El juicio que se llevará a cabo en Estados Unidos contra “El Chapo”, el excapo de la droga de México, se está anunciando como una gran victoria contra el crimen organizado, pero ¿realmente su arresto ha logrado debilitar a uno de los carteles más poderosos de la región? Todo apunta a que no lo ha hecho.

El juicio contra Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo” —exdirigente de la organización criminal más poderosa de México, el Cartel de Sinaloa— comenzará el 5 de noviembre en un tribunal de Brooklyn, en el estado de Nueva York.

Los fiscales estadounidenses acusan al excapo de 17 cargos, como liderar una empresa criminal durante unos 20 años, conspirar para traficar cocaína, heroína, metanfetamina y marihuana internacionalmente, y conspirar para asesinar a varias personas que “representaban una amenaza” para el Cartel de Sinaloa. Seis de los cargos relacionados con drogas se han descartado con el fin de “optimizar” el caso y “acelerar” su resolución, según ha reportado El Universal.

      VEA TAMBIÉN: Noticias y perfiles de México

Las autoridades estadounidenses afirman que, bajo la dirección de El Chapo, el Cartel de Sinaloa obtuvo unos US$14.000 millones en ganancias ilícitas del tráfico de drogas. Piden que este dinero sea confiscado, pero, según los informes, los fiscales aún no han recuperado ni un solo dólar.

Los abogados del capo afirman que existen pruebas que indican que su cliente no era más que un mando medio del cartel, según un informe de Vice News.

Las autoridades mexicanas arrestaron a El Chapo por tercera y última vez el 8 de enero de 2016 en la ciudad costera de Los Mochis, al norte del estado de Sinaloa. Casi seis meses antes, el ex narcotraficante había utilizado un elaborado túnel para escapar (por segunda vez) de la prisión de máxima seguridad de El Altiplano, en la que había sido recluido en febrero de 2014.

Un año más tarde, El Chapo fue extraditado a Estados Unidos, donde permanece aislado durante 23 horas al día en una prisión de máxima seguridad en la ciudad de Brooklyn.

Análisis de InSight Crime

El arresto de El Chapo ha puesto de manifiesto la eficacia de la denominada estrategia de capos del gobierno mexicano —que consiste en arrestar o asesinar a los líderes de los violentos carteles mexicanos, con el apoyo del gobierno de Estados Unidos—.

Pero la realidad es que este método de lucha contra el crimen organizado no ha logrado debilitar una de las peores organizaciones criminales del país: el Cartel de Sinaloa.

Ello se debe principalmente a que el Cartel de Sinaloa tiene una estructura horizontal, en la que la autoridad para la toma de decisiones se encuentra diseminada por toda la organización, en lugar de poseer una estructura vertical en la que solo unos pocos miembros toman las decisiones importantes.

“La idea de que un solo hombre hace y controla todo es una falacia”, afirma Cecilia Farfán-Méndez, investigadora del Centro de Estudios sobre México y Estados Unidos de la Universidad de California en San Diego. “Él [El Chapo] no tomaba solo todas las decisiones sobre cómo traficar drogas, lavar dinero o dirigir la organización criminal”.

Cuando El Chapo se encontraba huyendo de las autoridades, Ismael Zambada García, alias “El Mayo” —uno de los últimos capos que quedan de la vieja guardia del cartel— mantuvo la estructura de la organización, y hoy en día continúa haciéndolo en la ausencia de El Chapo.

Aunque la caída de El Chapo generó cierta incertidumbre que produjo violentos conflictos internos con respecto a quién asumiría el liderazgo del cartel —principalmente entre los hijos de El Chapo y su antigua mano derecha, Dámaso López Núñez, alias “El Licenciado”— el Cartel de Sinaloa ha logrado sortear las tormentas y mantenerse a flote.

“El Cartel de Sinaloa cuenta con una muy buena capacidad organizativa”, según afirma Amalia Pulido Gómez, quien adelanta un posdoctorado en el Colegio de México, en Ciudad de México. “Tienen una gran capacidad para renovar su organización incluso sin El Chapo. Cuentan con otros líderes regionales con capacidad para adaptarse, reducir las incertidumbres y resolver las disputas internas”.

      VEA TAMBIÉN: Noticias y perfiles del Cartel de Sinaloa

De hecho, la ausencia de El Chapo apenas ha afectado al Cartel de Sinaloa, a pesar de que algunos de los principales líderes y otros importantes miembros del grupo han sido arrestados.

En agosto de 2018, las autoridades incautaron cerca de 50 toneladas de metanfetamina —prácticamente la incautación más grande en la historia del país— en el estado de Sinaloa, las cuales presuntamente pertenecían al cartel, lo que indica que el grupo sigue siendo un importante actor en el comercio de drogas y está adaptando sus operaciones para satisfacer la creciente demanda de drogas sintéticas.

Además, un sofisticado “narcotúnel” que fue desmantelado recientemente en la frontera entre México y Estados Unidos tenía todas las señas del Cartel de Sinaloa: paneles solares para controlar sistemas de electricidad, iluminación y ventilación, bombas para drenaje de agua, y un sistema ferroviario. La existencia de un túnel tan sofisticado, que vale millones de dólares, indica que el Cartel de Sinaloa todavía gana lo suficiente para sostener los altos costos de construcción, incluso si el túnel es destruido antes de que pueda ser utilizado.

Pero además de la permanente presencia del Cartel de Sinaloa en México, el grupo también continúa teniendo presencia fuera del país. En febrero de 2018, las autoridades colombianas emitieron una alerta sobre la influencia del grupo en la financiación de las actividades criminales de los grupos mafiosos de las ex-FARC —redes de excombatientes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), organización que en gran parte se ha desmovilizado—. Además, en ausencia de El Chapo, el grupo continúa utilizando las compañías de exportación colombianas para lavar sus ganancias criminales mediante esquemas de lavado en el mercado comercial.

“El Chapo creó una organización criminal extraordinaria, pensada para que pudiera continuar incluso en su ausencia”, dijo Mike Vigil, exdirector de operaciones internacionales de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA por sus iniciales en inglés), en comentarios con InSight Crime. “Es una organización global que opera en más de 40 países”.

La estrategia de capos genera llamativos titulares y escenas de criminales escoltados, que cautivan la atención de los espectadores. Pero si algo ha dejado claro la captura y extradición de El Chapo a Estados Unidos en cuanto al Cartel de Sinaloa es que las autoridades van a tener que adoptar un enfoque muy diferente para acabar con una de las organizaciones criminales más fuertes que han existido en México.

Foto: Elizabeth Williams/AP