El aparente secuestro de agentes federales en México por parte del CJNG se asemeja al tipo de operaciones que Los Zetas protagonizaron durante su época de auge, pero ¿qué tanto se parecen ambos grupos?

El 11 de febrero comenzó a circular en redes sociales un video en el que se ve a dos agentes de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) sentados y atados de manos delante de un grupo de hombres armados, presuntos miembros del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

Los agentes Alfonso Hernández Villavicencio y Octavio Martínez Quiroz habían sido secuestrados el 5 de febrero en el estado de Nayarit, en la costa del Pacífico. En el video, son forzados a criticar la actual política de seguridad en el país y denunciar abusos cometidos por parte de las fuerzas militares.

https://www.youtube.com/watch?v=ntwv64FbG2s

(Video difundido en redes sociales presuntamente por el CJNG)

El 18 de febrero, la Procuraduría General de la República (PGR) confirmó que los restos de los agentes fueron hallados en Nayarit.*

¿Estrategia ‘Zeta’?

El aparente secuestro de los agentes de la SEIDO se asemeja al tipo de acciones que llevaron a cabo Los Zetas cuando inició la guerra contra las drogas. Este grupo, inicialmente conformado por alrededor de 30 exmiembros de las Fuerzas Especiales, utilizó un estandarte de temor e intimidación para hacer sus negocios y resistir las operaciones del Estado. Sus operaciones eran planificadas con estrategias militares y en numerosas ocasiones las fuerzas de seguridad fueron el blanco de sus agresiones.

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Aún cuando no hay certeza, todo parece indicar que la acción contra los agentes habría sido obra del CJNG. En el pasado, otros grupos criminales en México y en otros países de la región han, en general, evitado agredir a las fuerzas de seguridad de manera pública y escandalosa, para no convertirse en blanco del Estado.

Guadalupe Correa, autora del libro Zetas Inc., le dijo a InSight Crime que en el caso de Los Zetas, la “espectacularidad” de las tácticas se debió en parte al contexto de la guerra contra las drogas del gobierno de Felipe Calderón (2006-2012). En ese sexenio, el pilar de la administración fue atacar al crimen organizado y Los Zetas se convirtieron rápidamente en el enemigo público número uno.

Correa añade que también es importante tomar en cuenta el papel de algunos gobiernos estatales, los cuales alimentaron los actos de violencia de Los Zetas al permitir que este grupo en poco tiempo expandiera sus actividades a casi la mitad del país. Para ella, el caso del CJNG no es muy distinto.

El CJNG se hizo notar a finales del sexenio de Calderón y también se caracterizó por una expansión violenta y agresiva. En menos de una década, logró tener presencia en 14 estados del país.

Mientras que por mucho tiempo estuvo fuera de los principales blancos del gobierno, en 2015, el grupo cambió las reglas del juego al derribar un helicóptero del ejército con un lanzacohetes. Hasta ese momento, ningún otro grupo criminal había logrado algo similar, por lo que así como Los Zetas, el CJNG tomó al gobierno federal por sorpresa.

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Esto sería una señal de que el CJNG estaría utilizando la estrategia Zeta de intimidación para avanzar a nuevos mercados y territorios. De hecho, una de las primeras acciones del CJNG a la luz pública fue la masacre de 35 personas en el estado de Veracruz en 2011, con tácticas militares.

En los territorios que ya controla, el CJNG  cartel ha llevado a cabo acciones violentas, como masacres de policías, desapariciones forzadas y exposición de cadáveres en la vía pública. Incluso, se ha denunciado que el CJNG, al igual que Los Zetas, utiliza el método del “guisado” (disolver cadáveres en ácido) para desaparecer los cuerpos de sus víctimas.

No obstante, a largo plazo este tipo de tácticas llevaron a Los Zetas a su fin.

“Los Zetas fueron víctimas de su propio ‘éxito’. Crecieron demasiado y demasiado rápido. Su carta de presentación era la brutalidad. Todo público, todo a la vista. Eso inevitablemente les trajo atención indeseada. Los volvió el blanco central de la acción del gobierno”, escribió en una columna el analista de seguridad Alejandro Hope.

Hoy en día, la mayoría de los líderes de Los Zetas han sido neutralizados y el grupo se ha fragmentado. Pero para Correa, esto no significó el fin de su modelo criminal, ya que éste fue adaptado por otros grupos, incluyendo el CJNG.

El legado del modelo criminal ‘Zeta’

En el corazón del modelo criminal Zeta siempre estuvo el control de territorio. Para esto, explotaron el cobro de “piso” (una cuota por cualquier actividad económica ilegal o legal que se realiza en el territorio), lo cual les permitió ser el primer grupo en diversificar su portafolio criminal.

“Con esta diversificación, Los Zetas transformaron el crimen organizado en México,” dijo Correa a InSight Crime.

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Como explicó InSight Crime recientemente, a medida que Los Zetas se expandieron y diversificaron, comenzaron a reclutar a miembros de pandillas locales y a delegar las nuevas actividades criminales a miembros de rangos menores. Esto finalmente terminó siendo contraproducente y generó  divisiones dentro del grupo, lo cual fue otra de las razones de su debilitamiento.

El CJNG adaptó el modelo Zeta con algunas modificaciones. Por un lado, logró diversificar su portafolio criminal al participar en actividades como el robo de petróleo y la extorsión a agricultores. Pero según le dijo Hope a InSight Crime, su modus operandi sigue basado mayormente en el narcotráfico y no ha dominado por completo el “cobro de piso”.

A diferencia de Los Zetas, la estrategia de expansión del CJNG no se ha basado en reclutamiento forzado, sino en la alianza con actores locales y carteles debilitados en territorios estratégicos, como Baja California y Michoacán. Parte de sus operaciones ahora dependen de estos grupos que ya conocen el terreno, pero que no necesariamente forman parte su cartel.

Hasta ahora, el CJNG se ha mantenido relativamente estable. Pero según Hope, también va por el camino de la fragmentación. Ya hay denuncias sobre la presunta primera “disidencia” que comienza a disputarle una plaza en el estado de Guanajuato. Hope considera que cuando caigan sus líderes, el CJNG como tal se acaba, y solo quedarán fragmentos.

*Esta nota fue actualizada el 19 de febrero, luego de que la PGR confirmara el hallazgo de los cuerpos de los agentes en Nayarit.