La dinámica criminal en Brasil, en particular sus rutas de narcotráfico, se ha visto revolucionada en los últimos años por la rápida expansión del PCC.

A lo largo de los dos últimos años, InSight Crime perfiló las economías criminales de cuatro estados fronterizos brasileños, Mato Grosso do SulParanáRio Grande do Sul y Santa Catarina, como parte de una investigación regional más amplia sobre el crimen transfronterizo.

La investigación culmino con un evento (ver aquí abajo) en el que se exploraron los principales hallazgos, así como un estudio de caso de corrupción sobre las prolíficas actividades de lavado de dinero de Dario Messer, un hombre de nacionalidad brasileña-paraguaya, que ayudó a las élites políticas, empresarios y comerciantes de contrabando a ocultar durante años sus ganancias ilícitas, hasta su captura en 2019.

Aquí, InSight Crime presenta los principales hallazgos de esta investigación

Presencia del PCC en estados fronterizos

La continua expansión del Primeiro Comando da Capital (Primer Comando de la Capital, PCC), tanto dentro de Brasil como en Paraguay, ha sido un foco de interés principal en la investigación de InSight Crime. Esta influencia creciente se basa en varios factores críticos, entre los que se cuentan su capacidad de reclutamiento de nuevos miembros en el hacinado sistema penitenciario de Brasil, la expansión del mercado europeo de la cocaína, y la organización horizontal del PCC, que da a los miembros capacidad de operación autónoma dentro de ciertas directrices generales y el pago de una parte de sus ganancias a la pandilla.

Este éxito continuado se ha convertido en ejemplo para otros grupos criminales en el país, como la Familia del Norte (Família do Norte, FDN), que ha tenido un éxito similar en la consolidación del control de las prisiones y de corredores de narcotráfico en el norte de Brasil.  

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La expansión del PCC a los estados fronterizos de Brasil le ha permitido ganar control sobre un gran porcentaje de la marihuana y la cocaína que se introducen al país, producidas en Paraguay y Bolivia, respectivamente.

Sin embargo, esta expansión no ha estado libre de oposición y el PCC aún no logra proyectar la fuerza y el control que posee en su base de São Paulo. Esto ha llevado a una escalada de violencia a lo largo de la frontera y en Paraguay, tanto dentro como fuera de las prisiones.

Corredores de drogas Paraguay-Brasil

El narcotráfico a través de Paraguay se ha hecho crucial para abastecer de cocaína los puertos brasileños y enviarlos a destinos de toda Europa. Los enfrentamientos por el control de estas rutas se han redoblado, en especial desde el asesinato, en 2016, de Jorge Rafaat, un narcotraficante poderoso en toda la frontera paraguaya.

Aunque el PCC es, en términos de poder e influencia, el actor más importante en la cadena de narcotráfico entre Brasil y Paraguay, no tiene hegemonía. El PCC y sus rivales paraguayos, como el clan Pavão, han buscado ampliar su control hacia el norte en dirección a la frontera con Bolivia.

Incluso en Brasil, el control del PCC varía de un estado a otro. En Mato Grosso do Sul, cuya frontera con Paraguay es el punto de tránsito más importante para la cocaína y la marihuana, el PCC intenta consolidar una hegemonía y expulsar a sus rivales del Comando Rojo (Comando Vermelho, CV). Esta situación ha llevado a que la tasa de homicidios en Mato Grosso do Sul super ampliamente el promedio nacional. 

Su control es más fuerte en Paraná, donde el CV tiene una presencia menos fuerte y donde otros grupos localizados están más centrados en el contrabando o no son lo suficientemente grandes para plantear una amenaza real.

Diversificación de las economías criminales

Durante los dos años de esta investigación, InSight Crime se centró en ocho economías criminales principales: cocaína, cannabis, opiáceos, trata de personas, tráfico de personas, tráfico de armas, delitos ambientales y minería ilegal en los cuatro estados.

Y más allá del narcotráfico, la zona de la Triple Frontera (TBA) entre Brasil, Argentina y Paraguay es un epicentro regional para el contrabando, el tráfico de armas y la trata de personas.

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El contrabando sigue siendo una fuente de ingresos colosal para los grupos criminales que se dedican a la actividad, en especial en Paraná y Rio Grande do Sul, donde todo se pasa de contrabando, desde cigarrillos hasta aparatos electrónicos.

La explotación sexual se está agudizando a lo largo de la frontera brasileña, pues se traen mujeres y menores de edad del otro lado de la frontera, desde Paraguay, Bolivia y Argentina, aunque no se conoce con certeza la participación de grupos criminales más grandes en esta actividad.

En Santa Catarina, el Primeiro Grupo Catarinense (PGC), un fuerte grupo criminal local que ha logrado mantener a raya el avance del PCC, tiene el número de reclutas para controlar gran parte de la cocaína, la marihuana, las armas y los minerales extraídos ilegalmente que pasan por el estado.

Lavado de dinero a través de la frontera

InSight Crime también indagó en el pasado de Darío Messer, notorio y prolífico blanqueador de dinero brasileño, entre cuyos clientes se contaban algunos de los dirigentes políticos más influyentes de Brasil y Paraguay.

La Operación “Lava Jato” (Lavado de autos) en Brasil develó cómo Messer había blanqueado alrededor de US$1.600 millones a través de una compleja red que involucraba cientos de cuentas locales y en paraísos fiscales, empresas y propiedades. Esta suma incluía más de US$100 millones para Sergio Cabral, el exgobernador de Rio de Janeiro, ahora preso.

En 2019, Paraguay alertó a Brasil que seguían la pista de Messer en el país. Esa medida era predecible. Aparte de tener ciudadanía paraguaya, Messer mantenía lazos muy estrechos con Horacio Cartes, el expresidente del país e importante contrabandista, y había recurrido a él buscando ayuda para evitar la extradición a Brasil. Aunque terminó siendo extraditado, esta historia de corrupción política podría tener efectos a largo plazo en ambos países.