El retiro del máximo comandante y líder político del ELN puede tener amplias implicaciones para el grupo guerrillero mientras busca mantener su posición tanto en Colombia como en Venezuela.

Nicolás Rodríguez Bautista, alias «Gabino«, dijo en un comunicado que la mala salud lo había llevado a renunciar al mando del Ejército de Liberación Nacional (ELN). Eliécer Erlinto Chamorro, alias «Antonio García«, asumirá la dirección de la mayor organización guerrillera que queda en Colombia, según anuncia el comunicado.

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Gabino y García forman parte del Comando Central del ELN, que desde 2018 está en Cuba para negociar la paz con el gobierno colombiano. Sin embargo, las conversaciones fracasaron en 2019 después de que el gobierno culpara al ELN por un ataque con un carro bomba en una academia de policía de Bogotá. El presidente Iván Duque exigió de inmediato que Cuba extradite a los líderes guerrilleros, pero el país caribeño se ha negado a hacerlo bajo los fundamentos de los protocolos de negociación de paz.

No obstante, el exlíder guerrillero señaló en el mismo comunicado que seguirá “disponible como miembro representante del ELN para próximas conversaciones de paz”.

En otro comunicado emitido el mismo día, la organización dejó claro que, aparte de Antonio García, Israel Ramírez Pineda, alias “Pablo Beltrán”, será el segundo comandante, mientras que Gustavo Aníbal Giraldo, alias “Pablo Marín” o “Pablito” será el tercero al mando de esa guerrilla.  

Se informó anteriormente que Gabino había estado recibiendo tratamiento médico en Cuba, aunque nunca ha revelado su enfermedad.

Análisis de InSight Crime

El anuncio de Gabino es singular. Ningún comandante guerrillero de su talla en Colombia se ha retirado jamás de esta manera. Sus homólogos han sido capturados, han muerto por causas naturales o han dejado las armas como parte de un proceso de paz.

El momento en que se produce este anuncio también es particular.

Desde que las FARC se desmovilizaron en 2016, el ELN se ha convertido en la amenaza criminal más importante en Colombia y Venezuela. Se ha apoderado de industrias delictivas, capacidad militar, territorio e incluso mano de obra de las FARC.

Sus frentes ahora controlan o se disputan prácticamente todas las principales economías criminales en los dos países, en especial la minería ilegal de oro y el tráfico de drogas. El grupo aparentemente ha logrado la integración vertical en el comercio de cocaína, supervisando la producción de coca, transportando cocaína por tierra, e incluso teniendo sus propios submarinos semisumergibles para exportarla.

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Una gran parte de esto no ha sido del agrado de Gabino, un eterno opositor a la participación del ELN en el tráfico de drogas. Gabino declaró por última vez en octubre de 2020 que el grupo no tenía conexión con la producción de cocaína en Colombia.

En entrevista con InSight Crime, el analista de conflictos Luis Eduardo Celis explicó que el nuevo líder del ELN, Antonio García, “va a mantener esa línea” en cuanto a la posición de Gabino y el narcotráfico. “[García] les va a estar recordando a las estructuras que los recursos del narcotráfico son para la resistencia armada y no para enriquecerse personalmente”, apunta Celis.

Pero el rotundo éxito del ELN al expulsar a rivales criminales en la región colombiana del Catatumbo le ha dado control sobre una colosal base de producción de coca. También mantiene una fuerte presencia en los departamentos de Nariño al sur y Chocó al oeste, ambos grandes centros de tráfico de cocaína. Actualmente es el principal guardián de facto de la industria de la coca en Colombia.

Es probable que ni García ni ningún otro líder del ELN, ya sea un ideólogo de la vieja guardia o un pragmático nuevo comandante, trate de romper esa conexión.

Así que, si bien declaró que su jubilación se debió a razones de salud, quizá Gabino se retiró para mantener cierto control sobre la transición.

Su legado, que viene desde la edad de 14 años, cuando se vinculó a la organización guerrillera en 1964, y su dedicación a los ideales marxista-leninistas del ELN, están por encima de todo cuestionamiento. Desde la muerte del líder del ELN Gregorio Manuel Pérez Martínez, alias «El Cura Pérez», en 1998, Gabino ha logrado mantener los elementos dispares del ELN bajo un mismo paraguas.

Para Celis, Gabino seguirá teniendo un rol dentro de la organización, ya que “él también tendrá una voz en las discusiones […] Lo que se hace es formalizar una conducción en cabeza de Antonio García […] Ellos se han afincado en una condición colectiva que viene desde Manuel Pérez”, explica el analista a InSight Crime.

Pasar la antorcha tan públicamente a García, mientras aún viva, ayudará mucho a asegurar que la decisión sea aceptada más fácilmente.

“Ellos no han salido de Cuba desde 2018. Yo creo que ellos mantienen su cohesión; los que están en Cuba son una representación política. Son una organización con decenas de dirigentes, por lo que no creo que haya rupturas”, concluyó Celis.