción de cocaína antes de que se extienda, o solo con la erradicación de la producción controlada por grupos armados y redes de tráfico ajenos a la protección de elementos del Estado venezolano.

El ascenso del tráfico transnacional de marihuana

Aunque Venezuela se ha conocido por largo tiempo como un punto de tránsito importante para el tráfico transnacional de cocaína, el gobierno también decomisó más de 10 toneladas de marihuana en el periodo cubierto por el reporte de la SUNAD, según el monitoreo de InSight Crime. Esto incluyó varios decomisos inusualmente grandes, como un alijo de 2,8 toneladas en Falcón, que según los representantes del gobierno fue el mayor decomiso de marihuana hecho en Venezuela en la última década.

En las semanas siguientes a los informes de la SUNAD, las autoridades rompieron ese récord con la incautación de unas 3,3 toneladas de marihuana junto con 200 kilos de cocaína. El operativo ocurrió una semana después de otro decomiso aparte de cerca de 1,5 toneladas de marihuana, lo que incrementó aún más el total anual.

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Era evidente que la mayor parte de esos decomisos de gran volumen iban destinados a mercados internacionales, muy probablemente en el Caribe. El creciente uso de Venezuela como punto de transbordo de marihuana está casi con certeza vinculado al ascenso del tráfico transnacional de la variedad de marihuana colombiana de alto octanaje, conocida como cripy, que se está imponiendo en los mercados de Centro y Sur América, así como en el Caribe.

Los hoyos negros del tráfico

Hubo varias arterias de tráfico importantes que escasamente registraron un decomiso a lo largo de 2022.

En algunas regiones, como el estado de Amazonas, donde el monitoreo de InSight Crime identificó el decomiso de solo 51 kilos, las rutas de drogas están bajo el control de grupos armados con nexos cercanos al ejército venezolano y a elementos del Estado, como el ELN y el Frente Acacio Medina de las ex-FARC, según explicaron agentes de policía en el lado colombiano de la frontera, además de líderes comunitarios, periodistas y defensores de derechos humanos en el lado venezolano.

En otros, las fuerzas de seguridad controlan directamente la infraestructura clave para el tráfico, como los puertos, y allí, según las investigaciones de InSight Crime, hay elementos corruptos que se benefician directamente del narcotráfico. Esto se hace más evidente en los estados donde se encuentran los dos principales puertos del país: Carabobo, donde se reportaron menos de 49 kilos incautados, y La Guaira, con reportes de menos de 14 kilos.

Otros estados bien reconocidos como rutas de tráfico, donde los decomisos fueron escasos, incluyen los estados del noreste del país, como Sucre, Delta Amacuro y Monagas, que cuentan con rutas de tráfico hacia el Caribe y hacia Guyana. En Sucre, se informó de 248 kilos de droga incautada, mientras que Monagas solo registró un decomiso de 17 kilos, y Delta Amacuro no tuvo ni un solo decomiso importante, a pesar de una serie de operativos de seguridad muy destacados en la región.